SILA hace balance

La organización del Salón Internacional del Libro Africano (SILA), celebrado en el Castillo de San Felipe del Puerto de la Cruz del 24 al 27 de septiembre, hace balance del encuentro, destacando este encuentro como de excepcional para conocer y difundir la riqueza de las letras africanas. SILA prepara ya su próxima edición respaldado por el convenio suscrito con Casa África que sitúa el Salón entre los proyectos culturales preferentes de la institución.

SILA, celebrado dentro del VII Encuentro de Editores en Canarias, reunió durante cuatro días en el Castillo de San Felipe del Puerto de la Cruz a escritores, editores y especialistas procedentes de países como República Democrática del Congo, Guinea-Bissau, Argelia, Senegal, Guinea Ecuatorial y Mali para debatir sobre oralidad, el papel del escritor en África,  el uso de la lengua en literatura y los canales de difusión del libro en el continente, entre otros temas.

La cita sirvió para poner en contacto países africanos que no suelen coincidir en encuentros de estas características, pero también fomentó acuerdos y nuevas amistades con los invitados croatas, españoles y canarios participantes en la programación del Encuentro de Editores en Canarias que este año ha ampliado su proyección hacia el continente africano con SILA, el primer encuentro de estas características que se celebra en España, calificado por todos los asistentes con adjetivos como “exitoso”, “sorprendente” y “revelador”.

Algunos participantes, como el periodista y escritor Waldir Araujo (Guinea-Bissau, 1971), destacaron el carácter “excepcional” de SILA por reunir países tan diversos y de lenguas distintas. Araujo explicó que Guinea-Bissau, de habla portuguesa, no suele ser invitado a encuentros profesionales con africanos de otras lenguas. De igual manera, la antropóloga argelina de origen bereber Tassadit Yacine-Titouh felicitó a la organización por contar con su pueblo amazigh, “con una historia riquísima que existe desde hace tiempo, pero que desde hace tiempo también conoce la dominación cultural”.

Por otro lado, el profesor de Filología Francesa de la Universidad de Alcalá de Henares, Wilfrid Miampika, situó el debate más allá al señalar que el africano convive con 1.300 lenguas: étnicas, nacionales y coloniales y que lo importante es “¿cómo se revierte esta pluralidad en la escritura del autor”. Miampika afirmó que la pregunta “ya no es por qué escribes en francés, sino cómo construyes un imaginario propio en francés”.

Como ejemplo de escritores que han construido un poderoso imaginario en lenguas coloniales, SILA contó con el congoleño Henri Lopes, que ha escrito toda su obra en francés, y el guineocuatoriano Donato Ndongo, que declaró en el diálogo con el periodista Alfonso González Jerez no considerarse “un ladrón de lenguas” porque el español, a pesar de ser la lengua colonial en Guinea Ecuatorial, forma parte de su “herencia”. Henri Lopes, invitado a SILA dentro del programa Letras Africanas de Casa África, está considerado uno de los grandes escritores de su país y su obra literaria, recogida en títulos como Tribaliques, Sans tam-tam, Sur l’autre rive, Le lys et le flamboyant, Reír y llorar y Caso cerrado ha sido escrita completamente en francés por lo que declaró que “esa cuestión no tiene vuelta de hoja, es muy clara”.

Lopes opinó que esa tensión entre quienes abogan por recuperar las lenguas naturales y quienes defienden aceptar y normalizar el uso de las lenguas coloniales “no se da entre escritores”. “La mayoría de escritores ha comprendido que la preservación de las lenguas y la escritura en el mundo moderno son dos cosas distintas”, dijo Henri Lopes recordando el caso del escritor senegalés Boubacar Boris Diop, que decidió escribir en su lengua nacional (wolof) y posteriormente él mismo las tradujo al francés porque constató que en wolof no tenían difusión. Mary Jay, directora del African Books Collective, una organización fundada en 1984 para cooperar con el desarrollo de las políticas de distribución del libro en África, planteó en uno de los debates dedicados a la difusión una cuestión fundamental: “Lo importante para la literatura africana es que sea leída por los africanos”.

Jay explicó que la clave en África no es sólo la edición del libro, sino todo el proceso que lo rodea hasta que llega a manos del lector: distribución, difusión, promoción y marketing, una compleja y sofisticada cadena en un continente donde hay países con altas tasas de analfabetismo y graves problemas económicos y, sobre todo, con realidades específicas muy distintas.

La solución, dijo Jay, pasa por establecer un “gran partenariado” entre los países africanos y los desarrollados para lograr el impulso de la edición y distribución en África. En el caso de Mozambique, explicó Celso Muianga, de la editorial Ndjira, la situación es la de un país depauperado, con altas tasas de analfabetismo.

“El libro en Mozambique es casi una rareza”, dijo Muianga, que compartió con Mary Jay y la editoria canaria Susy Alvarado la idea de que es necesario crear ese gran acuerdo. El Encuentro de Editores en Canarias celebró su séptima edición como un proyecto maduro y cohesionado, y lo suficientemente sólido como para alternar el apartado dedicado a África con su programación habitual, que este año incluyó debates específicos sobre libro y nuevas tecnologías, presentaciones de libros y proyectos, como el Foro de la Bibliodiversidad y las ya tradicionales catas de libros y vinos canarios.

El Salón Internacional del Libro Africano se celebra dentro del VII Encuentro de Editores en Canarias. Organizado por la editorial Baile del Sol y Producciones Mirmidón va dirigido a todos los sectores profesionales implicados en la producción del libro. Cuenta con el patrocinio de Casa de África, entidad perteneciente a la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI), del Ministerio de Asuntos Exteriores, con sede en Las Palmas de Gran Canaria, así como la Dirección General del Libro y la Dirección General de Relaciones con África del Gobierno de Canarias; el Cabildo de Tenerife, desde el área de Cultura y de Cooperación Internacional (Economía y Competitividad) y el Ayuntamiento del Puerto de la Cruz.

Otras entidades colaboradoras en esta primera edición del SILA son la Dirección General del Libro de Portugal, el Ministerio de Cultura de la República de Croacia y el Centro Español de Derechos Reprográficos (CEDRO), que participa por cuarto año consecutivo, con la presentación de algunos programas para la protección del libro y los derechos de autor y del Ministerio de Cultura. Saludos desde este lado del ordenador.

Saludos, saludos desde este lado del ordenador.

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