El caso Rodin llega a la calle y salta a la península
Al paso que va el caso, el caso Rodin, va a resultar necesario contratar los servicios de un detective privado que no sea, por favor, francés. El último aldabonazo lo puso esta semana un escrito publicado en El Cultural y que firma Elena Vozmediano en el que explica un poco la trama de personajillos del país que fue cuna, precisamente, de Rodin.
Les invito a que lo lean, si no lo han hecho ya, porque parece que el escándalo recién acaba de llegar a las orillas de la península, donde se hace eco también de esta mala jugada estratégica, por si hubo estrategia alguna vez, el diario El País en su edición del martes, 27 de diciembre y ahora el crítico Fernando Castro.
Al margen de quien sea la mano que está meciendo la cuna en favor de los que están en contra de este desaguisado, es momento que el alcarde de la capital tinerfeña, José Manuel Bermúdez, se replantee todo este asunto y ordene mandar a parar un proyecto en cuyas aguas nadan tiburones de verdad y muchos de ellos con acento francés, y pececillos que son los responsables de la Corporación municipal que hasta el día de ayer se consideraban si no tiburones, sí que toninas aunque después de todo esto, la vendida de moto del proyecto de museo, la penosa gestión de la crisis, más que toninas diría que son tontainas.
De momento, la respuesta del Ayuntamiento chicharrero ha sido la de publicitar en un vídeo (Soy Cultura) la actividad cultural de la capital para mostrar –ante la evidencia de que todo esto ha sido una enorme metida de pata– lo que hace la Corporación por, precisamente, la cultura.
No obstante y como desde esa casa se entiende una puñalada trapera el comunicado que la facultad de Bellas Artes de la Universidad de La Laguna emitió días pasados y a través del cual se hacía público su rechazo a este proyecto, se murmura desde hace unos días y con insistencia en los mentideros que el Ayuntamiento barajó la idea de que instituciones amigas se sumaran al proyecto del proyectado Museo Rodin, y que se presionó y no sé si se presiona a sus altos cargos para que den a conocer sus razones (que no son otras que las del Ayuntamiento, de momento humo) para justificar este, mucho me temo, capricho del señor alcarde.
Disculpen ustedes que no diga de qué instituciones se tratan, pero tras intentar con resultados frustrados llamar a algunos de los responsables que la dirigen, o lanzaron balones fuera o escondieron la cabeza bajo tierra como los avestruces.
El caso es que el caso está rodando cuesta abajo y que lo que comenzó como un guijarrito empieza a convertirse en una piedra en el camino que, como dijo la canción, podría enseñarle a Bermúdez que su destino, como el de cualquiera, es rodar y rodar.
Y esto no ha hecho nada más que empezar. No puedo imaginarme cómo se lo estarán montando en el Ayuntamiento para plantear un argumentario que de la vuelta a la tortilla y justifique pero sobre todo convenza a los santacruceros que este museo va a ser la repanocha para la capital, Tenerife y Canarias entera. Lo que no es verdad aunque el señor alcarde insista en que por sus cojones se haga un museo que nos costará a todos los santacruceros el precio que ya todos conocemos.
Una pregunta, y mucho me temo que metafísica, me asalta ahora y es si en los carnavales del año próximo, que ya están a la vuelta de la esquina, este escandalito que terminó convirtiéndose en un escándalo será motivo de alguna de las canciones de esas murgas que, claman, son la voz del pueblo.
Santa Cruz de Tenerife, mientras tanto, continúa con su ritmo de siempre. La ciudad que siempre duerme se ilumina en unas navidades que les están amargando el turrón a José Manuel Bermúdez, y esto ante un año electoral donde su formación política se juega permanecer o desaparecer definitivamente del terrero político canario.
Desde este su El Escobillón estamos preparando ya la letra de una canción para ver si le sirve de inspiración a cualquiera de las murgas que dicen son la voz del pueblo… La música sería la de la canción Escándalo, que interpretara y popularizara Raphael, y tema que podría convertirse en la banda sonora de todo este asunto que ya ha trascendido a la sociedad civil que no tiene nada que ver con la cultura. Cultura que, sería además la primera ocasión, en que el sector se une y presiona para denunciar lo que está mal, lo que crea un precedente ya que por una vez artistas y otras tribus se unen para ejercer presión. Y la fórmula, de momento, parece que funciona.
Pero quizá el mejor análisis de todo este asunto, del problema Rodin, fue el que me dio un amigo que no tiene nada que ver con culturas y culturetas, con artistas y artisteos: “Parece que nos quieren meter Rodines de polietileno a precio de bronce”. Y pienso mientras se me graba esta apreciación limpia de cualquier perturbación, que el caso Rodin ha llegado donde no quería precisamente el Ayuntamiento que llegara: la calle.
Y eso es todo por hoy…
(*) En la imagen, recreación de las instalaciones del proyectado Museo Rodin en el parque Viera y Clavijo, en la actualidad abandonado a su suerte.
Saludos, continuará…, desde este lado del ordenador
Diciembre 29th, 2022 at 11:45
Esto lo escribía hace menos de un año:
http://www.elescobillon.com/2022/02/un-paseo-por-el-museo-rodin-tenerife/
Me alegra ver que se ha dado cuenta de la tomadura de pelo que supone dicho proyecto.
Saludos
Diciembre 29th, 2022 at 13:04
Gracias por seguirnos en este su blog!!!
Diciembre 29th, 2022 at 14:47
Querido Eduardo. Pienso que la situación hoy no sería tan mala -y quizás irreversible- si se hubiese reaccionado a tiempo, cuando se tuvieron las primeras noticias de este dislate.
http://arquilectura.com/2022/01/26/un-museo-rodin-en-santa-cruz-de-tenerife/
Diciembre 29th, 2022 at 18:56
A una persona inculta no le vendes un museo de 16 millones de euros, pero al señor “Arcarde”, si.
Diciembre 29th, 2022 at 19:32
Consideró que los franceses están abusando de la ignorancia de los políticos canarios. No hay nadie que pueda pensar un poquito de lo que tratan?
Por favor…restauren ese precioso edificio y hagan cultura.
y hagan cultura a nuestros jóvenes. Seguro que saldrá algún Rodin o picaso que llene nuestro museo y calles.