Novelas sobre ‘nuestra Guerra Civil’

ANTECEDENTES NOSTÁLGICOS

Mi padre fue un gran aficionado a los libros de la Guerra Civil. Procuraba hacerse con todo lo que aparecía en el mercado relacionado con nuestra guerra para devorarlo en cuestión de días. 

Siempre me pregunté el por qué tuvo mi padre esa afición por los libros de la Guerra Civil. Especulo ahora que no está entre nosotros que quizá fue porque vivió en sus carnes y siendo todavía pequeño los efectos de aquella contienda en una isla chiquita llamada Tenerife.

A su padre, mi abuelo a quien no conocí, lo metieron en uno de los barcos prisión atracados en el puerto de la capital tinerfeña no por ser de izquierdas (que no lo era) sino por masón. A un tío suyo lo desaparecieron en el mar por ácrata. Historias parecidas contaban muchos de sus amigos, otros que también lo eran pero cuyos padres habían combatido en el lado vencedor, narraban episodios parecidos pero sucedidos en un territorio lejano que desde que soy pequeño llamo La Península.

Con el paso del tiempo mi padre fue alimentando una biblioteca importante de volúmenes relacionados con la II República y la Guerra Civil, libros que hablaban de sus protagonistas, de las batallas que castigaron el suelo de España y de la represión que sacudieron las entrañas de estas islas abandonadas a la mano de los dioses.

Recuerdo que era tanto su empeño en leer todo lo relacionado con aquellos tiempos amargos que incluso llegaban a su casa libros de estudiosos porque –no sé como demonios se habían enterado– mi padre tenía fama de ser un buen lector sobre tan desgraciado periodo de la historia de España.

La biblioteca cubría las cuatro paredes del despacho y uno de los momentos más felices de mi adolescencia fue cuando lo ayudé a catalogar todo aquel material elaborando fichas y más fichas. Desempolvando volúmenes tan raros como Diario de una bandera, de Francisco Franco en una edición de los años 20. En este libro, Franco rememora sus experiencias en Marruecos.

Años más tarde conseguí este título, publicado a mediados de los 40, con fotografías en las que se muestran a legionarios sonrientes con varias cabezas de moros entre sus rodillas.

OTRAS AFICIONES

Afortunadamente nací en una casa donde habían tres grandes aficiones. La primera de ella los libros, la segunda el cine y la tercera la música. Me gusta el rock de los 60 y 70 por mis hermanos, que ponían a todo volumen sus discos pero sobre todo me gusta el jazz por mi padre. Era su música, también el flamenco, es verdad, pero sobre todo el jazz.

Con todo esto quiero decir que mi padre fue un hombre fundamental en mi vida y que los caminos que me abrió para que viera la realidad con otros ojos es un legado que todo padre que precie debería procurar a su descendencia.

SOLO ESO: GRACIAS

Gracias a él se me despertó el gusanillo por leer novelas ambientadas durante la II República y la Guerra Civil. La postguerra menos pero también.

Tuve así la enorme oportunidad de iniciarme en estas lecturas a mi manera. Cogía los volúmenes de los estantes y leía la primera página. Si me enganchaba es que el libro prometía. Esta manía de entonces continúa dictando mi costumbre a la hora de leer un libro. Si la primera página no me convence lo dejo a un lado. Si es al contrario me sumerjo en su forma de contarme las cosas.

En la biblioteca de mi padre había novelas de nuestra guerra escritas por toda clase de escritores. Buenos y otros tantos francamente malos. También de toda ideología. Cogías un libro y apestaba a izquierda o a derecha de las que no perdonan la vida. Otros, por el contrario, contaban historias de hombres y mujeres que no pudieron realizarse como personas precisamente porque no habían sido cazados ni por las izquierdas ni por las derechas más radicales y enfermas.

AL FINAL PUDE LEERLO

Cuento todo esto porque la semana pasada adquirí un libro que no estaba en la biblioteca de mi padre pero que estoy seguro que le hubiera encantado. Se trata de la edición en bolsillo de A sangre y fuego. Héroes, bestias y mártires escrito por el periodista sevillano Manuel Chaves Nogales.

Son nueve relatos que reflejan aquellos días en los que la sombra de Caín ocultó los sueños de este país que yo me sigo empeñando en llamar España.

Nogales publicó este volumen en 1937 y en Francia, huyendo de aquellas dos Españas que como el cuadro de Goya quería terminar la una con la otra a base de garrotazos.

Hay dos relatos, en especial, que me emocionaron de este emocionante libro: Bigornia y Consejo obrero.

En el primero se cuenta la historia de un hombre grande con pinta de ogro y tremendamente individualista que se hace tanquista del ejército republicano.

Consejo obrero narra por el contrario como le hacen la vida imposible a un humilde trabajador que no es ni anarquista ni socialista ni comunista. Él solo quiere seguir trabajando en un Madrid ya cercado por el ejército rebelde sin adscribirse a sindicato alguno.

Y murió batiéndose heroicamente por una causa que no era suya. Su causa, la de la libertad, no había en España quien la defendiese” concluye visionariamente Nogales.

RECOMENDACIONES PARA INTERESADOS

Otras novelas españolas que me permito recomendar sobre nuestra Guerra Civil son:

El laberinto mágico. Son seis libros de Max Aub, para mi el más barojiano de los escritores españoles sin ser el maestro Baroja. En estos volúmenes plasma un gigantesco y ambicioso fresco del antes y después de la contienda. Los títulos son Campo cerrado, Campo abierto, Campo de sangre, Campo francés (escrito como un guión de cine que pide a gritos que se realice alguna vez), Campo del moro y Campo de los almendros.

