Matando moscas mientras guardas la ropa

Se da la curiosa circunstancia que dos de los proyectos a los que el Gobierno de Canarias ha dado luz verde en la modalidad de Desarrollo de largometrajes en la convocatoria de ayudas al sector cinematográfico y audiovisual de 2009 se tratan de adaptaciones de dos novelas publicadas por una misma editorial: Salto de página.

Toquemos madera pues para que estos dos proyectos lleguen a la gran pantalla, así como los otros tantos que han recibido las bendiciones de los integrantes de las (des)comisiones. Lo apunto, digámoslo así, con la credulidad que en principio le sacude a quien les escribe, una especie de cangrejo ermitaño terriblemente cansado de denunciar el inexplicable ¿derecho democrático? en el que se arrogan unos señores para tener voz (no ya voto, loada sea la Virgen de Candelaria) en unos comités de valoración donde concurren con sus proyectos miembros de ese mismo club y cineastas independientes…

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El hermano de las moscas, que presenta la productora Volcano y que dirigirá Juan Carlos Fresnadillo si el asunto logra desarrollarse en los plazos que estiman las bases, está basado en una novela del escritor asturiano Jon Bilbao, y cuenta con guión de Jesús Olmo y Eva Cruz. Olmo ha trabajado con anterioridad en Esposados 28 semanas después de Fresnadillo. Es muy buena gente y un cineasta atípico.

La historia de la novela de Bilbao, que fue finalista de los premios literarios Xatafi-Cyberdark, resulta interesante aunque el autor, sinceramente, se pasara con el número de páginas para desarrollarla, casi  400.

El argumento es el siguiente: Héctor, un hombre tranquilo que ocupa un cargo de responsabilidad en una refinería de petróleo y que vive felizmente casado en una apacible zona residencial recibe la visita el mismo día en que nace su primogénita, de su hermano Grego. Éste lleva una vida errática y aventurera en el sudeste asiático, malviviendo de los escasos ingresos de un negocio de alquiler de embarcaciones. Visiblemente enfermo, se retira a descansar al cuarto de invitados. A la mañana siguiente, Héctor encuentra la habitación ocupada por un inmenso enjambre de moscas. Los insectos, miles, tapizan las paredes. Y no hay rastro de Grego. Desde ese momento la familia se ve inmersa en una pesadilla brotada de su propio seno, horrible y fascinante a un tiempo, que pone a prueba la resistencia de sus vínculos y amenaza la cordura de cada uno de sus miembros.

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Matar y guardar la ropa, presentada por Tuco (no confundir con Truco) Films y Koan Films, y que dirigiría Alberto García Martín si el desarrollo se convierte finalmente en largometraje, es una adaptación del propio Martín de la novela del mismo título de Carlos Salem (Buenos Aires, 1959), uno de los narradores policíacos más cachondos del género en español (otras obras suyas son Camino de ida, galardonada con el Memorial Silverio Cañada de la Semana Negra de Gijón; y Pero sigo siendo el rey).

El argumento de Matar y guardar la ropa gira en torno a un camping nudista de Murcia, lugar donde alguien debe morir. ¿Pero quién? Esto es lo que tiene que averiguar Número Tres, uno de los mejores asesinos a sueldo a quienes la Empresa asigna sus pedidos. Todo sería más sencillo si Número Tres no se escondiese bajo la anodina identidad de Juanito Pérez Pérez, un apocado comercial al borde de los cuarenta; si en el camping no coincidiesen sus hijos, su ex mujer, el juez estrella de la lucha contra el crimen, un amigo de la infancia, otro asesino particularmente despiadado, un inspector que lleva años sospechando de él y una incógnita llamada Yolanda.

Y eso es todo, amigos.

Saludos, ¿caminando para atrás o para adelante?, desde este lado del ordenador.

12 Responses to “Matando moscas mientras guardas la ropa”

  1. elintenso Says:

    Un pensamiento: La cinta blanca de Michael Haneke, la mejor película europea del 2009, se estrena hoy viernes en los cines españoles. No en los tinerfeños. Esto me hizo recordar esta columna de David Trueba:
    http://www.elpais.com/articulo/Pantallas/Euroque/elpepirtv/20100112elpepirtv_2/Tes

  2. bien Says:

    David Trueba, tan lúcido como siempre.

