Leed, leed malditos

Albricias, albricias… llevo unos cuantos días fuera de las islas, divino tesoroooo, y aquí como que no  ha pasado nada cuando ha pasado y de todo… Pardiez, lo de vivir en islas es una santa condena.  Mirad y entended vuestro entorno. Esto de ser Insulares, con rigurosa mayúsculas, es lo que se dice una pu… poned lo que, lo que venga a la mente. ¡¡¡Estimulad la imaginación!!! que este blog sirva como un muro virginal e inocente, como los que ensuciaron las paredes durante la revuelta poética del 68. La imaginación al poder que se dice…

Estoy francamente descontento con mis hermanos de generacion. Pero mucho más con los que vienen detrás. Me siento ya un abuelo. Un viejo protestón blandiendo la espada y la Cruz contra las lecturas equivocadas. No más Benévolas, veneno para las mentes infelices… Pero es signo de nuestro tiempo: verle los tres pies al gato cuando tiene cuatro. Que se sepa. Aunque igual me equivoco.

Tiempos difíciles. Sobre todo cuando los venerables reivindican un título como el de Litell. Pero así son las cosas hermanos y hermanas míos. Un ligero temblor me hace ser un poco más humano y no me agrada. Porque pienso que formo parte del circo. Qué mal lo tenemos los chicos y las chicas que nacimos con espíritu blasfemo… En fin, contando las horas antes de que me capture la Santa Inquisición ahí va mi mensaje de náufrago del siglo XXI: Aprende a nadar. Aprende a nadar hermano y hermana de la cofradía nueva y eterna.

Rezad por todos nosotros. Qué mundo nos ha tocado vivir y tocar y moldear sobre todo con idioteces pequeño burguesas. Qué viva la revolución, claman los desheredados de la Tierra. Que somos todos, mis pequeñas y torturadas criaturas.

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