Juan Carlos de Sancho: “A Galdós le hubiera gustado ser más querido en su tierra natal”
Juan Carlos de Sancho (Las Palmas de Gran Canaria, 1956) ha obtenido la exclusiva del siglo: entrevistar a Benito Pérez Galdós. Y lo ha hecho a través de un libro que es un notable ejercicio de ingenio y de amor a la literatura y, cómo no, a don Benito.
En Galdós responde (Mercurio Editorial, 2020) mantiene un largo diálogo en el que el escritor tiene que responder desde la perspectiva de su siglo una serie de cuestiones del XXI. El libro cuenta además con una selección de textos y será presentado en Casa México, Madrid, el miércoles 11 de marzo en un encuentro en el que Juan Carlos de Sancho estará acompañado del actor José Antonio González, que hará de un Benito Pérez Galdós de carne y hueso.
- ¿Qué respondería Galdós a los homenajes que recibe con motivo del centenario de su fallecimiento?
“No era un hombre al que le gustaran especialmente los homenajes, era muy tímido, muy trabajador, su obra era inmensa y necesitaba mucha intimidad. Vivía una vida muy para adentro aunque le encantaba viajar, conocer mundo, comprar libros en París, visitar el pueblo de Avon de Shakespeare, comparar culturas, contrastar estilos, leer mucho, escuchar mucho. Él preferiría que el homenaje de sus paisanos fuera que se representaran sus obras en los teatros de todas las islas, que se creara un programa en la Televisión Canaria (La hora de Galdós) donde se debatiera durante unos años su obra y se proyectaran sus mejores películas (Nazarín, Viridiana, Tristana, El Abuelo, Doña Perfecta, Fortunata y Jacinta, etc), que se reeditaran sus cuentos con ilustraciones para los más jóvenes, que se implantara de forma oficial y permanente en los planes de estudio de Canarias ( Secundaria, Bachillerato, Universidad, etc ) la lectura de sus libros. Aunque seguro que agradecería las acciones que se están realizando en su homenaje”.
- ¿Y de esta Canarias del siglo XXI?
“Volvería a escribir una nueva versión de Misericordia ante el progresivo nivel de pobreza de las islas, el maltrato que se ejerce aquí sobre las mujeres (uno de los más altos de España), el caciquismo que aún impera en las clases más altas, el alto nivel de analfabetismo literario de sus dirigentes, el mayor fracaso escolar de España, la destrucción imparable de la naturaleza por parte del sector turístico, los bajos sueldos, los empleos precarios. Creo que entraría en un proceso de gran abatimiento aunque reconocería de inmediato a las almas nobles, a los que como Benina en Misericordia mantienen su bondad intocable. Tal vez nos daría un poco de esperanza destacando a estos seres humanos por los que siempre sintió una profunda compasión en sus obras”.
- ¿Qué piensa que esperaría de este centenario?
“Decía Thoman Mann ante el éxito de Muerte en Venecia que su obra había creado “una corriente de simpatía”. Yo creo que Galdós desearía que sus lectores de las islas descubrieran en su obra su gran confraternidad con el ser humano (sobre todo con los más desfavorecidos), su enorme sentido del humor que abría canales de esperanza, sus ideales de Reconciliación, la importancia de la autoridad moral sobra la legítima (la legítima te la da el voto, la moral es lo que haces con ese voto). Yo creo que Galdós quiere ser más querido en su tierra natal. Todo lo mal que se habló de él salió de sus enemigos de siempre, era un hombre anticlerical y progresista, republicano y socialista, eso no se lo perdonaron muchos y lo mantuvieron en silencio durante largas décadas. Esto es imperdonable, un autor que está a la altura de Cervantes, Tolstoi, Dostoievski, Dickens”.
- En el libro las preguntas del siglo XXI le son planteadas a un hombre de finales del XIX y principios del XX. ¿Hubo cuestiones que quedaron fuera?