  3. bien Says:

    Yo tengo uno mejor, el intenso, de Alfonso Ungría:

    CARTA A “CINEASTAS CONTRA LA ORDEN”

    No estamos solos
    Que sabemos lo que queremos…
    (Ketama)

    Limítate para hacerte fuerte.
    (F. Nietzsche)

    Queridos amigos:

    Además de enviar mis deseos de felicidad para el 2010, me gustaría transmitiros ciertas dosis de optimismo para nuestro futuro cinematográfico. Por las razones de todos conocidas y por vuestros comentarios en la red, os veo un tanto alicaídos y negativos respecto a Nuestro Cine Español. No hay para tanto, me intentaré explicar.
    En primer lugar, como proclama Nuestro Ministerio y vocean los medios de comunicación el año que terminó, ha sido uno de los mejores de la década. ¿En que sentido el mejor? Cito: “…en el regreso del público a las taquillas que exhiben cine español”. Ya sabéis: Rec 2, Agora, Celda 211, Planet 51 o Spanish Movie, ese cine tan nuestro. Pero como, tal vez, tengáis suspicacias de rancio nacionalismo, intentad ser más universales para el nuevo año. No os voy a cansar con lo de que el mundo –y también el cine- está globalizado; solo voy a apelar al sentido común para resaltar que lo único que puede salvar a Nuestro Cine es la venta de sus productos en un mercado más amplio, y eso solo se puede hacer si esas películas responden a géneros (no, no digo fórmulas, no seáis malos) que el público pueda reconocer y aceptar como “lo propio” del Cine (sí, junto a las palomitas, ¿por qué no?) ; y, si se hace en inglés (para el público provinciano, aquí tenemos los mejores dobladores del mundo), mucho mejor.
    Y diréis, qué es lo “propio” del cine?. Pues está claro: lo que está comprobado a lo largo de muchos años y mercados que funciona en taquilla: géneros que el cine americano ha probado largamente -como esos laboratorios farmaceúticos que experimentan sus medicamentos en diversos países (sobre todo países del tercer… perdón, emergentes)- para, luego, poder venderlos en el ancho Mundo, ese, el globalizado. Éxito y muestrario, modelos, sistemas de vida: ¿acaso no es Rambo el espejo en el que se miran las bandas de Mogadiscio? (bueno, algo demagógico, pero es solo un ejemplo) ¿Y si se trata de vender, no es el mejor Nuestro Modo de Vida? Pues eso, Eso también es democracia.
    Aunque, atención, he hecho una referencia política y, hay que tener mucho cuidado, sobre todo cuando se habla de Cine. “En un país dividido, significarse políticamente es perder espectadores” -como bien decía Rosales pensando, sin duda, en esas dos españas que han de helarnos el corazón (¿los ricos y los pobres?). Está claro: es muy peligroso contaminar cualquier apelación política cuando tratamos de Arte, ese Arte con mayúsculas, ese morenazo. Tiene razón el Artista mencionado, si quieres hacer política te vas a visitar a una saharaui al aeropuerto de Lanzarote, y si quieres hacer Cine/Arte te dedicas a los metalenguajes, las elipsis y cosas de esas. No mezclar, es algo que a los más viejos nos suena de antiguo y a lo que hay que hacer caso si quieres ser un buen Cineasta/ Artista y no un jodido okupa.
    Aunque, también haya que tener otra prevención: la de no quedarse, en la creación pura, en tu torre de cristal. Ya sabéis, pertenecemos al Show Business, hay que tener los pies sobre la tierra y la cabeza en los índices de audiencia (mejor llamarlo así, que no taquilla, tan ordinaria). Por eso, como el Lobby Productor, hay que apoyar (no, no he dicho controlar, pillastres) festivales como el de Málaga, con tanto aeropuerto y tanto sol y chiringuitos divinos. Porque, otros festivalillos (San Sebastián, Valladolid, Gijón etc) son para “amantes” del cine, o sea, para entendernos, freakis, ratas de Filmoteca, minorías. Para tener un buen test de los gustos del público nacional, hace falta una buena representación de aficionados como el malagueño, gente que vaya de la playa, en bermudas, a la sala de proyección, sin caprichos cinéfilos, ni mediáticos, gente que solo busque lo que la mayoría: pasar un buen rato, un espectáculo (como los Aquapark u otros que tiene a su alcance para otros días), algo que les anime sin estremecerlos ( bueno, si hay que pensar algo se hace, siempre que sea con buen rollito). En definitiva, Nuestro Público, gente sencilla, la mass media, ese referente que cualquier productor prefiere como medida y baremo según el cual calibrar sus productos (y según sus aplausos ahorrar en gastos de publicidad), o debería decir Nuestros Productos: la siempre estupenda comedia española (ahora con buena dosis de sentimientos, como bien nos han enseñado nuestros hermanos, y ahora maestros, argentinos), o la adaptación (a nuestra idiosincrasia) de éxitos universales (sí, llamémosles homenajes, no pastiches), o, incluso, quien sabe, el día de mañana, nuestros primeros pinitos con un Torrente en 3D (ese día arrasamos). Y además, porque si el Festival es nuestro, o sea Nuestro, no nos van a machacar Nuestras pelis por esos mundos de Dios.