La forja de un rebelde. De Arturo Barea. Se trata de una trilogía (La forja, La ruta, La llama) en la que narra con gráfico realismo su niñez y adolescencia madrileña, así como su experiencia militar en Marruecos y en la Guerra Civil.

Crónica del alba. Posiblemente más conocida por la bonita pero no completa adaptación cinematográfica que realizó en su día Antonio José Betancor, a mi juicio es una de las obras mayores de ese escritor que generalmente escribió solo obras mayores llamado Ramón J. Sender.

Fue tanto el impacto que me ocasionó en su día que uno de mis tantos pseudónimos es José Garcés, el nombre del protagonista de esta trilogía que no es otro que Ramón José Sender Garcés. Otro título indispensable del autor es su Réquiem por un campesino español.

Días de llamas. Alguien la calificó en su momento como la gran novela de la Guerra Civil española. Por encima de las anteriormente mencionadas. No sé si les falta razón aunque como lector solo puedo decir que me conmovió de principio a fin. Escrita por Juan Iturralde está narrada en primera persona por su protagonista, Tomás Labayen, juez de instrucción, condenado a muerte. El relato es un largo flash back donde (de)muestra que el horror no entiende de ideologías. 

Madrid, de Corte a checa. Escrita por Agustín de Foxá, conde de Foxá y marqués de Armendáriz se trata, a mi juicio, de una de las grandes novelas sobre nuestra guerra escrita por un señorito de derechas. Un facha.

Dividida en tres cuadros: Flores de lis, donde describe el fin de la monarquía tras las elecciones municipales de 1931; Himno de Riego, en el que cuenta la alborozada proclamación de la II República y la afiliación de su protagonista a Falange Española, y Hoz y martillo, en el que narra cómo lo pasaron los señoritos de derechas y los que no lo eran en aquel Madrid del No pasarán, Madrid, de Corte a checa además de ser una extraordinaria novela es un título que merece la pena reivindicar para que nos hagamos una idea que no todo el monte fue orégano en aquella II República que de alguna manera se devoró a sí misma.

La fiel infantería. El escritor y periodista español Rafael García Serrano intentó con esta novela escribir una especie de Sin novedad en el frente sobre la Guerra Civil española narrando el día a día de un grupo de soldados nacionales en las trincheras. Es una más que recomendable novela bélica, en la que el enemigo (¡los rojos!) no son malos sino enemigos. A mi me sigue pareciendo una novela muy atractiva, pionera en el bando vencedor de mirar a los que estaban al otro lado como soldados que combatían por otra causa para defender su idea de España. Siempre España. Inevitable en estas novelas sobre, reitero, nuestra guerra.

Cuerpo a tierra.- Escrita también por un combatiente de derechas, Ricardo Fernández de la Reguera (co-autor del ambicioso y atractivo proyecto Episodios Nacionales Contemporáneos) se tratra de una intensa y modélica novela bélica. En muchos aspectos puede compararse con La fiel infantería aunque quien les escribe apueste más por este título quizá porque no alcanzó la fama que sí obtuvo en su momento la obra de García Serrano.

Luchar por algo digno.- Pedro Víctor Debrigode es uno de los grandes novelistas pulps de nuestro país. Los aficionados lo recuerdan por sus creaciones de Diego Montes, El Pirata Negro, El Halcón o El galante aventurero, entre otros.

En Luchar por algo digno, novela autobiográfica, recuerda sus experiencias en plena Guerra Civil. El relato, que consta de dos partes (El barco borracho y El espía inocente),comienza en Santa Cruz de Tenerife donde el estallido de la Guerra Civil coge a su autor mientras cumple el servicio militar.

El primer volumen describe los barcos prisión donde se hacinaban a los republicanos con independencia de ideologías y casi es lo mejor de estas estupendas memorias de un escritor que no pasará a la historia literaria de este país de ingratos y caínes porque apostó por la literatura popular.

En su segunda entrega, El espía inocente, cuenta con pericia el calvario que sufrió como alférez provisional al intentar huir de una guerra que no era la suya. Acusado de abandono de destino, malversación de caudales y espionaje, padeció prisión en cárceles militares y en el penal de Santa María, Cádiz.

Para mi, una obra maestra.

Saludos, instando a darnos la paz de una puta vez, desde este lado del ordenador.

4 Responses to “Novelas sobre ‘nuestra Guerra Civil’”

  1. Iskánder, socialista ruso Says:

    He leído con sumo agrado este logradísimo post, tanto su recorrido personal y familiar, como la relación de libros propuestos y sus comentarios.
    Aunque no tengo la menor duda de que ya habrá leído Las armas y las letras de Andrés Trapiello, se lo recomiendo por si alguna circunstancia aciaga y hostil mantuviera aún lejos de sí ese libro.

  2. admin Says:

    Gracias por tan generosas palabras.

  3. leonardo Says:

    Hola,
    primero felicitaciones por tus páginas. Escribo porque me gustaría estudiar un texto con alumnos franceses y necesito un especialista en esto de la guerra civil:
    Estoy buscando el autor de un texto que he encontrado en la red pero de forma anónima. Copio aquí un fragmento :
    Cuando el maestro don Ramón nos entregó a todos los alumnos de la escuela, y cumpliendo el encargo de la superioridad, un uniforme falangista completo incluidas aquellas botas fascinantes que nos permitirían mirar por encima del hombro a las piedras, los perros y el invierno, corrimos hacia nuestras casas con la sangre espesada por el jolgorio.
    ¿No sabría usted, por casualidad, de quién se trata y de qué obra?
    Mis agradecimientos por adelantado…
    Saludo cordial

  4. admin Says:

    Nos ponemos a invesgar y gracias por sus generosas palabras.

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