RBA pone en circulación ‘La mirada del observador’, un título imprescindible de la novela policiaca

Para los que no pudieron leerla en su momento porque hasta ahora se encontraba descatalogada, RBA ha puesto hoy mismo en circulación y en económica edición de bolsillo una de las mejores novelas del escritor Marc Behm, La mirada del observador, título llevado al cine con desigual fortuna todo hay que decirlo.

¿Qué quién es Marc Behm? En este mismo blog le dedicamos un extenso panegírico al conocer la noticia de su muerte, pero no nos importa repertirnos si decimos que es uno de los más extraordinarios y también raros escritores que ha tanteado el género. Su mejor novela, sin lugar a dudas para quien les esribe, es La mirada del observador, que en su momento publicó la extraordinaria editorial Júcar en los 80 en su colección Etique Negra. Y desde ese día no me he cansado de releerla.

Marc Behm tanteó varios géneros literarios a lo largo de su vida, como el policiaco y la comedia fantaterrorífica con otro excelente título a tener en cuenta, La doncella de hielo, entre otras obras de su, sin embargo, no muy fecunda producción.

Su literaratura está poblada de personajes digamos que excéntricos y de una serie de constantes a las que sabiamente supo dar una y otra vez su vuelta de tuerca.

La historia de La mirada del observador comienza siendo la clásica historia de un detective privado a quien le encargan que siga a una joven que, a medida que avanza la acción, se nos advierte que se trata de una fría y calculadora asesina.

Obsesionado por la desaparición de su hija, el detective mantiene una extraña relación de amor y fascinanción a distancia con esta joven que ignora que está siendo vigilada, y que empieza a descuidarse en sus crímenes dejando pruebas que su paciente voyeur se encargará de “limpiar” de la escena.

El detective se convierte así en una especie de ángel de la guardia de la joven, mientras el cerco se va estrechando hasta… No, no vamos a revelarles el final de esta, reitero, imprecindible novela policiaca. Así que háganse un favor y cómprenla.

  

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