La Feria del Libro de Santa Cruz de Tenerife volverá a mezclarse en mayo con la de artesanía, flores y plantas, dulces y lo que haga falta
El Ayuntamiento de la capital tinerfeña cuenta con un nuevo concejal delegado en Cultura y Patrimonio Histórico, el primero nacionalista y más tarde popular Santiago Díaz Mejías, pero como suele pasar en esa santa casa las formas siguen siendo más o menos las mismas de siempre. Es decir, que la política de todo cambia para que no cambie nada continúa presente en la Casa de los Dragos, y más si nos referimos a materias de cultura que la gestión municipal convierte en curtura.
Decimos todo esto porque tras una reunión que mantuvo el concejal con los miembros de la Asociación de Libreros de Tenerife, se habló hace unos días de volver a unir la Feria del Libro que se celebra en Santa Cruz con la de artesanía, repitiendo el modelo del año pasado que tanto “éxito de público” tuvo pero en la que apenas hubo presentaciones pero sí puestos de firma para que los escritores locales se sintieran protagonistas.
El caso es que, y es una decisión del concejal según nos dicen, este año la Feria del Libro de Santa Cruz de Tenerife imitará a la que celebró en 2023 para decepción de los que todavía esperamos que la capital tinerfeña recupere la Feria provincial que tuvo antaño y que desde hace unos años se la arrebató la ciudad de La Laguna, que ahora acoge este encuentro de autores, libreros y lectores como debe ser una feria del libro.
La cosa que se montará en Santa Cruz, por llamarlo de alguna forma, se ubicará en una de las calles del parque García Sanabria, creo que el paseo Domingo Pérez Minik, y tendrá lugar del 1 al 5 de mayo y será entonces ahí y no en otro lugar donde nos veamos las caras.
Y sí, el parque, el maravilloso parque de esta santa ciudad santa, acogerá no solo casetas de libreros sino también de flores y plantas, dulceros y artesanos que dan un toque de tutti frutti a unos días que deberían de estar consagrados al libro. Pero así están las cosas. Debe ser que a Santiago Díaz esto de los libros no va con él, que prefiere más que cultura, esa curtura que desde hace ya unos años viene caracterizando a las políticas culturales que emana del Ayuntamiento que gestiona mi sufrida ciudad, ese hermoso patito feo que le da la espalda al Océano Atlántico.
Saludos, es lo que hay pero no lo que nos merecemos como vecinos, desde este lado del ordenador