Efectivamente, más dura será vuestra caída

Como casi todos los domingos el pasado me di una vuelta por el Rastro para ver libros. El Rastro, ya lo he escrito en varias ocasiones, a veces me da enormes satisfacciones como comparador de volúmenes usados, algunos de ellos con las tapas amarillentas porque se tratan de ediciones que ya no existen en nuestro mundo (im)perfecto mordido por la sombra de la crisis. Así que pasear por el Rastro es uno de mis ejercicios semanales más placenteros. Me encanta la mezcla de olores, los gritos, la masa paseando arriba y abajo, ese aire bullangero que genera y donde parece que se funde el alma de una ciudad tan necesitada de identidades como es Santa Cruz de Tenerife.

Pero divago como casi siempre. Les contaba que me fui al Rastro y que como me pasa a veces, descubro volúmenes en primeras ediciones que hoy se han vuelto a reeditar con todo el mimo y la paciencia que se merecen, pero que a éste que les escribe le seduce más leerlos tal y como aparecieron por primera vez en este país que se nos pierde (¿o ya se perdió?) que son las Españas.

budd-schulberg-001.jpg

Entre los libros que me llevé a casa con ese tonto nerviosismo que me entra de haber conseguido un ejemplar único por raro o extraño, se encontraba una novela de un escritor y guionista norteamericano que esta misma semana ha vuelto a ser actualidad en los medios a raíz de su muerte. Me refiero a Budd Schulberg y su ficción quizá más conocida y celebrada: Más dura será la caida. Escribo estas líneas con el ejemplar que me hice en el Rastro el domingo pasado mientras me planteo si existen las casualidades, el azar. Si todo está escrito, o si todo lo vamos escribiendo con reglones la mayor parte de las veces torcidos. En fin, con todas esas preguntas que sólo te llevan a un callejón sin salida en el que al final te das cuenta que estás más solo que un intelectual en el Parlamento de Canarias. Lo que ya es decir.

Al enterarme ayer de la muerte de Schulberg me asaltó de pronto la idea de que el fantasma del escritor me llevó a su novela en ese puesto perdido en el Rastro porque los escritores son así. Buena gente pese a sus dobleces humanas.

Todo lo que tengo de Schulberg en la cada día más nutrida biblioteca de casa lo conseguí en tiendas de viejo o rastros de esos mundos de Dios. Así, tengo su estupenda ¿Por qué corre Sammy? en un volumen de la para mi innolvidable colección Reno. Y Los Desengañados en una edición de Noguer que me pidió a gritos que me lo llevara a casa cuando vivía en plena seducción fitzgeraldiana. Ahora, tengo Más dura será la caída, libro que ha sido editado recientemente por Acantilado así como las memorias de este singular escritor y guionista hollywoodiense que casi toda su vida fue un tipo afortunado.

Afortunado porque nació en una familia de cine, de la rancia aristocracia cinematográfica de la Meca del cine. Afortunado porque durante la tristemente célebre caza de brujas dio un pasito atrás y junto a Elia Kazan escribió una gran película sobre ese innoble ejercicio que es la delación (La ley del silencio), evitando que le hicieran la vida imposible por sus ideas progresistas. Otros muchos cineastas y escritores prefirieron mantener la boca cerrada y no denunciar a sus colegas y aceptar sufrir la injusticia de un sistema herido por la paranoia. Héroes a los que nunca se le rendirán el homenaje que se merecen por ser hombres y mujeres que dijeron NO con todas sus letras en tiempos de miedo. No fue su caso. Ni el de Kazan.

Aún con esas, Schulberg es Schulberg. Un excelente escritor y un excelenbte cronista de las miserias humanas. Probablemente porque se sintió, a raíz de su traición por un puñado de dólares, un miserable.

Mi padre, que siempre fue un hombre bueno y justo como no he vuelto a encontrar en mi vida que se acaba, perdonaba sin atisbo falsariamente cristianos a los que llevaron a su tío a la muerte y a su padre a la cárcel durante la Guerra Civil española, diciendo que eran otros tiempos. Otros tiempos… No sé, fue una más de las lecciones de mi padre que me mostró que mi destino sería el de rodar y rodar. También que el perdón (quitándole los tontainas prejuicios cristianos) es la mejor manera de demostrarte a ti mismo que está por encima de las miserias a las que te obliga esta vida en sociedad. Por eso, con el ejemplar recién adquirido de Más dura será la caída y la muerte reciente de Schulberg me pongo a pensar que, efectivamente, qué difícil es seguir siendo persona cuando alcanzas ese estadio en la vida que es el de ser un tigre de papel. Y que por lo tanto no me das (dan) miedo. En todo caso una amarga lástima.

En fin.

Saludos metafísicos desde este lado del ordenador.

2 Responses to “Efectivamente, más dura será vuestra caída”

  1. Enrique Pozas Says:

    Olvida usted que Schulberg también fue guionista de otra gran película de Kazan, aunque quizá menos conocida, Un rostro en la multitud. Uno de esos título de necesaria revisión para todos los que todavía no se creen el poder manipulador de la televisión. No obstante, me ha gustado su emotivo y personal retrato de este excelente guionista y escritor. Saludos cordiales.

  2. editorescobillon Says:

    Gracias por su comentario. Y por recordarme Un rostro en la multitud.

Escribe una respuesta