Sospechosos habituales

* Entre los blogs que solía consultar en la edición digital de El País se encontraba el del cineasta Nacho Vigalondo, que se despidió el pasado jueves 3 de febrero del universo de la bitácora digital tras la publicación –y la honda expansiva generada entre sus numerosos lectores– de un desafortunado tweet en el que decía “El Holocausto fue un montaje”.

No hace falta conocer a Vigalondo para saber que su tweet fue escrito (probablemente con varias copas de más) con ganas de provocar, y así lo ha reconocido el cineasta abrumado ante la que le está cayendo encima. La primera consecuencia de su broma ha sido darle de baja en la lista de blogueros de El País y suspender la campaña publicitaria que el periódico tenía contratado con el cineasta.

La acción tomada por El País resulta, a mi juicio, demasiado expeditiva porque condena al ostracismo a uno de sus colaboradores más ingeniosos y frescos por pasarse de gracioso no en su blog sino al twitear sobre un asunto del que  no tenía que haberse hecho el gracioso.

Pero de ahí a considerar a Vigalondo sospechoso de negacionismo y antijudío va un trecho. O más que un trecho un abismo.  

En esta polémica –que ha crecido como un cáncer en el mundo de la red y que algunos medios de comunicación han utilizado para devorar al cinesta y al medio en el que tenía hasta hoy alojado su para mí imprescindible blog– solo hay una víctima. Y esa víctima es Nacho Vigalondo.

Conclusión: que a mí todo esto me parece cosa de Cronocrímenes.

Hay un manifiesto de apoyo al director circulando en la red. ¿Piensas firmar?  

* Umberto Eco vivió algo parecido a raíz de la publicación de su novela El cementerio de Praga. Bastó sin embargo que muchos de los que no pusimos el grito en el cielo leyéramos la obra para darnos cuenta que con este texto el escritor italiano no pretendía escribir un panfleto antijudío sino historiar (y no en clave de ficción) los textos fraudulentos que a lo largo del siglo XIX se publicaron en Europa acusando a judíos y a masones de ser los responsables de una gran maquinación mundial.

Entre otras obras de tal indecencia, Eco relata con fascinante pulso narrativo cómo salieron a la luz para confundir un poco más nuestras ideas textos como Los protocolos de los sabios de Sión o los libelos antimasónicos que supuestamente reveló en sus escritos Leo Taxil sobre los Hijos de la Viuda.

Si están interesados en este asunto les recomiendo la lectura de La conspiración, historieta de Will Eisner en la que desmonta con viñetas la presunta autenticidad de los famosos Protocolos. La edición en castellano cuenta con prólogo de Umberto Eco.

* Y relacionándolo con este tema de conspiraciones varias leo con sorpresa una novela de ciencia ficción escrita por Norman Spinrad titulada El sueño de hierro. El texto es una ucronía y parte del supuesto de que un mediocre pintor que responde al nombre de Adolf Hitler tuvo que abandonar Europa en 1919 para refugiarse en los Estados Unidos, donde hace carrera además de cómo ilustrador como narrador de relatos en revistas baratas. Su novela más conocida, nos cuenta Spinrad, fue El sueño de hierro, supuesta ficción hitleariana en la que narra la subida al poder de un hombre de elevada estatura, caballos dorados y ojos azules decidido a limpiar su mundo de razas a las que considera inferiores.

Al principio sueltas unas risas pero a medida que avanzas en su lectura ésta termina por congelarse en tu boca porque sabes que Spinrad no va tan descaminado en ese retrato que propone del delirante héroe de la esvástica creado por ese tal Hitler.

Saludos, perplejo, desde este lado del ordenador.

3 Responses to “Sospechosos habituales”

  1. Sitedicenqueleí Says:

    Yo que estoy finalizando de leer “El cementerio de Praga” creo que es un libro destinado sólo a aquellas personas con un sentido crítico muy imparcial. Desde mi humilde punto de vista pienso que el argumento elegido es sólo una excusa para demostrar que si se va atizando odios, generando fobias injustificadas, validando mentiras se llega a un situación de convertir a inocentes en culpables. ¿Cuántos Simonini hay también por estos mundos? Buenos días

  2. admin Says:

    Gracias por reflexión tan inteligente sobre El cementerio de Praga. Y sí, a mi juicio, tiene usted toda la razón.

  3. Simonini Says:

    No confundir fobias por realidades…

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