Pilar Álvarez Sierra: “El futuro del libro digital está más cerca del audiolibro que del eBook”

Pilar Álvarez Sierra es la directora literaria de la editorial Alfaguara que hoy pertenece al grupo Penguin Random House. Hace una semanas estuvo en Tenerife para presentar el nuevo curso que emprende La Escuela Literaria, que dirige la escritora Antonia Molinero en La Laguna, donde impartió la conferencia inaugural. Aprovechamos su estancia para hablar con ella sobre el mundo editorial en España, cómo ha afectado la pandemia al sector y cómo hace para leer tanto. Pilar Álvarez dice que tiene una fórmula. “Leo el primer capítulo y el último. También la página 69” y si le interesa se lo lleva a la calle para disfrutar con lo que entonces es solo un manuscrito.

- ¿Qué trabajo realiza una directora literaria?

“El editor es el primer lector de los libros que creemos que deben llegar a los lectores. Funcionamos como un filtro ya que recibimos muchas propuestas y las seleccionamos. El editor literario tiene que entender también qué busca el lector. De alguna manera es como si fuera un nexo entre un libro que busca lector y un lector que busca libro y en ese proceso el editor se encuentra en medio”.

- Y en su caso que fue antes: ¿editor o escritora?

“No sabía que se podía ser editor. Me enteré siendo bastante mayor aunque lo que sí me gustaba era corregir porque siempre he sido la típica pesada del bolígrafo rojo. Desde siempre me ha encantado que lo que se lee esté bien dicho, bien escrito”.

- Comenzó como editora de ensayos.

“La editorial Turner no tenía colección de narrativa y publicaba mucho ensayo aunque prefiera decir mejor no ficción. En Turner se consolidó una colección de libros de Historia y de Música y observamos que parte del talento narrativo no escribía exactamente novela sino relato de viaje con una importante carga autobiográfica. Turner apostó así por publicar La España vacía, de Sergio del Molino que no es un ensayo estrictamente sino un libro muy personal que propone una reflexión y un viaje”.

- La reflexión y el viaje que propone Sergio del Molino está escrita en primera persona.

“El ensayo en primera persona está más cerca de la narración y vivimos unos tiempos donde cada vez más los autores tienden a mezclar géneros. En Turner me ocupaba de los libros de Historia y de los de Ensayo y ahora en Alfaguara de Narrativa, que es una editorial que tiene una gran tradición novelística pero que también incluye en su catálogo a periodistas como Gay Talese y libros como M, el hijo del siglo, de Antonio Scurati que es una biografía muy documentada sobre Mussolini. Con esto quiero decir que hay muchos libros que están al margen y que a mi me gusta esa experimentación”.

- ¿Cómo ha afectado la pandemia de Covid-19 los lanzamientos que tenía previstos Alfaguara este año?

“Mucho aunque en la parte más objetiva estamos muy preocupados por los libreros porque es el eslabón de la cadena que hay que cuidar más. Sobre todo las independientes que son fundamentales dentro del ecosistema de las librerías y porque son las que más sufren esta situación. En cuanto a la editorial Alfaguara la pandemia nos obligó a reducir el catálogo entre un 20 o 30 por ciento. Cancelar no se ha cancelado nada porque entendemos que los libros que queremos publicar se publicarán pero con retraso. Por otra parte, esta situación nos ha obligado a reflexionar sobre la velocidad con la que publicamos con el fin de no agobiar a los libreros con una oferta excesiva por lo que prestamos más atención en cuidar el lanzamiento y sobre todo a publicar menos”.

- ¿Cuántas novedades publicaba Alfaguara antes de la pandemia?

“En un año normal publicamos entre 45 a 50 libros. Este año estimo que serán 31 de los 45 que estaban planeados”.

- ¿Afecta que no se hayan celebrado ferias del libro y que encuentro de editores como el de Frankfurt se produzcan por vía telemática y no presencial?

“Lo primero es que esas actividades, que cuestan mucho hacerlas y que desde la crisis del 2008 ya se encontraban de capa caída, se estaban recuperando y ahora han vuelto a encontrarse en una mala situación y eso afecta a lo autores porque el hecho que no se celebren ferias deteriora la relación y el contacto del escritor con sus lectores. En cuanto a encuentros de editores como el de Frankfurt genera un enorme vacío porque es allí donde conocemos libros de otros países. De momento se capea el temporal como podemos pero sobre todo afecta mucho a la relación del escritor con el lector, que es lo que cuenta”.

