Cuidado con él: Iceberg Slim

Conocí a Robert Beck (aka Iceberg Slim) tras leer un artículo firmado por James Ellroy. Ellroy no es un  escritor dado a reconocer el trabajo de otros, así que supuse que sí citaba a Slim, éste debía tratarse de un escritor duro. De esos que una vez lo lees te cortan el aliento.

El problema fue cuando busqué referencias del tan Iceberg en Internet, y digo problema porque fue allí donde me enteré que sí, había sido traducido al español, aunque en la mítica pero también desaparecida colección Contraseñas de la editorial Anagrama. Tuve la suerte, sin embargo, de conseguir esos dos títulos (Pimp, la historia de mi vida y Trick Baby) a través de un librero de confianza, aunque tardó su tiempo en rastrearlas y hacérmelas llegar.

La espera, no obstante, mereció la pena. Pimp y Trick Baby son dos novelas, amigos y enemigos, incómodas. Molestas, brutales. Iceberg Slim nos narra en Pimp un pedazo oscuro de su vida, la de un chico negro que se convierte en chulo con todas sus letras. El libro no hace concesiones, es un relato frío como un bloque de hielo sobre las andanzas de un tipo que explota a un grupo de mujeres en su propio beneficio y que se pone agresivo si su “ganado” le toma el pelo. Para nada conmovedor, os advierto que se trata de un demoledor (aunque penosamente traducido) manual a los infiernos de la marginalidad.

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Recuerdo que cuando pasaba las páginas de esta hipnótica historia me temblaban las manos. Y creedme si os digo que yo, que soy uno de esos ejemplares raros que suele llevar un libro a todas partes, me sentía violentado cuando alguien me pedía echarle una ojeada en la calle. Maldita sea, tenía la sensación que lo que transportaba bajo el brazo era la mismísima Biblia de Satanás. Lo que te cuenta estremece porque está narrado por un perfecto canalla. Eso sí, con un estilo resignado que aplasta; y lo que es más aplastante, con una indiferencia que te descoloca. No hay arrepentimiento ni moralina con sabor jdueocristianos. Slim parece decirnos que a él le tocó lo de ser un chulo, y que así son las cosas.

Por eso advierto que acercarse a su mundo poblado de estafadores de pacotilla, mujeres que se venden por nada y hombres que le sacan lo poco que tienen a base de tortas, da pánico. Y da pánico porque es auténtico. De ahí que sus libros se convirtieran en éxito de ventas en la comunidad afroamericana donde para muchos su autor es una especie de ídolo de la marginalidad y del submundo rapero y del hip hop. Entre ellos Ice T, cuyo nombre artístico rinde homenaje al aka de Beck, Iceberg Slim.

La segunda de sus novelas que cayó en mis manos, Trick Baby, no me resultó tan impactante como su recorrido biográfico por los barrios bajos de la gran ciudad. Tiene sus momentos, un prólogo interesante (donde el propio Beck nos cuenta la historia de su personaje tras compartir celda en la cárcel) pero su desarrollo resulta demasiado bestia. El protagonista de la novela, White Folks, es un negro con apariencia de blanco. Y queencima se parece al actor Errol Flynn, lo que lo convierte en objeto de deseo de mujeres blancas con furor uterino. Folks, sin embargo, siente devoción por su hermanastra, que está liada con una lesbiana. Wuaw, contado así parece el resumen de una mala película pornográfica, pero tiene su pulso, y sobre todo un soterrado odio a los blanquitos, hombres y mujeres que sienten las mismas pulsiones que los de su raza, nos viene a contar. El problema es que a pesar de este sentimiento no se plantea como otros escritores negros, asuntos como la emancipación porque Slim es un individualista en toda regla.

Leyendo sus libros uno se imagina a los protagonistas de sus historias (al parecer escribió siete libros inspirándose en su aventura existencial) como a los negros con trajes de terciopelo y cadenas de oro que hemos vistos en las películas de los años 70, sólo que ese personaje chillón no es un monigote dentro de un filme sino un perfecto hijo de ¿?, que tuvo en este escritor a su trovador más inspirado. Su clave, que iba directo al grano. También que no se cortaba un pelo. Ahí os dejo un botón de muestra de su retorcida filosofía: “Los mejores padrotes (chulos) que yo haya conocido, que son aquellos que pueden hacer veinte, quizá treinta años en la profesión, eran profundamente despiadados y brutales. Básicamente tenían un odio elemental hacia las mujeres.”

Iceber Slim falleció a los 73 años en 1992. Para entonces se había convertido en el escritor negro más leído de la historia pese a que nunca se tomó en serio como escritor. Era una manera cómoda de ganarse la vida, dijo.

Cuidado con él.

No Responses to “Cuidado con él: Iceberg Slim”

  1. Lectora Says:

    Sólo un apunte rápido:

    Comienza el Rastro Solidario en la Casa de la Cultura de S/C. Libros a uno y dos euros, entre los que se pueden encontrar (según dicen) algunos libros raros y curiosos. Desconozco si están liberando espacio o son libros donados.

    Tampoco sé lo que se puede encontrar, pero quizá haya algo para fetichistas y bibliófagos en general… Por difundir, que no quede.

    Saludos y suerte

  2. editorescobillon Says:

    Gracias por el avisi. Un abrazo. Y ahí estaremos.

  3. Maskara Says:

    Yo lo cogí en la Biblioteca de la Comunidad de Madrid de Villaverde Alto, para quien le interese. Por cierto, a mí sí me gustó la traducción, resulta difícil traducir tanta jerga y queda muy a los años 80 de aquí, lo que le pega. También resulta impactante pensar que habla de los ¡años 30-40!, y habla de todas las drogas y de elementos que, como pone aquí, nosotros relacionamos con los años 70. Impresionante también su paso por la cárcel, la denuncia brutal (aunque él no lo pretende) de las condiciones y los asesinatos impunes.

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