Nueva ‘enciclopaedia’ descacharrante del cine canario (I)

ADVERTENCIA:  No están todos los títulos que deben de figurar. Se nos han escapado largometrajes recientes, esos que han tenido tanto éxito que ni nos acordamos de ellos. Así que hemos tomado como base y para refrescar la memoria el trabajo sobre cine en estas islas infernales de la web Gran Enciclopedia Virtual de las Islas Canarias. Omitimos en este breve muestrario además los largometrajes que no han  tenido meridiana carrera comercial (El amor se mueve Holidays de Mercedes Afonso y Víctor Moreno, entre otros) así como aquellos filmes rodados por cineastas canarios pero que oficialmente juegan ya en otra división. Todos ellos, así como actores, directores, técnicos y las cintas más emblemáticas rodadas en las islas por producciones extranjeras, tendrán sus entradas próximamente en esta libertaria,  improvisada y afortunadamente nada edificante enciclopaedia.  

 L de largometrajes.

El ladrón de los guantes blancos.- Está considerada la primera película oficial de lo que llaman –y llamaremos a partir de ahora– cine canario. La dirigieron en 1926 los señores José González Rivero y Romualdo García de Paredes. Todavía recuerdo en mi pecaminosa memoria cinéfila el reestreno que la fenecida sala Yaiza Borges (antaño cine Tenerife) le rindió cuando todos éramos más jóvenes y supongo que felices. Como se trata de una película muda, la nota al piano la ponía en directo el también cineasta Juan Puelles, responsable en parte de que atendiera más a su forma de poner el acento sonoro que al filme en sí. La acción de la película, en lo que se transformaría más tarde en una de las constantes del cine rodado aquí por gente de aquí, transcurre a las afueras de Londres aunque el paisaje y sus protagonistas no tengan mucha pinta de ingleses. Si la película ha pasado a la pequeña historia cinematográfica de esta región desvertebrada se debe sobre todo al empeño de su pareja de cineastas. Algo así como el triunfo de la voluntad en versión canaria. El Ayuntamiento de La Laguna, con la colaboración de la Filmoteca Canaria, editó en 1997 un extenso trabajo de los investigadores Benito Arozena y Fernando Gabriel Martín sobre esta película. Se tiula Ciudadano Rivero, La Rivero Film y el cine mudo en Canarias.

La hija del mestre.- Otra película muda. Sólo que rodada en Gran Canaria. Mucho lamento decir –y sin ánimo de encender molestos pleitos entre provincias– que este filme sí que se tiñe de estupidizante regionalismo platanero y que carece del sentido del espectáculo de la cinta anteriormente reseñada, El ladrón de los guantes blancos. Dirigida también a finales de la década de los años 20 del pasado siglo en la isla reonda, sus responsables fueron Francisco González González y Carlos Luis Monzón. No cuenta, que sepa, con un extenso trabajo que reivindique sus presuntos valores cinematográficos. No obstante –y con la intención de equilibrar– digamos que se trata de un afortunado triunfo de la voluntad. Aunque suponga lanzarse al vacío (manía que supongo se hereda de los primeros aborígenes que habitaron esta tierra) por los acantilados que salpican la geografía de algunas de estas ínsulas.

Alma Canaria.- Olvidable producción del venezolano José Fernández Hernández. Un señor que no fue Florián Rey. Mucho folclore canario, mucha platanera, mucho vestido de mago pero más tonta que todos los diputados del parlamento canario reunidos en sesión plenaria. Se rodó el año en que finalizó la II Guerra Mundial, 1945, pero es una fecha que anoto más que nada para que se hagan una idea de la época en la que se dio luz verde a este desaguisado lentorro y sin gracia.  

Tirma (1954).-  En otro post comentamos esta misma cinta, donde anunciamos además su próxima edición en dvd. Como película histórica resulta igual de disparatada que las que rodó esa leyenda llamada Cecil B. de Mille, sólo que en esta ocasión la pareja de directores, Carlos Serrano de Osma y Paolo Moffa, se tomaron las cosas demasiado en serio. Lo de serio es un decir. Lo mejor, además de la espectacular Silvana Pampanini y un jovencísimo Marcello Mastroianni preguntándose ¿qué hago aquí, rodeado de tanto salvaje?, son esos aborígenes canarios con crestas. Bien atiborrado de sustancias que alteren la realidad, tiene un pase. Sobre todo por la risa tonta.

