Curándome el dichoso virus de la ‘tarantinitis’

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Veo Malditos Bastardos, de Quentin Tarantino, un cineasta que hasta Jackie Brown, sólo me había hecho ni fú ni fá. Tras su magnífica Kill Bill, confieso que fui otro de los hechizados del virus de la tarantinitis, gripe que continuó contagiándose con su segmento en Grind House: Death Proof, aunque no sé si a base de cataplasmas y aspirinas estoy recuperándome tras ver su ambiciosa pero frustrante Malditos bastardos.

Toso, luego siento que es una película irregular. La veo en versión doblada, luego juego con desventaja. Pero aún con esas, noto como la tarantinitis se repliega y se escapa por los poros de mi piel pese a que su inicio (y su glorioso y vengativo final) sea síntoma de que el virus se resiste y ataca con virulencia.

El inicio de Malditos bastardos es un excelente calco de una de las mejores escenas de Hasta que llegó su hora (titulada originalmente Érase una vez en el oeste…) del maestro Sergio Leone pero luego se repliega, y quiere multiplicarse en otras películas que no es una sola.

Y eso pese a que el filme prometía. Un western de vengadores. Los ¿buenos? son esa pandilla de bastardos (ellos y ellas) y los malos… pues los malos son los nazis pero… y ahí comienzo a recuperarme de la tarantinitis aguda: ¿qué?

Nada.

Con todas, Malditos bastardos tiene momentos. Pocos, pero tenerlos tiene.

Salgo de cine mosqueado.

¿Por qué?

Empiezo a notar que me abandona el virus de la tarantinitis.

Toso. Achús.

Ustedes perdonen, pero es que cuesta salir de esta dichosa gripe.

Saludos, sólo meridianamente bastardos, desde este lado del ordenador.

2 Responses to “Curándome el dichoso virus de la ‘tarantinitis’”

  1. Ornelia Says:

    Aburridísima hasta decir basta. Le puede interesar a algún estudiante de lenguas, para practicar. El actor que hace de nazi es lo único más o menos salvable. Qué pena. Supongo que ser el enfant terrible del cine pesa mucho y no siempre se está a la altura de la propia reputación.

  2. David D. Says:

    Yo sin embargo tengo que decir que no me aburrí (ese es el mérito principal para mi en una peli de este corte), aunque Tarantino nunca ha sido plato de mi paladar (hay secuencias en sus pelis que me entusiasman y de otras qué decir…). Es cierto que hay secuencias más brillantes y otras ramplonas, pero creo que el pulso Tarantino está ahí. Verla en v.o. ayuda, es necesario en esta película. Hace unos años le perdí el respeto a este director, y lo que son las cosas, ahora le vuelvo a respetar, posiblemente con su peli más floja en varios años, según sus seguidores. Será que últimamente me aburro tanto viendo el cine más comercial o de carácter bestialmente comercial, que cuando no me pasa lo agradezco profusamente.

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