Amo ese “armatoste circular”

Leo con suma sorpresa el artículo que Joaquín Catalán –director de La Opinión de Tenerife, periódico en cuya edición digital se aloja mi modesto blog– publica hoy con el título ¿Qué pinta El Tanque? Y lo leo con estupor porque no entiendo sus argumentos en contra de un espacio cultural cuyo mayor error fue nacer viciado entre los que estaban a favor de su permanencia (integrados) y en su contra (apocalípticos).

Catalán defiende en su texto que se lo lleven de la ciudad y de la isla, aunque no esgrime razones culturales sino de natural hastío (que comparto) por el confuso debate que ha generado entre las instituciones para proteger una instalación que, al menos este escobillonero que les escribe, le parece necesario y muy urgente mantener en la ciudad. Y subrayo mantener, siempre y cuando El Tanque cuente con una programación estable que le dé el aire que se merece. Esfuerzo, por otra parte, del que me consta están trabajando creadores de diverso pelaje pese a que sus propuestas caigan en saco roto. Razones no faltan para echar atrás iniciativas desde las administraciones, aunque hoy la más sobrada sea el comodín de la crisis.

Entre otras notables carencias, Santa Cruz de Tenerife no es una ciudad que se caracterice, precisamente, por estar dotada de espacios culturales (vale, está TEA pero para de contar). Y mucho menos si son alternativos, tan ajenos en una ciudad conservadora como es la nuestra. Entiendo, pero no puedo compartir por eso, que para los apocalípticos les resulten extrañas las características físicas de mi preciado El Tanque, pero no creo que sea razón suficiente para reclamar su desaparición.

En una capital de provincias como es la nuestra, tan poco dada a respetar la obra de artistas de vanguardia, algunas de cuyas esculturas en la calle han desaparecido literalmente para asombro de muchos, se le debe de exigir a sus gestores sensatez con lo que tiene, y recuperar para la ciudadanía espacios que, como El Tanque, se me antojan moribundos por inactivos. Abandonados.

Por ello, y declarándome (por una santa vez) objetivamente integrado, ruego a los dioses que El Tanque se mantenga. Y que se mantenga vivo.

Amo ese “armatoste circular”. Y lo amo tanto por bello como por diferente. También porque siento cuando me sumerjo en sus entrañas que penetro en un templo laico que sólo debe rendir tributo al arte. Con todas sus letras: A de ambicioso, R de rebelde, T de telúrico y E de excepcional.

Por último, no puedo compartir tampoco el argumento de que El Tanque quiebre la armonía de Cabo-Llanos mientras que sí lamento que, salvo episódicas experiencias, este espacio que tanto amo no haya tenido el protagonismo social y cultural que le debemos.

No, amigo Joaquín, El Tanque sí debe permanecer.

Saludos, muy integrados, desde este lado del ordenador.

14 Responses to “Amo ese “armatoste circular””

  1. Mario Domínguez Parra Says:

    La armonía en mi opinión la quiebran las torres mellizas. El Tanque es la última esperanza de heterogeneidad cultural en la Necrópolis.

  2. editorescobillon Says:

    ¿Y qué me cuentas del achacoso y vetusto Rascacielos de Tres de Mayo?

  3. Mario Domínguez Parra Says:

    El Faro de una Alejandría Putrefacta.

  4. Antonio Jiménez Paz Says:

    Escribo para declararme un amante serio de las características como espacio escénico-cultural de El Tanque… Lo que significa que me he quedado de piedra al leer la columna del director del periódico La Opinión, Joaquín Catalán, lo que considero -si no lo aclara, porque no entiendo si está de guasa (lo que lo salvaría) o lo que expresa es en serio- su mayor metedura de pata de todo un director de un periódico del cariz de La Opinión. Considero que debe publicar otra columna (El Tanque II) donde aclare de manera determinante esa posición tan lamentable que da a entender sobre la columna publicada este miércoles sobre El Tanque… No es que me haya quedado de piedra, tampoco helado, tampoco patidifuso. Sinceramente no sé ni cómo me he quedado cuando tomando un cortado me puse a leer su columna.