- El editor norteamericano se implica mucho en la novela que va a editar. Tanto que propone al escritor cambios y no solo de personajes. ¿Trabaja usted igual?, ¿y si es así cómo reaccionan los escritores?

“El trabajo conjunto editor y escritor cuando funciona es precioso. A mi, personalmente, me encanta discutir el primer manuscrito con el autor y, según mi experiencia, suele encantarles a los buenos escritores. Les gusta que los asesore la editorial porque cuenta con todo un equipo que da forma a los libros sin necesidad de hacer intervenciones violentas. Si la relación funciona, es de las más creativas que hay”.

- ¿Recibe muchos manuscritos?

“Se reciben una barbaridad que no solo es de los escritores que nos envían sus libros ya que recibimos también de los agentes literarios”.

- ¿Y cuántos se leen?

“Tengo una cifra en la cabeza y es que si publicamos 40 libros significa que he leído 240 libros por lo menos. No creo que un editor pueda hacer más, pero por cada libro que se publica tienes que haber leído seis”.

- ¿Le ha pasado alguna vez rechazar un libro y que ese mismo libro funcionase en otra editorial?

“Me ha pasado las dos cosas pero no con libros que no me gustaran sino que se llevó otro editor porque estuvo más rápido o pagó más por los derechos. En este caso, tengo clavado Instrumental, de James Rhodes, que leí cuando estaba en Turner y que intenté contratarlo pero se adelantó Blackie Books, que hizo un trabajo maravilloso con el autor y con el libro. Con La España vacía me dijeron que un libro sobre el mundo rural no tenía interés alguno pero por un milagro descubrimos que sí había lectores que estaban interesados en los pueblos y en reflexionar sobre la despoblación. Estando en Alfaguara me dio mucha alegría apostar por la primera novela de Manuel Jabois, Malaherba, a quien conocía por haber leído sus libros de no ficción lo que me hizo pensar que ese periodista podía escribir una novela buenísima. Conocí a Manuel Jabois justo cuando éste estaba pensando desarrollar Malaherba que tras publicarse ha sido un éxito enorme”.

- ¿Son importantes para Alfaguara los premios literarios?

“Hay que distinguir entre premio y concurso. Los premios se dan porque le interesa a la editorial y tienen una función importante también para los libreros porque son los que llaman en Norteamérica los Blockbuster, libros que se venden a miles y contribuyen a dinamizar el sector porque llega a un tipo de público que a lo mejor no están tan pendiente de las novedades editoriales. No defiendo ni critico los premios”.

- Alfaguara cuenta de hecho con un premio literario.

“Que da un jurado profesional y que intenta que sea un premio que busque una novela que a su vez busque lectores no solo españoles sino que hablen español. Este año lo recibió Guillermo Arriaga por Salvar el fuego y en 2019 Patricio Pron por Mañana tendremos otros nombres. La idea del premio es que la novela ganadora llegue al enorme mercado en español”.

- Pero Alfaguara tiene su propia división editorial en varios países de latinoamérica.

“Cada casa tiene su programa y lo que compartimos son los grandes autores consolidados. Se cuenta con un programa, Mapa de las lenguas, que presenta en cada país lo más destacado de los demás países con la idea de descubrir autores pero siempre ha sido un diálogo difícil aunque hay momentos, como el boom latinoamericano en los sesenta, que funcionó. Ahora resulta más complicado romper barreras entre diferentes narrativas y países pero en Alfaguara trabajamos en ello”.

-Como editora ¿qué busca en un libro?

“La suerte de mi trabajo es que muchas veces crees que busca una cosa y cuando encuentras lo contrario te das cuenta que lo que querías era lo contrario, como en todo. Siempre he sido muy lectora y fan como editora de los libros con una historia, que empujan a pasar las páginas y que te sacan de ti misma. No soy especialmente partidaria de la autoficción. Del yo, de la narrativa que está pensando sobre sí misma sino de los libros que cuentan una historia, en el que hay vidas, familias por las que pasa el tiempo y las generaciones. Las grandes novelas de Vargas Llosa, Nabokov… Los narradores que crean universos son los que me parecen deslumbrantes”.

- ¿Es un buen momento para la narrativa que se escribe en español?

“Se vende de hecho más narrativa escrita en español que ninguna novela traducida. Este es el momento para que los autores españoles se lancen a lo que se conoce como la gran novela americana, una novela expansiva, con una historia y un desarrollo largo de contar y no quedarse en los testimonios de los pequeños yoes ya que la literatura de los últimos años está pasando por un poco de ombliguismo”.

