Tres agentes engalanados de la policía canaria me introducen en una habitación con olor a vómito y miedo. Me hacen sentar en una silla. El más alto se coloca detrás, el otro desaparece por la puerta mientras el tercero que apenas tiene pelo y una verruga espantosa en la nariz se inclina y pega  su cara contra la mía. Me mareo unos instantes al sentir su aliento a asadura mezclado con vino tinto. 

- Así que tú eres uno de los que quiere llevar la contraria ¿ein?.- me pregunta mientras llega a mi olfato oleadas y oleadas de mal digerida asadura mezclada con vino tinto.  

- Quiero mis gafas.- respondo mientras aguanto una arcada.

Me suelta un guantazo y siento el sabor de la sangre en mis labios. Cuando las estrellas se van diluyendo en mi cabeza me fijo en un retrato que cuelga en la pared que tengo delante.

Descubro que se trata de una imagen de Paulino Rivero. Foto a color, plano medio. El presidente del Gobierno de Canarias sonríe y viste un impecable traje azul marino. La corbata no hace juego con el traje.

- ¿Qué tienes contra este Gobierno?, ¿ein?.- me grita el tío de la nariz con la verruga espantosa…

- Yo… quiero agua.- musitó dando toses.

Otro guantazo. Un diente roto se desliza por la comisura del labio inferior, muy irritado. El policía que me pega lleva un anillo en el que distingo la silueta de dos perros.

- Quiero nombres. Dame nombres… ¿ein?

Sacudo la cabeza de un lado a otro. Estoy cansado, quiero dormir y no entiendo nada… Veo como el calvo de la verruga vuelve a levantar la mano.

Me preparo a recibir el golpe.

- Déjame a mi.- dice el alto, el que está detrás.

Los policías cambian de sitio. El alto hace de bueno. Creo. Se acerca sonriéndome paternalmente.

- Te he visto que mirabas el retrato de nuestro presidente… Un buen hombre, ¿verdad?

- Gññññññ.- suelto porque apenas tengo fuerza para hablar.

El alto se limpia el sudor de la frente, saca un paquete de cigarrillos del bolsillo y se lleva uno a la boca. Lo enciende con un zippo en el que distingo también la silueta de dos perros.

- ¿Fumas?.- me pregunta.

- Gññññññ.

- Que si fumas, berolo.- dice el alto mosqueado.

Asiento con la cabeza. Me mete el cigarrillo en la boca.

- Pues fuma.

Al tragar el humo toso. Y al toser el cigarrillo cae al suelo. El alto mira a su compañero (creo) y se encoje de hombros.

- El tabaco es perjudicial para la salud.- dice aplastando la colilla con la suela de su bota.

Me mira a los ojos.

- Pareces buena gente… Así que dinos algo. Mi compañero, que también es buena gente, está algo nervioso porque ha dejado su cena a la mitad y cuando deja su cena a la mitad, mi niño, no hay quien lo aguante.

- ¡¡¡Déjamelo a mi, Rayco!!!- ladra el calvo con la verruga.

- Sooo, tranquilidad y buenos alimentos… ¿verdad, berolo?

- Gñññññ.- vuelvo a repetir. Las lágrimas se asoman a mis ojos pero no sé si lloro por vergüenza o porque las esposas me están haciendo un daño de cojones.

- Vaya… .- dice el alto poniéndose en pie.- El mago se está meando.

- Y fooo ¡cagando!- husmea el calvo con la verruga.- Porque ese olorcillo a huevos podridos no viene de la Refinería…

- Vamos, chafalmeja… confiesa de una vez.- dice el alto como quien no quiere la cosa.

- ¡¡¡Confiesa de una puta vez!!!- repite el calvo mientras suenan sus tripas.

- Yo… yo… -atino a responder.

- ¿Qué?- pregunta el calvo a mis espaldas.

- Yo.. yo… ¡¡Prometo ver el partido de fútbol de la U.D. Las Palmas y el C.D. Tenerife de la próxima semana en la Televisión Canaria!!

-¡Coño!- exclama el alto.

- ¿Y por qué quieres verlo, mi niño?

Levanto los ojos y miro el retrato colgado en la pared con el rostro sonriente de Paulino Rivero.

- ¡¡Porque es un asunto de interés general para las islas!!

- ¡Bravo!.- grita el alto.

- Ahora dinos nombres.- interroga el calvo.- Queremos nombres de machangos como tú…

- Yo… yo…

- ¡¡¡Nombres!!!

- Pues… ¿el Cotufa?, ¿el Kinegua?, ¿el Peya?, ¿el Sorullo?

El alto (soltanto la carcajada): ¡Apunta, Yeray, apunta!

NOTA: La imagen corresponde al filme THX, probablemente la menos inteligente película de George Lucas hasta que alguien me demuestre lo contrario.

¡Confiesa!

Saludos, a eso nunca pasaría aquí, desde este lado del ordenador.

Esta anotación fue publicada el Domingo, 16 de Enero de 2011 a las 23:09 y está archivada en la categoría de Sin categoría. Puedes seguir cualquier respuesta a esta anotación a través de RSS 2.0. Puedes dejar una respuesta, o hacer un trackback desde tu página web.