Imaginad que soy una escuela a la que le cuesta un riñón pagar el agua y que no puede mantener un servicio de limpieza y de vigilancia. Imaginad así que en las calurosas noches de invierno se transforma en recinto vacío y abandonado a la mano de los dioses.

Imaginad que esa escuela no cuenta con dinero suficiente para mantener las instalaciones pese a que en la pared de uno de sus despachos cuelgue la Medalla de Oro del Gobierno de Canarias por su XXX aniversario.

Imaginad que esa escuela se desangra lentamente pero como es incapaz de gritar pese a que tiene voz (una voz miedosa, es cierto, pero voz) y cierto respeto y aprecio entre sus alumnos, deja que el inevitable final se aproxime con la misma lentitud que una serpiente arrastrándose por el suelo.

Imaginad que, pese a todo, esa escuela se pregunte cómo ha podido llegar a esta situación y por qué uno de sus ahijados, joven que impartió clases de Producción en esa misma escuela y que hoy ocupa un puesto de responsabilidad cultural en el Cabildo de Tenerife, permita que agonice sin hacer nada. Bueno, es verdad que antes de hacer nada sacó la bandera azul y blanca de la isla y gritó: “¡atrás, atrás, que hay crisis y tenemos que recortar gastos!”

Imaginad que la escuela languidece y que nadie hace nada.

Nada. Entre ellos su cuerpo de marcianos profesores.

Imaginad que se muere y que nadie hace nada.

Imaginad que se llama Escuela de Actores de Canarias y quizás comprendas de que escribo.

Sólo imaginad.

No cuesta nada.

Imaginad que una vez fue.

Imaginad que una vez ya no será.

Imaginad que una vez existió.

Imaginad.

Sólo pido eso.

Imaginad.

Saludos, a lo let it be, desde este lado del ordenador.

Esta anotación fue publicada el Sábado, 16 de Enero de 2010 a las 22:25 y está archivada en la categoría de El Blog de El Escobillón. Puedes seguir cualquier respuesta a esta anotación a través de RSS 2.0. Puedes dejar una respuesta, o hacer un trackback desde tu página web.