    Es más, yo diría, que con solo el Festival de Málaga podríamos funcionar perfectamente (¿olvidáis la crisis?: sí, esa crisis. U otra.) Tened en cuenta que la excesiva inflación de Festivales (más de mil, casi un millón, dicen) no hace sino confundir al público y arruinar al Estado, ese morenazo. ¿Que no son Festivales, que son Muestras de Cine, dedicados a ofrecer a pequeñas y grandes poblaciones –que no tienen salas de cine de las multinacionales en sus pueblillos- lo nuevo que se hace por el mundo? Bueno, qué más da, lo importante son las cifras: un millón de Festivales. Son demasiados: mejor acabar con ellos, que se concentren en Málaga.
    Y hablando de cifras, también está el número de películas que se hacen en España y que, por supuesto, es lógico, hay que reducir (si no quieres confundir al público y arruinar al… etc). ¿Cuántas?. ¿Ciento ochenta? ¿Quién ha alegado que una parte son coproducciones minoritarias, películas norte o sudamericanas disfrazadas de europeas? (Tampoco es necesario hacerlas con presupuestos o sueldos de explotación). Lo importante es que haya, de cualquier forma, un producto español, o sea, algo –y alguien- que está creando Industria, Riqueza, Trabajo. Aunque sea a un solo maquillador español: es un puesto ahorrado a la seguridad social: se crea Industria.
    Y, además, son películas que pueden acceder y merecer Nuestros Premios Goya. Sí, nuestras queridas estatuillas para películas que aunque no hayan visto Nuestros Académicos (lo del 20% es un infundio de resentidos), y, además, no todos los productores pueden regalar 2 o 3 mil DVDs para que las vean) sí las conocen: por las críticas, las revistas y los programas divulgativos de T.V. ( que será suficiente, digo yo).
    Porque lo que hay que potenciar –no seáis burros- son Nuestros premios, los Goya. Porque Nuestra Academia es la única que puede catapultar los valores de Nuestro Cine (por supuesto de aquellos que ya hayan tenido una repercusión previa). ¿Cuál?. Repercusión, y basta, dejémoslo ahí.
    Y volvemos a lo de siempre: solo podemos fiarnos de nosotros mismos. ¿O, acaso, nos vamos a fiar de los extranjeros y sus festivales sino xenófobos siempre chauvinistas? Porque si en las últimas 10/15 años casi ninguna de nuestras películas ha sido seleccionada para concurrir en la Sección oficial de esos Festivales de primera categoría no es por su inferior calidad- como muchas veces se proclama: el Nuestro es un cine de los mejores del Mundo- sino por el odio (¿envidia?) de sus seleccionadores (casi siempre gabachos: ya sabéis, siempre en contra del pobre hispano respondón: todo empezó un 2 de mayo, y sigue).
    Y, para acabar, solo una referencia a lo que tanto os preocupa: la nueva Orden de la Ley de Cine. Tranquilos, la cúpula de Nuestro Ministerio sabe lo que hace. O mejor aún, Las Instancias Superiores, (esas morenazas), saben lo que hay que hacer. Si no tenéis en cuenta los intereses generales de la Política Económica ni de la Economía Política, claro, no lo podréis comprender. No sabréis entender que esta Orden compensa y equilibra un esquema que planifica el gran Todo: el Audiovisual. Y, ahí, tenéis que tener en cuenta la Alta Política del Gobierno, ese consenso (¿no ha sido el consenso lo mejor de nuestro reciente Historia de la Transición?) entre Estado y Televisiones Privadas (realizar TV movies: 23F, el crimen de tal, el Jesulín de cual, y dejaros de bobadas) que se plasmó en la Ley Audiovisual que es el Summun de Nuestra Paz Política y Social (cuando se habla de Paz, por favor, no digo que os arrodilléis pero, por favor, un respeto que tuvimos una Guerra Civil). Cambio de cromos: la T.V. Nacional deja de emitir publicidad y, junto a esa tarta, se os deja producir series y cosas majas en vez de pelis siempre minoritarias (Agóra y siempre).
    Pues, entonces, eso, que si no habéis tenido en cuenta todo ese entramado, todo ese esquema macroeconómico-cultural, cómo podéis albergar suspicacias ante una Orden que no es sino una pieza en la que encajar El Todo Audiovisual, por fin más armónico y Sostenible (como Paz, Sostenible, es la repera). El día en que tengáis Todo esto en cuenta podréis comprender por qué es absurdo hacer películas baratas que no interesan en Málaga. Y no me vengáis con la cantinela de que si Tesis, o Viridiana, o Arrebato o La Buena estrella, esas son joyitas que siempre aparecerán en el campo como flores silvestres y anárquicas, de lo que estamos hablando es de hacer un buen invernadero en el que plantar flores industrialmente para que todo el personal pueda disfrutar de ellas, como hacen los holandeses con sus tulipanes que encantan a todo el mundo. ¡Sí, ya lo sé, los tulipanes no huelen a nada, pero estamos hablando de espectáculo, carajo!
    Un abrazo muy fuerte,