  5. Rosa Says:

    En mi opinión El Tanque es un magnífico espacio arquitectónico merecedor de ser conservado para el futuro como muestra del trabajo de los ingenieros a mediados del siglo XX. No quedarán muchos testimonios como éste. En Alemania se conservan varios que, habiendo quedado fuera del uso para el que se construyeron, se han reconvertido en espacios culturales, como el nuestro; tampoco aquí inventamos nada que no se hubiera hecho ya en otras partes. Lo que perjudica a El Tanque es la extrema infrautilización que se hace de él, la escasa dotación económica que lo sustenta para llenarlo de actividades, aunque también es cierto que con imaginación y esfuerzo se pueden lograr espectaculares resultados, como lo conseguidos por Nestor Torrens durante el pasado verano.

  6. Nando Parrado Says:

    Bravo, señor Eduardo. Comparto cada una de las palabras de su comentario. Por otra parte, ¿cómo se puede decir que El Tanque desentona en Cabo-Llanos? En tal caso, ¿qué elementos “sí” entonan? ¿Las manzanas y manzanas de edificios cutres?, ¿las dos torres?, ¿el Lazareto cubierto de palmeras?

  7. Eve Harrington Says:

    ¿Armonía en Cabo Llanos? ¿Y El Meridiano? ¿Y las Torres? Bueno, y ni contarte el rascacielos…Qué pena de ciudad!!! Y lo peor de todo es que parece que a la gente no le importa…O por lo menos esoo dicen cada cuatro años cuando van a votar…los que lo hacen…

  8. Rorschach Says:

    Don Eduardo, como yo siempre he sido pacifista prefiero que los tanques estén más bien fuera. De todas formas, para evitar confusiones, lo mejor sería llamar a este espacio de una manera más canaria, sin que pierda su utilidad ni su forma. Y qué mejor para llamar a lo que antes se dedicó a albergar en su interior líquido que “El Balde”. Muy canario queda, muy pacifista y, sobre todo, es un cambio de marca, cuestión que los (apesebrados) de siempre agradecerán.

  9. editorescobillon Says:

    Estimado Rorschard, los integrados recibimos con entusiasmo su propuesta. Aunque el asunto no sea cosa de risa, precisamente.

  10. Cultura Says:

    Hola Eduardo,
    Estará de acuerdo en que si hay espacios culturales pero sin vida ninguna. EL TEA es gradioso, pero es deficiente en cuanto al número de visitantes. El Tanque ocurre lo mismo. Demasiada infraestructura paro poca o mala gestión por parte de los políticos ” culturales”. Generan muchos gastos y poca, muy poca programación. Tienen que que los jóvenes, como yo, podamos hacer cosas. No nos dejan entrar en este feudo bananero.

  11. editorescobillon Says:

    Pues Cultura, por la permanencia de esos espacios, ya va siendo hora de que abran los ojos. Gracias por tu comentario.

  12. paco Says:

    A la persona que firma como “Cultura” le digo que me ha dejado pasmado. ¿Deficiente el número de visitantes en TEA? El otro día, con motivo del primer aniversario, se informó de que en doce meses han pasado 225.000 personas por TEA, ¿es esto deficiente? Pues que haya muchas deficiencias como ésta, Cristo. Y esta otra: ¿muchos gastos y poca, muy poca programación? Pero esta persona ¿dónde vive? TEA está a rebosar de actividades permanentemente, practicamente todos los días tengo un motivo para acercarme a ese museo (un curso, una película, un taller, una visita guiada. Que esta persona es una gran despistado o un mal bromista ese demuestra cuando termina asegurando que “no nos dejan entrar en este feudo bananero (a los jóvenes)”. Pero ¿qué rayops dice este tipo? Cuando precisamente TEA está abarrotado todos los días por jóvenes. En fin, se ve que hay gente pa tó.

  13. dulce Xerach Says:

    Que bien leer todas estas cosas. Dan ganas de seguir trabajando por este espacio que forma parte de nuestro patrimonio industrial y cultural ( lleno y vacío).

  14. Rebelde con causa Says:

    Lleno, Dulce, que esté lleno siempre de espectadores.

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