“Galdós responde desde su momento histórico a mis preguntas, dudas y preocupaciones del siglo XXI. Escribía Marco Aurelio que “quien supo ver su presente pudo ver la eternidad”, la condición humana no varía mucho con el tiempo, repetimos males. Galdós nos advierte de la importancia de la educación, del trabajo serio y responsable para frenar esta marabunta del mal. En un segundo libro que saldrá después del verano (que llevo trabajando desde el 2002) ampliaré mis preguntas, hablaremos del teatro, el trabajo del actor, la crítica literaria, el poder de la prensa, los krausistas, Séneca, el Renacimiento, Dante y Maquiavelo, el militarismo, la cuestión obrera, las editoriales, los clásicos, la importancia de la lectura, Rousseau, Descartes, el amor, sobre la música, las ideas de Nietzche y Freud, la importancia del humor…”
- ¿Cuál cree que fue la pregunta más difícil que le planteó al escritor?
“En el próximo libro que estoy preparando le pregunto sobre cuestiones sexuales, amorosas (tuvo muchas amantes, entre ellas la escritora Emilia Pardo Bazán). Fue muy esquivo en sus respuestas, incluso me dijo que si hay que escribir sobre sexo no entráramos en descripciones excesivamente evidentes, pensaba que mejor dejar que el lector imaginara la trastienda del encuentro erótico. En sus temas personales, pese a ser un hombre afectuoso y afable, amante de los niños y los animales, en esos temas personales se mostró glacial, reservadísimo. Con cierto humor me dijo “que se casen mis personajes, no yo”. Nunca se casó”.
- ¿Con que personaje se identifica más dentro del universo galdosiano?
“Yo creo que con El Amigo Manso, el personaje que se enfrenta a su autor. Al principio de la novela Manso declara que Yo no existo, existe gracias a su autor, un escritor que le pide que exista para seguir con su obra : “… este tal vino a mí hace pocos días, hablándome de sus trabajos, y como me dijera que había escrito ya treinta volúmenes, le tuve tanta lástima que no pude mostrarme insensible a sus acaloradas instancias añadir un volumen a los treinta desafueros consabidos”. Es una auténtica genialidad de Galdós, ese diálogo del personaje con su escritor. Máximo Manso, frágil y contradictorio, pero todo un ejemplo de dignidad, tolerancia, comprensión y suave escepticismo en un Madrid lleno de oportunistas y arribistas. Yo creo que Manso era también Galdós, un escritor superdotado, deslumbrante. Manso:” el dolor me dijo que yo era un hombre”. Manso y el poder de la educación. El Amigo Manso es asomarse al Galdós esencial y total, sin duda”.
- ¿Cómo cree que era el escritor en la intimidad?
“Muy familiar, tímido y de pocas palabras, discreto, cortés y paciente. Decían de él que era muy desprendido y una persona muy entrañable, amante de la sabiduría popular, muy tierno con los niños y animales, le gustaba cultivar sus plantas en su casa de Santander. Pero ante la aparición de sablistas y aprovechados se mostraba distante, impenetrable”.
- ¿Y cómo hubiera reflejado la actualidad de España y la Canarias del siglo XXI?, ¿merecería una nueva serie de los Episodios Nacionales?
“El decía en 1907 que “llegará la Democracia a nuestro país pero tardará cien años en instalarse…somos una Monarquía teocrática”. Lo escribió hace más de cien años, se mantienen los cismas ideológicos, el culto nacionalista y los desmanes producidos por la ambición de Poder, aumentan las desigualdades y los grandes privilegios de los que más tienen. La Iglesia quiere seguir “mandando” y la Monarquía se protege con su blindaje legal. Pero también hablaría de los misericordiosos como su personaje Benina: los que salvan emigrantes en alta mar, las ONG que van África a denunciar el hambre, los niños soldados, etc .Le daría para unos 46 nuevos Episodios, sin duda”.