Islas somos (1978).- Primer largometraje de Fernando H. Guzmán, uno de esos hombres ante los que me quito elsombrero porque por sus cojones hacía lo que le salía en gana. Aunque se quedara sin perras. Sus películas, sin embargo, son un pestiño, aunque seguro que habrá gente que descubrirá valores dentro de ellas. Reiterando mi sincera y atribulada admiración por hacer posible su sueño aunque se convirtieran en pesadillas para sus espectadores, Fernando H. Guzmán es uno de los nombres del cine canario a reivindicar pese a su nulidad creativa. Años más tarde conseguiría con Españolito que vienes al mundo lo que hasta ahora no ha logrado ningún cineasta en la Semana Internacional del Cine de Valladolid, que su directiva dimitiera al peso. Y eso, damas y caballeros, son cojones. Otras películas del maestro son Donde el cielo termina y la inconclusa En algún lugar del tiempo. ¡¡¡Restropectiva ya!!!

El camino dorado (1979).- Cuando se escriba sin compromiso y mucho sentido del humor la historia del cine canario el cineasta Ramón Saldías, como Fernando H. Guzmán, deberán ocupar páginas y páginas del que espero sea nuestro peculiar Libro Gordo de Petete. No por su calidad como cineastas pero sí como reconocimiento a una labor empecinada por acariciar sus sueños. Gente así son las que nos hacen falta en estos tiempos de estómagos agradecidos y genios que no salen de casa. Otro título del Saldías: Karate contra mafia. Me faltan las palabras. ¡Maestros!

Guarapo (1988).- Teodoro y Santiago Ríos al ataque. El cine canario se quiere hacer mayor. La emigración como eje de una historia que si bien el paso del tiempo ha envejecido de manera feroz, sigue enarbolando la bandera de que aquí se puede hacer cine con cierta pretensión profesional. Los Ríos continuarían explotando su ya célebre y me parece a mi que casual trilogía de la emigración con Mambí y El vuelo del guirre. Y eso que se les cayó por el camino su San Antonio de Texas, que si no, tetralogía.  

Fotos (1996).- Respaldada por los excelentes elogios de un Quentin Tarantino con sobredosis de vino del Penedés durante su proyección en el Festival de Sitges, el primer largometraje de Elio Quiroga continúa siendo a mi juicio su película más personal por extravagante. No hay quien la entienda, y su digestión hace necesario mucho omeprazol para resistirla. No obstante, es un clásico si la comparamos con la desnutrida La hora fría y la frustrante No-Do. Por fortuna, Quiroga ha descubierto últimamente que se le da mucho mejor eso de los dibujos animados.

Piel de cactus (1998).-Película de obligado visionado para todos aquellos que no quieran hacer cine. Lamento repetirme, pero es que no hay quien entienda este ¿experimento? de Alberto Omar, escritor y dramaturgo que se metió en esto del cine probablemente mal aconsejado aunque cegado por la popularísima en aquellos años zeroloto. Él mismo tuvo que darse cuenta del desaguisado porque tras esta experiencia no se ha vuelto a poner detrás de las cámaras. Y es que el cine, además de ser caro, es tan extraño y caprichoso como la vida misma. Piel de cactus consigue, sin embargo, uno de sus objetivos, te da grima, como la piel del cactus.

La isla del infierno  (1998).-Lo mejor que se puede decir de esta película de Javier Fernández Caldas es que le salió gamberra sin que éste se diera cuenta. Esa inocencia es lo que desarma cuando uno la contempla por primera vez. Otra cosa es cuando la vuelves a ver. Te sugiere otras lecturas. En La isla del infierno imaginad un gran disparate sin criterio histórico alguno. Con muchos guanches melenudos y tostados al sol, caballeros templarios que parecen que han salido de la cantina más cercana y un personaje al que llaman el hermético que anda bajo el agua. ¿De qué va la historia? Todavía me lo pregunto. Eso sí, cuenta con secuencias de hondo calado visual. Me quedo con una, los pérfidos conquistadores castellanos que aparecen en un bosque.

Mararía (1998).- El director de Crónica del alba, la magnífica novela autobiográfica de Ramón J. Sender, Antonio Betancor, dirigió la polémica adaptación cinematográfica de uno de nuestros escritores canarios ilustres, Rafael Arozarena. Es una película más que correcta, y una adaptación que sin ser necesariamente fiel al espíritu del título del autor de Cerveza de grano rojo, se deja ver con cierto agrado. No pasará a la historia del cine, pero qué quieren que diga, creo que es de lo mejor que se ha rodado aquí con parte de dinero de aquí.

