De misterios y tiempos modernos

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Juro sobre los libros de la Buena Noticia (o Santos Evangelios) que hoy intenté convencer a señor Ojo para que me acompañara a La Laguna con la intención de que ambos huyéramos de los vientos viscosos que soplan sobre Santa Cruz de Tenerife, esa capital de provincias a la que cantó muy bien Eduardo Bercedo cuando lamentaba que “muere en soledad”.

Pero señor Ojo me contestó una vez más con silencio, señalándome la mesa del comedor y las seis botellas de ginebra barata colocadas en fila india. Aviso que entendí como que tenía aún mucho trabajo que resolver.

Llego a La Laguna. Y me parece imposible que una ciudad a tan corta distancia de este Santa Cruz que “muere en soledad” el ambiente festivo y enfermizamente consumista cambie radicalmente. Callejeo, escucho buen jazz en directo, cierro los párpados ante la luz navideña que adorna sus calles y plazas principales y esquivo como puedo a la gente que se cruza en mi camino cargada de paquetes de regalos.

Desemboco en la Concepción y, nueva y gozosa sorpresa del día, me encuentro con dos tiendas recién inauguradas que si bien cuentan todavía con poca mercancía para volver un poco más loco a los que somos rematadamente locos, me llegan al corazón porque están especializadas en esas cosas que tanto me gustan como son el cine y la novela policíaca.

Mistério (escrito así, con acento en la é) es una curiosa librería dedicada a las novelas de… misterio y a la venta de té, café chocolate a granel. Bebidas todas ellas por las que siento auténtica devoción. La idea es buena, y estoy seguro que a la señorona de Agatha Christie le hubiera encantado.

El siguiente local responde al nombre del filme mítico de Charlie Chaplin Tiempos modernos, y es una tienda de arte donde el aficionado al cine además de encontrarse con libros relacionados con eso que llaman séptimo arte, un buen (aunque escaso aún) escaparate de dvd, también puede hacerse con bolsos de diseño, cuadros, carteles, y volúmenes de fotografía y plástica, entre otras cosas…

Ambos espacios son pequeños y sencillos pero resultan tremendamente acogedores y están ubicados en ese nuevo y cuasi telúrico espacio cubierto que han abierto entre Herradores y la Concepción y que, como bien señaló un colega con el que me tropecé, evoca sensaciones agradablemente literarias. Así que debe ser la emoción del descubrimiento pero apenas noto el antipático frío lagunero.

Cuando regreso a Santa Cruz y como era de esperar me encuentro a señor Ojo tirado en el sofá con una botella de ginebra en las manos.

- ¡Ya era hora!.- exclama el muy gañán.- Ande, sea bueno y baje al Vietnamita para traerme otra de éstas.

Y sacude la mano agitando la botella semi vacía de ginebra. Lo que hice entonces es, como dicen por ahí, otra historia.

Sí. Otra y otra historia.

Saludos, gratamente sorprendidos, desde este lado del ordenador.

3 Responses to “De misterios y tiempos modernos”

  1. lpq Says:

    dos tiendas excelentes, muy…. europeas? Ese callejón parece salido de una ciudad medieval de las que tanto abundan en otras latitudes y aquí nunca tuvimos.

  2. editorescobillon Says:

    Jajaja, muy bueno…

  3. buaxam Says:

    lástima las bombillas “peladas” colgado del propio cable. ¿no había unos apliques, farolillos o similares que poner, sobre todo el la mitad que da a Herradores? Es que todo lo dejamos a medias…

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