    Alfonso Ungría

  4. elintenso Says:

    Para los optimistas y los que culpan al ministerio (si lo desean pueden leer entre líneas):

    El Festival de Cine Ecológico desaparece de nuevo
    El Ayuntamiento del Puerto de la Cruz no celebrará por cuestiones económicas el evento cinematográfico, que resurgió en 2009 tras catorce años de ausencia. Según el concejal de Cultura, Juan Carlos Marrero, aún se adeudan 100.000 euros del festival del año pasado como consecuencia de la gestión del anterior gobierno.
    La errante historia del Festival de Cine Ecológico y de la Naturaleza de Canarias que se celebra en el Puerto de la Cruz se trunca de nuevo en 2010 por cuestiones eminentemente económicas. Después de “resucitar” en 2009 tras catorce años de ausencia, el evento cinematográfico que alcanzó su máximo apogeo en la década de los noventa se ve abocado de nuevo a la desaparición. El concejal de Cultura en el Ayuntamiento del Puerto de la Cruz, Juan Carlos Marrero, aseguró que no se va a “engañar” a la gente ya que “aún se adeudan más de 100.000 euros a las empresas implicadas en el festival del año pasado” tras la gestión del gobierno local anterior.

    Marrero recalcó que “el presupuesto de 2010 obliga a todo el consistorio a recortar gastos”, máxime teniendo en cuenta que aún existen facturas sin cobrar con cargo al Festival de Cine Ecológico y que se tendrán que “pasar a una partida especial durante una sesión plenaria”.

    Además, el edil aludió a la “pérdida de subvenciones estatales para el festival” porque los “responsables del gobierno local anterior no hicieron la tramitación pertinente”. En este sentido, Marrero recordó que el Ministerio de Cultura concedió en 2008 una ayuda inicial de 50.000 euros cuando se planificaron para diciembre de aquel año unas jornadas de introducción al festival que finalmente no se desarrollaron y, además, se pidió otra subvención a la Fundación Biodiversidad “que también se perdió”. Además, el responsable municipal aseguró que “el área de Cultura del Gobierno de Canarias sí que aportó una parte del capital, pero “aún no se ha justificado esa aportación económica”.

