Ha muerto Rohmer

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Ha muerto Eric Rohmer. Probablemente a las nuevas generaciones de cinéfilos y cinéfagos el nombre poco o nada les diga, pero basta recordar que el cineasta formó parte de lo que se conoció como nouvelle vague, movimiento que en los años 60 sacudió las estructuras narrativas del cine desde sus cimientos. Rohmer pertenece así a aquel grupo de genios desmelenados llamados Godard, Resnais, Truffaut, Chabrol, Rivette… puñado de airados que marcaron época, si bien el paso inevitable del tiempo acabó por ser implacable con la obra de algunos de ellos.

Resulta siniestramente curioso, pero ayer mismo, domingo, hablando de cine francés con un amigo salió en numerosas ocasiones el nombre de Rohmer en la conversación. Tuve la suerte de ver bastante de sus películas en unos años donde el cine todavía no se había devaluado, y coincidí con ese amigo en que entre tanto genio vague, Rohmer casi parecía un bicho raro.

Mis preferencias por esos bastardos siempre se decantaron por la mirada de Chabrol, también por la de Truffaut y por el loco de Resnais. Detestaba con cordialidad a Godard. Pero a Rohmer, a Rohmer no terminaba por ubicarlo. Su cine, francamente, me descolocaba. Porque el buen Rohmer, el Rohmer que lo hizo un gigante es el que hablaba de esa cosa que llamamos amor.

Si me quedo con algunas de sus películas es, pues, con Pauline en la playa. Una cinta aparentemente sencilla, donde parece que no pasa nada. Mi amigo prefiere Lancelot du Lac, filme cuya estética pastoril imitó John Boorman en su extravagante Excalibur. También me qudo con su La marquesa de O. Y probablemente con alguna otra más, pero mi gastada memoria no encuentra títulos en su fichero.

Rohmer fue jefe de redacción de la mítica Cahiers du cinéma, donde compartió pupitre con el padre de esa generación de animales intelectuales como fue la Nouvelle Vague, el hoy olvidado André Bazin. Ojeo uno de los libros traducidos al castellano de Bazin que encuentro en mi biblioteca… Y pienso que en aquellos años 60 y 70 esto del cine era algo más que pasión.

Invito a la Filmoteca Canaria a que organice un ciclo Rohmer.

El cine, hoy más que nunca, necesita de su mirada.

Saludos, fúnebres, desde este lado del ordenador.

3 Responses to “Ha muerto Rohmer”

  1. Mario Domínguez Parra Says:

    Grande Röhmer.

  2. editorescobillon Says:

    Gracias Mario por recordarme los dichosos dos puntos encima de la o del maestro.

  3. Gil Blas Says:

    Rohmer, querido Rohmer, siempre tendremos tus películas, hasta que nos llegue también nuestra hora final. Un beso volado.

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