- ¿Cómo explica entonces el éxito de literaturas de género como la negra?

“El auge de la novela negra en los últimos años está relacionado con que es uno de los pocos géneros que cuentan historias. Creo que hay que volver a enganchar al lector por ahí. La novela, la narrativa pura, tiene ganas de encontrar un espacio que nos está comiendo las series de televisión. Hay que volver a comunicarse más con el lector”.

- Parece que por una vez el papel le está ganando la batalla al libro electrónico.

“Se produjo durante un tiempo un leve declive de los libros de bolsillo que se volvieron a vender durante la pandemia. El libro electrónico que no tiene un porcentaje muy alto en el mercado español se disparó también en ventas durante este periodo aunque nuestros esfuerzos como editorial se están volcando en los audiolibros porque entendemos que el futuro del mercado digital está más cerca del audiolibro que del eBook”.

- ¿Por qué?

“Todos tenemos un teléfono móvil que ya no usamos solo para llamar y recibir llamadas sino también para otras cosas y aquí es donde queremos introducir los audiolibros. Llevamos años intentando introducirlo en el mercado español y parece que está calando en el público ya que puedes escucharlo mientras haces ejercicio, conduces… Termina por engancharte porque es un formato que cuando lo oyes es como si se metiera dentro de tu cerebro o como si leyeras el texto en voz alta para ti. El grupo Random House ha hecho una gran inversión. Cuenta con dos estudios de grabación en Madrid y ha contratado a actores de primera fila para la lectura de los libros así que creo que el futuro del libro digital está más cerca del audio que del eBook”.

- ¿Por qué son tan caros los libros?

“Los libros no son caros, son baratísimos en comparación con otras ofertas culturales. Los editores tenemos la obligación en todo caso de dar un producto perfecto. Es decir, que antes de llegar al lector esté bien corregido, que no lleve erratas y se publique en un papel de buena calidad. El libro en España es una suma de las mejores relaciones de calidad precio del mundo”.

-De los libros que lleva editado hasta la fecha ¿de cuál se siente más orgullosa?

“Estoy muy orgullosa de Hijos del carbón, de Noemi Sabugal, hija y bisnieta de mineros. En este libro, la autora recorre todos los poblados mineros de España y cuenta un poco su vida y como la casa, el bar, el colegio pertenecían a la mina y cómo con la transición a las energías limpias se ha destruido toda una forma de vida y, al mismo tiempo, ha dado la oportunidad de regenerar el territorio. Otro libro del que estoy muy satisfecha es La España vacía porque rompió moldes”.

- Una curiosidad, ¿cuántos libros lee al día?

“Como mínimo intento leer un libro al día. Silvia Querini, que fue la directora literaria de Lumen, me dijo que hay que defender tu tiempo para leer. Y tiene toda la razón”.

- Y otra curiosidad ¿cuál fue el libro que lo inició todo. El primer libro que recuerda que leyó y le cambió la vida?

Mujercitas. Leí la novela durante mi infancia unas treinta veces y resulta emblemática en el tipo de novela que me gusta: una familia, el paso del tiempo, las peripecias que atraviesan. No obstante, el libro que me enseñó a leer como una persona mayor fue Los viajes de Gulliver que mucha gente asocia con literatura infantil pero que a mi me enseñó que hay libros que parecen una cosa y son otra” .

LA ESCUELA LITERARIA

Pilar Ávarez y Antonia Molinero se conocieron cuando estudiaban en Madrid en la Escuela Literaria. La enseñanza que recibieron en este centro hizo que Pilar Álvarez trabaje ahora como directora literaria de Alfaguara Penguin Random House Grupo Editorial y Antonia Molinero que lleve desde hace años al frente en La Laguna de la Escuela Literaria, escuela que ha formado a escritores y escritoras. También poetas y guionistas desde sus inicios. Pilar Ávarez Sierra destaca la atractiva oferta lectiva que ofrece la Escuela Literaria de La Laguna y recuerda que lo más importante para un escritor “es saber escribir pero sobre todo saber contarse” y esto es lo que enseña, reitera, la Escuela que dirige en la actualidad la escritora Antonia Molinero.

FIRMA FOTO: Miguel Ángel Roldán

Saludos, a leer que son dos días, desde este lado del ordenador

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