Fantasía ‘pin up’ (*)

Woody Allen dijo en una ocasión que le encantaría reencarnarse en las yemas de los dedos de Warren Beatty. A mí me encantaría reencarnarme en las yemas de los dedos de Howard Hughes.

Howard Hughes fue quien descubrió a Jane Russell.

La mujer gigante y morena trabajaba como secretaria en el despacho de un dentista y el flechazo fue instantáneo.

La inexperta actriz se convirtió en símbolo sexual más por el cartel de la película El forajido que por  filme en sí.

Cartel donde no aparecía el protagonista de la cinta sino la protagonista: Jane Russell. Quien mira a cámara. Desafiante. Un tirante de su blusa nos muestra su hombro desnudo…

La leyenda cuenta que, entre otras cosas, Hughes se obsesionó por un defecto de menor importancia en una de las blusas de Jane Russell, argumentando que la tela se agrupaba a lo largo de una costura, con lo que daba la apariencia de que cada uno de los pechos de Russell tenía dos pezones. Estuvo tan preocupado por ello que llegó a redactar un detallado memorándum sobre cómo resolver el problema, y lo repartió entre los miembros del equipo de rodaje.

El caso es que por ese cartel, más que por la película, Jane Russell entró por  la puerta grande de Hollywood con un producto muy pequeño, de serie B dirigido por Hughes.

La carrera de Jane Russell no está plagada digamos de grandes películas aunque coprotagonizó Los caballeros las prefieren rubias, una de esas comedias musicales que hacen llorar hasta el más triste de la familia. La dirigió Howard Hawks y Russell compartía escena con otro símbolo sexual que aún resistie el paso del tiempo: Marilyn Monroe.

En esta comedia musical Jane Russell encarna a una mujer de bandera a la que no le hace falta fingir para conseguir lo que desea: el amor. Marilyn, por el contrario, hace de una aparentemente ingenua muchachita que sueña con casarse con un multimillonario. Cuando logra cazar a uno, ella debe resolver la situación para convencer al padre, que interpreta el formidable actor de reparto Charles Coburn.

La pizpireta rubia sin cerebro le demuestra al viejo que no tiene serrín en la cabeza cuando dice: “Si tuviera usted una hija ¿desearía que se casara con un hombre pobre? Al contrario, desearía que para ella lo mejor del mundo y que fuera muy feliz ¿Qué hay de malo en que yo quiera también todo eso?”

El viejo, como es natural, claudica y da su bendición al matrimonio.

Pero hablaba de Jane Russell, que fue una mujer más. O lo más. Todo en Jane Russell resultaba desproporcionadamente grande. Colosal. Y la morena lo sabía. Yo me la imagino como un personaje de su época, época donde todo empezaba a ser demasiado grande. Ésta y no otra es la razón de que Jane Russell se convirtiera en el mito que todavía sigue siendo hoy pese a que en la actualidad gusten más las sirenas anoréxicas.

Más que hermosa, Jane Russell era sexo. Con todas sus letras.

Y por esa emanación que aún agita la tetosterona de públicos masculinos, Jane Russell trasciende pantalla.

Y eso que no tenía una cara bonita. Yo diría que resultaba atractiva e interesante. Y golosa. Muy golosa y comestible.

Cuando veo Los caballeros las prefieren rubias yo sigo apostando por la morena. Me la imagino mirándome desafiante como una diosa mientras grita: ¿y ahora qué?

Y yo, bajando la cabeza, preguntando baboooso.

“Eso, eso ¿y ahora qué?”

Claro que mucho me temo que esta fantasía solo se convertirá en realidad el día en que me reencarne en la yema de los dedos de Howard Hughes. 

(*) Pin-up: fotografía o ilustración de una chica bonita en actitud sugerente.

Saludos, ñam, ñam, ñam, desde este lado del ordenador.

8 Responses to “Fantasía ‘pin up’ (*)”

  1. Daniel León Lacave Says:

    Hay un título considerado menor, en el que Russel comparte créditos con Robert Mitchum, “Una aventurera en Macao”, que si la memoria no me falla, empezó a dirigir Von Stemberg, y terminó Nicholas Ray, o al revés. Creo que al revés, efectivamente.
    En esa peli trabajaba también Gloria Grahame, que si Jane Russell era sexo, Grahame era la sensualidad en estado puro.

  2. Alfonso González Jerez Says:

    Magnífico. Perfectamente satisfecho, administrador. Yo también me quedo con la morena

  3. admin Says:

    Gloria Grahame… ay, Daniel, me has tocado el alma… ¿la viste en En un lugar solitario? Joder… la gran Gloria Grahame…

  4. Daniel León Lacave Says:

    “En un lugar solitario” está que se sale, con aquel jersey ajustado de cuello vuelto.
    Pero en Los sobornados de Fritz Lang, con aquellos pendientes de argollas, bailando mientras agitaba los martinis, se convirtió en mi amor de juventud allá por el año 90 o 91, cuando aquel ciclo de Lang que ofreció la primera.
    Ya veo que muchos hemos tenido ese mismo amor de juventud.

  5. admin Says:

    A veces tengo la sensación que los actores y actrices (grandes y pequeños) de antes se comerían crudos a los de hoy día. Me da igual que siempre hicieran el mismo papel, eran ellos. Y resultaban creíbles. En mi particular devocionario rezo todos los días por Ingrid Bergman, Dorothy Malone, Ava que estás en los cielos Gardner, Eleanor Parker y así hasta el infinito. En la actualidad, creo que solo merece la pena Sharon Stone… tiene pasta de estrella.

  6. Sitedicenqueleí Says:

    Me ha encantado su entrada. Por cierto curioso personaje el Howard Hughes, especialmente me interesa su etapa en la que estuvo casado con Barbara Hutton (millonaria y excéntrica) si hablamos del mismo. Respecto a soñar (soy mujer) y sueño con Clint, sobre todo de mayor y como director… Entiendo la expresión del sr admin. respecto a los actores de antes y la comparto. Seguro que las escenas de Eleanor Parker en “Cuando ruge la marabunta” donde C. Heston se pasa de antipático -por decir algo correcto- le gustan. Qué pasión y fuerza emanan. Buenas tardes

  7. admin Says:

    Una de mis películas favoritas de la infancia es Cuando ruge la marabunta, cinta que no me canso que ver. Es cierto que Heston maltrata a la fogosa de Eleanor Parker en la primera mitad de la película pero recuerde usted el porqué de tan peregrina (y sexual) razón. Y no, el señor Hughes al que hago referencia no contrajo matrimonio con la señora Hutton.

  8. Daniel León Lacave Says:

    Eleanor Parker, Sin Remisión de Cromwell, la primera actriz en raparse al cero en una película, mucho antes que la teniente Demi.

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