- ¿Y usted, Juan Carlos de Sancho? Leo que califica el siglo XXI de “nihilista y atemorizado”.
“Hay mucho miedo, se ha corrido la voz de que todos estamos siendo espiados por facebook, por los móviles, por nuestras tarjetas de crédito. Los medios de comunicación alientan las noticias falsas y nefastas (les dan publicidad) aumentando nuestros temores, nuestra sumisión y dependencia de la que se aprovechan dictadores y gobernantes asesinos. Ministros como Wert del PP eliminaron de las aulas la Filosofía, la Historia de la Literatura, reduciendo horas de Plástica y Música. El objetivo era claro, acabar con el sentido crítico de los estudiantes, aumentar la ignorancia. La ignorancia facilita el control de las masas, y el miedo también”.
- ¿Canarias es un escenario galdosiano?
“Sin lugar a dudas, hace años había un lema turístico que promocionaba a Gran Canaria como “pequeño continente en miniatura”. Cada isla es un pequeño continente en miniatura, todo se reproduce en igualdad de condiciones que en el Continente grande, incluso mucho peor a veces, somos un pueblo de cercanas lejanías y de lejanas cercanías”.
- Lanza la propuesta de que el aeropuerto de grancanaria lleve el nombre del escritor. ¿Cómo va la iniciativa?
“No va muy bien, los empresarios turísticos se oponen por principio, ignoran el nivel literario de Galdós, su importancia mundial. El aeropuerto de Liverpool se llama Liverpool John Lennon Airport, el de Roma Leonardo da Vinci, el de Granada Federico García Lorca. Aquí ni políticos ni empresarios turísticos parecen estar muy interesados por dar un salto cualitativo, solo defienden turismo de sol y playa; la Cultura les importa un rábano; Benito Pérez Galdós no les parece interesante, no lo valoran”.
- ¿Qué hay de canario en Galdós?
“Él hablaba de la amplia visión que tienen de los hechos y circunstancias los que vienen de ultramar. Destacaría su humor socarrón, siempre presente pese a la dureza de sus descripciones; también sus atrevimientos “surrealistas” en la denominación de sus personajes (Electra, Pedro Infinito, Hipérbolos, Fortunata, El amigo Manso, Tristana.. ) adelantando con ellos el argumento que vendrá después, el interés del lector. Sus diecinueve años de vivir en la isla le conformaron una personalidad cosmopolita, abierta a las noticias que venían de fuera, conformando un estilo literario poco egotista (daba mucha libertad a sus personajes) a diferencia de otros escritores de su época. Pero sobre todo creo que esa lejana cercanía o cercana lejanía que comenté anteriormente sobre el ser insular, imprimió a su literatura una filosofía especial, una manera de contar novedosa, siempre original e inquietante”.
- Ha entrevistado a dos grandes de la literatura en español. A Julio Cortázar cuando vivía el escritor y ahora a Benito Pérez Galdós, muerto hace cien años. ¿Encuentra puntos de contacto en uno y otro?
“Su gran amplitud de miras, su compromiso político (Cortázar defendía también el socialismo en Latinoamérica) y sobre todo su gran capacidad de invención y renovación de la Literatura del momento. Fueron grandes inventores de estilos, valientes, nunca huyeron de atreverse a escribir libros totalmente diferentes, ajenos a la opinión de críticos, periodistas o académicos. Rayuela y El amigo Manso reflejan a dos escritores sabios, únicos, incomparables, atrevidos. Eran dos cronopios universales”.
- El libro incluye una selección de textos de Galdós. ¿Por qué escogió estos y no otros?
“El libro Galdós responde incluye dos conferencias que impartí en la Universidad de Boston en abril de 2019 y en la Casa Museo Pérez Galdós. En realidad provienen de un libro más extenso que saldrá próximamente. Los textos elegidos conforman una conversación más larga”.
Saludos, leer aunque no se Galdós, desde este lado del ordenador