    En esta misma línea, Marrero aludió al “sentido común” al asegurar que “no se pueden pedir más subvenciones hasta que se justifique la anterior”. El edil criticó también que “el presupuesto inicial del festival ascendió a 300.000 euros que se sacaron de diferentes concejalías sin orden ni proyecto”.

  5. Rosa de los vientos Says:

    Pues señores, si lo que dice el edil es cierto, menuda gestión lamentable la de ese festival marcado por la ineficacia desde su orígen. Comprendo que en un momento de crisis, la prioridad no sea salvar ese evento tan mal administrado.

  6. Rosa de los vientos Says:

    Por cierto, señor editor, felicidades por el título tan sugerente. Quien tenga oídos para oír, que oiga.

  7. David D. Says:

    Una cosa es el arte y otra es la industria. A veces convergen, pero no es la norma. Un arte vacío de contenido político, es un arte ensimismado en su sola materia estética, es un arte adormecido y adormecedor. Ese arte comprometido no tiene porque enarbolar banderas ni colores, no se debe a ningún signo. El cine como industria es digno si se hace merecedor de esa dignidad, en caso contrario es igual que el arte vacío y muerto, solo sirve para anestesiar y calmar a las fieras.
    Salud

  8. editorescobillon Says:

    Estimado David, lamento no estar de acuerdo contigo. El arte no tiene que tener contenido político sino capacidad para conmover y eso no es política. ¿Centauros del desierto es un filme político? No. Y hace pensar, se te revuelven las tripas. ¿El Apartamento es un filme político? No, y te hace pensar, se te revuelven las tripas. ¿Memorias del subdesarrollo es un filme político? Sí, y pese a que me agrada, no se me revuelven las tripas…

  9. elintenso Says:

    El problema es que al edil no le interesa una mierda el festival (es una propuesta del otro grupo político). Perdón: un carajo.
    Y sí, puede tener mucha razón en cuanto a la gestión de la última edición del festival. La resumo yo si quieren: desastrosa. Pero si su grupo político hubiera sido el perpetrador de la gestión, ya les digo que el festival se vuelve a hacer. El problema de la paja en el ajeno y la viga en el propio. Nada, un caso ejemplar y patético de la ¿política cultural? en estas islas.
    En fin. Me canso.

  10. David D. Says:

    Amigo, coincido contigo, pero además añado que esos títulos que nombras, para mí, sí son políticos, no en el sentido vulgar, sino en el sentido total, el humano. Esas pelis llegan porque hablan en más dimensiones, Wilder también habla de la soledad, de la alienación, del poder, y sin hacer ruido político, y eso es cine comprometido, da igual que sea comedia o un western, a eso me refería yo. El cine exclusivamente político es eso, y como va directo al grano puede no ser tan “atractivo” ni tan “humano” como el de Wilder, Ford u otros grandes, o pequeños.
    Salud

  11. editorescobillon Says:

    Estimado David, más que política en sentido estricto me atrevería a hablar de conflictos, y los conflictos no tienen que ser necesariamente políticos. No obstante, entiendo perfectamente tu razonamiento, con el que estoy completamente de acuerdo.
    elintenso: yo fui uno de tantos que celebró el renacer efímero del Ecológico. No pude asistir a ninguna de las proyecciones por razones que no vienen al caso, pero intuía que su nuevo caminar no iba a pasar de una o dos ediciones. En todo caso, no hacía falta ser profeta para sacar esta conclusión.

  12. Gil Blas Says:

    Siento lo del nuevo Festival de Cine Ecológico. Esa historia de las moscas para el señor Fresnadillo parece interesante, y más en sus manos. Espero que la productora atine esta vez, lo del Medem fue de campanillas.
    Todo lo que rodea al cine en este país y en esta colonia, es política, se habla de todo menos de cine, de lenguajes, de narrativas, estilos, moderneces o sandeces.

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