Saludos “extraños” a este lado del ordenador

Ya estoy otra vez por aquí, que se dice. O “como decíamos ayer…”, frase que me encanta y que cuentan que dijo Fray Luis de León cuando inició su clase en la Universidad de Salamanca tras pasar varios años en las cárceles de la siniestra (¿santa?) Inquisición… Y vuelvo con esa extraña sensación con la que regresan todos los que han disfrutado de un breve paréntesis vacacional: Parece que esos días de ausencia de la tierra que me vio nacer no existieron jamás. Que son parte de un sueño relajado, emocionalmente vividos, es verdad, pero sueños al fin y al cabo. De vuelta a casa y a la rutina canaria canalla creo que cualquier día pasado fue mejor. En el post de despedida anterior doy las gracias a todas y a todos los que me animaron con sus comentarios a seguir adelante…

Mala noticia para los que gustan del rock nacional.  Yo no soy lo que se dice un fiera en rock nacional, pero tengo buenos amigos que sí lo son (Tomás Flores, Maillo y otros tantos) que se han roto la cabeza intentando que descubra las excelencias de una música que, diablos, no ha terminado nunca por entrarme. Vale, me sigue tocando la fibra generacional el no mires a los ojos de la gente de Golpes Bajos o esta mala hora, condenado estoy, de Radio Futura, pero el resto del rock patrio me resbala. Escribo estas líneas, no obstante, como homenaje a una de sus figuras más auténticas y por lo tanto legendarias: Antonio Vega. El de Nacha Pop.

Y no, no es que me gustara especialmente lo que cantara Vega, pero reconozco que fue uno de los pocos personajes interesantes del rock español de todos los tiempos. Y lo fue por ese aire trágico de quien fue rebelde casi toda su vida, de quien quiso vivir al margen de las reglas y de quien entró de cabeza en la esclavitud de las drogas no sé ya si por conciencia o por ganas de facilitarle el trabajo a esa señora que nos da la mano desde que nacemos y que llamamos Muerte.

Es Maillo quien me llama para anunciarme la muerte de su amigo y siento tristeza. Más por Maillo, extremadamente conmovido, que por el cantante. Ya mito. Y pienso que esto de la vida es una broma. Tanto sufrir, tanto mirar la cuenta corriente, tan preocupados por todo y por nada para que al final la Señora te coja de la mano y se acabó lo que se daba.

Ya ven, vuelve uno de vacaciones y se pone trascendental.

Saludos extraños a este lado del ordenador.

9 Responses to “Saludos “extraños” a este lado del ordenador”

  1. Carlos Says:

    Señor García Rojas: su pesimismo trágico me resulta ridículo.

  2. editorescobillon Says:

    Señor Carlos: su pesimismo trágico me resulta (muy) divertido.

  3. Lectora Says:

    ¡Hola!
    y bienvenido. Entré hoy para echarte una bronca por tu ausencia desmedida y me doy cuenta de que ya llevas un día trabajándote el blog. Y yo sin enterarme.

    No mires a los ojos de la gente… y bienvenido otra vez.

    Salud y alegría.

  4. Ike Janacek Says:

    Gasp! ¿Está usted de vuelta, don Eduardo? ¿del todo? (al menos espero que no “de todo”) … ¡Me alegro!, porque pensaba que La Opinión había vuelto a recortar plantilla.
    Me alegro mucho. Bienvenido.

  5. editorescobillon Says:

    Sonará cursi porque es muy cursi pero si no es por vuestro apoyo hace tiempo que ya hubiera tirado la toalla. Lectora, espero que tu hija haya disfrutado de la lectura de Guardián entre el centeno tanto como las disfruté yo en su momento (el plural es de verdad, la habré leído como unas cuatro veces).
    Ike, un abrazo fuerte.

  6. Uno Says:

    Lamento coincidir con uno de los comentaristas. El autor de este blog es tan dramático en algunos textos que termina por cansar. Yo creo que no hay nada como unas buenas risas para dejarse de tanta trascendencia con la que, aparentemente, sólo se busca el aplauso de algunos lectores. Sinceramente y con todo respeto, creo que vale mil veces más la risa y el disfrutar que el ahondar en la tragicomedia de la vida y no sé qué cuentos más, un tanto trillados ya, por cierto.

  7. editorescobillon Says:

    La tragicomedia forma parte de nuestra vida. Uno ríe y otro llora por los vaivenes de la vida. Como firmas como pseudónimo no sé si me conoces personalmente, pero si me conocieras en carne y hueso es probable que te dieras cuenta que soy de los que prefiere una buena comedia a un buen drama. No son tiempos, de todas formas, para ir llorando por las esquinas, pero tampoco para soltar una carcajada sin seso. Y eso, lo de sin seso, es lo que marca (me temo) tu comentario.
    Ya ves, otra vez trillado.

  8. Uno Says:

    No, no lo conozco personalmente, por eso lo trato de usted. Simplemente leo sus textos, con los cuales me he entretenido mucho porque aportan datos y comentarios interesantes. Pero sí he notado en algunas ocasiones cierto aire de pesimismo con el que no coincido y que me parece un poco de cara a la galería. Sólo quería aportar ese comentario (hecho con seso), pero me da la impresión de que no lo ha sabido encajar demasiado bien, lo cual me sorprende porque se deduce de su forma de escribir que es usted una persona sensata y tolerante.

  9. editorescobillon Says:

    En fin Uno, disculpe usted si lo he ofendido, pero entienda también que sus palabras pudieron molestarme. Intento ser una persona sensata y respetuosa (lo de tolerante no lo tengo tan claro), que es lo mínimo que le pido a los demás que sean conmigo. Le aseguro también que ese tono a lo Leoncio y Tristón que a veces empañan estos comentarios no son de cara a la galería sino a mi mismo. Es decir, una manera de quitarme de encima los demonios de la culpa (dichosa educación católica la recibida) que me muerden la conciencia por naderías. Tiene usted razón, debería de ver las cosas con otro color, y créame si le digo que lo intento.
    Una vez más, acepte mis más sinceras disculpas.
    Y gracias por visitar esta bitácora. Pero sobre todo por participar en ella.
    Y si me lo permite, un fuerte abrazo virtual.

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