La V Feria de la Edición y una reflexión sobre si los canarios somos africanos o los africanos son canarios

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La Feria de la Edición comenzó su andadura sin apenas arañazos, pero como con todas las cosas que nacen con la cabeza  sobre los hombros ha ido ocupando su espacio pese a la ceguera de algunas administraciones locales que siguen empeñadas en asociar cultura con carnaval. Y no es eso. No es eso.

Ayer, jueves, se presentaron los contenidos de la V edición de este encuentro con los editores, que son esas personas raras, raras, raras que se dedican a hacer libros. Entre otras cosas de interés, se anunció la intención de elaborar un Pacto Canario por el Libro y la Lectura y que la Feria, leo en la prensa un mismo titular sólo que escrito con diferentes palabras, sirva de puente cultural. Lo de que Canarias es un puente lo he oído al menos un millar de veces a lo largo de mi vida. Canarias es un puente entre América-África y Europa. Canarias es un puente gastronómico, Canarias es un puente para la introducción de nuevos bichos en América-África y Europa, etc, etc, etc… Ahora, parece ser, Canarias también será un puente (invisible, claro está) para intentar introducir la buena aunque desconocida literatura que se escribe en el castigado continente africano en otros lugares del mundo mundial… Y está bien. Sobre todo en unos tiempos donde parece que los canarios hemos descubierto ese universo que teníamos a la espalda: África.

Esto me hace llegar a una reflexión me temo que inevitable. ¿Somos los canarios africanos? En mis años de deliciosa aunque también amarga adolescencia el debate estaba en al calle. Yo nunca me sentí africano, que quieren que les diga, aunque queda como exótico soltarlo en territorio peninsular. Otras voces comentaban en esos tiempos que ya no volverán que Canarias era Europa (tampoco me siento europeo, la verdad) aunque geográficamente africanas. Y unos terceros, a los que todos señalábamos con el dedo, decían que Canarias era España y punto. Ahora que soy mayor me he dado cuenta que, efectivamente, formo parte de ese conglomerado delirante de nacionalidades que es España, aunque culturalmente mis apetencias se decantan por casi todo lo norteamericano y ocasionalmente británico. Me gusta su literatura, me gusta su cine y su música por encima de lo que se haga en Europa, África y Asia… sin olvidarme de Oceanía. Y como yo, creo que muchos. Aunque esos muchos siguen empeñados en la mentira de que los malos de la película son los gringos, pese a que unos muchos babeen con J.F.K y ahora Barak Obama.

Pero no iba por aquí la cosa. Escribía sobre la V Feria de la Edición y de cómo llena el vacío que últimamente me está dejando la Feria del Libro de Santa Cruz de Tenerife. Por un  lado, basta comparar (aunque las comparaciones sean odiosas) la organizaciones de una y otra. Normalmente la Feria de la Edición funciona como un reloj mientras la del Libro camina como John Wayne al bajar del caballo en una película de vaqueros. Es cierto, no obstante, que una feria es para un sector muy concreto, los editores locos, y que la del libro pretende acercar este curioso objeto, el libro, a la calle. Lo que me asombra es que unos (los primeros) suelan cumplir sus objetivos mientras que los segundos (los libreros) vayan a su bola. Pero es una observación muy personal la mía, y es probable que me equivoque aunque algo me dice que no… En fin.

Entre los invitados de este año a la V Feria de la Edición (se celebra del 25 al 28 de septiembre en el Círculo de Bellas Artes y no en La Recova vieja como hasta ahora) destaca la asistencia de miembros del Centro Español de Derechos Reprográficos (CEDRO) y de la Sección Autónoma de Traductores de Libros de la Asociación Colegial de Escritores de España (ACEtt), además de Teresa Iturriaga y representantes de la importante Bienal del Libro de Ceará, Brasil, y el Instituto Ramón Llull, La nota musical (como ya informamos en su momento) la pondrá Manecas Costas

Seguiremos informando.   Y si es con un libro en las manos mejor.

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