Intacto (2001).- La pongo en la lista porque se rodó en esta tierra. No me parece el mejor trabajo de Juan Carlos Fresnadillo, tampoco 28 semanas después y mucho menos esa tontería con el pobre de Jodorowsky, al que muestra paseando cogido de su mano por las calles de París. A la espera de Intruders, el mejor Fresnadillo está en Esposados, el filme que lo encadena todavía más a su amargo pasado insular. En cuanto a Intacto poco que decir. Salvo lo de sí, bueno, pero…. Al final todo es cuestión de buena o mala suerte. 

La caja (2006).- Juan Carlos Falcón adapta la novela del irredento Víctor Ramírez con resultados que todavía dejan turulato. Con esta película parece que el cine canario quiso continuar la estela iniciada por Mararía, aunque ambas historias sean géneros diametralmente opuestos. La caja es una comedia negra, y con su puntito que sabe caminar peligrosamente por esa delgada línea roja que lo separa del enojoso y facilón folclorismo.

Óscar, una pasión surralista (2008).- Intento fallido y frustrante de Lucas Fernández por contarnos lo grande que fue Óscar Domínguez. El filme contó con dinero, se saltó a la torera (sin que nadie de los afectados levantara la voz) las convocatorias oficiales del Gobierno de Canarias para otorgar subvención, y todo ello dio como resultado –mucho me temo– una cosa que cuenta nada de nada. Como biopic esta película no funciona y la otra historia que cuela no interesa. A esta cinta, y a su director, le falta además, dosis grandes de humildad. No sé como le habrá sentado a Óscar Domínguez, aunque conociéndolo por bohemio seguro que se parte de la risa en ese otro mundo en el que un día estaremos todos.

Saludos, tarareando el Lucha canario versión Los Sabandeños, desde este lado del ordenador.

8 Responses to “Nueva ‘enciclopaedia’ descacharrante del cine canario (I)”

  1. J Says:

    ¿Y el “Reflejo del alma?

  2. admin Says:

    Carámbolas… y las que caerán.

  3. Amador Says:

    Las mejores, para mi gusto, son Fotos (hilarante) y La isla del infierno (hilarante). La mejor hecha, desde un punto de vista comercial de las salas españolas, Intacto. Pero disfruté más con las otras dos.

  4. admin Says:

    Agradecido dankeeeee!!!

  5. Luis Roca Arencibia Says:

    Estimado Eduardo: no comparto la opinión sobre “La hija del mestre”. Añado además que si no es el primer largo rodado, que no lo es, sí es el primero completo. Si a Mararía le faltaran dos o tres rollos, ¿podríamos juzgarla con conocimiento de causa? La explicación de que se haya hecho estudio del Ladrón y no aún de esta otra, además del merecídísimo tributo a JGR -que rodó partes de la Hija-, es otro que tiene que ver con la penosa gestión de los supuestos popes del cine canario, unos analfabetos, incompetentes funcionales que han sido, y son, sus verdugos. Invito a todos los hombres y mujeres de buena fe a la página de facebook Observatorio Audiovisual de Canarias, que he creado hace unos días con el objetivo de compartir opinión y movilizar recursos si fuese necesario. Un abrazo.

  6. admin Says:

    Gracias. Y ¡a dar caña!

  7. Tino Says:

    Mucho me temo, que el ritmo de producción de largometrajes conectados por vía directa con Canarias, va a ser igual de exiguo que en el siglo pasado, y las calidades, por ahora, igual o menores, por más que cuiden el aspecto técnico cara al pasillo comercial. No soy optimista, y eso que comenta el señor Roca sobre los supuestos popes del cine canario, bajo mi punto de vista, todos lo han sido y todos lo seguirán siendo, para infortunio del resto.

  8. buaxam Says:

    faltarían también mambí y el vuelo del guirre, de los ríos.
    ¿sabíamos que el primer título de “esposados” no era ese, sino “adosados” (que le venía al pelo por donde se desarrollaba la trama: los palomeros de tegueste) y que no se pudo utilizar por haber otra película rodándose por Mario Camús con idéntica denominación? curiosidades…
    a mí esta cinta de Frenadillo me pareció estupenda: fresca, atrevida, sin complejos… así se explica su nominación a los oscaritos. intacto me gustó, más que nada por mi idolatrado von shydow. y 28 semanas…, lo mismo por robert carlyle.

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