‘Curtura’ oficial y Cultura al margen

Ha llegado hasta mis cada vez más castigados oídos el rumor de que el presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero, convocó semanas pasadas una reunión con lo más escogido y encogido del mundillo artístico canario. Me han soplado varios nombres pero por educación no voy a revelar ninguno pese a que ponga de manifiesto que es de verdad que hay una curtura oficial y una cultura al margen en estas siete islas en las que deshabitamos.

En fin. Me dicen que en esa reunión el presidente del Gobierno canario se preocupó mucho por el estado de la curtura en las islas, y que les pidió a los artistas invitados a que pusieran su talento oficial al servicio de Canarias, una, grande y libre. En ese encuentro, además, Rivero les instó a que explotaran temas tan canarios, canarios, como el mar. El mar…

Que suba Cthulhu y lo vea… Por qué si hay un tema recurrente no ya en la plástica archipielágica sino también en su casposilla narrativa es el dichoso mar… En fin.

De todas formas, quiero creer que esta reunión con la indigesta intelegencia canaria de nuestro tiempo nunca se produjo, y que todo es objeto de lenguas maledicientes, envidiosas y con ganas de meter cizaña, porque esas reuniones discretas resultan a la larga sospechosamente parecidas a las que las celebraba el camarada Stalin con sus artistas oficiales y el comandante en jefe ordene Fidel Castro, quien de golpe y porrazo eliminó a los mejor de la cultura cubana de los años 60 por resultar demasiada crítica y maricona. Así, con todas sus malditas letras.

Mientras tanto, la curtura canaria entretiene al personal con multitudinarios conciertos, suspende festivales modestos y aparta discretamente con la manos a los que piensan de manera no oficiosa mientras nos vende un nacionalismo de pacotilla cuyo lenguaje se les está yendo del tiesto.

Dentro de nada defenderán la pureza racial del canario. Y su característica curtura. Quedan avisados.

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