Hambre

Cosas raras las que me encuentro los domingos en el Rastro de Santa Cruz de Tenerife. Este textito lo descubrí en un volumen bastante estropeado de Knut Hamsum titulado Hambre.

I.-
Esta mañana, al pasar delante de una iglesia, me he topado con varias señoras y señores escandalizados. Me acerco picado por la curiosidad para ver cuál es el motivo de su queja.

- ¿Dónde coño se meten?- dice un caballero de edad, alto y delgado, y con  pinta de haber sido militar.

- Es que son unos desagradecidos.- Responde un tipo que parece un funcionario de la Enseñanza retirado.

- La próxima vez le va  a dar limosna la Virgen de Candelaria.- sentencia una señora con pinta de indignada.

- Calma, calma… Que todos somos criaturas de Dios.- recita un sacerdote que huele a jabón Heno de Pravia.

Me alejo extrañado.

II.-
Asombroso. Salgo a la calle desierta por aquello del inicio de la Semana Santa y no me encuentro a la gente de siempre. La mayoría habrá aprovechado para descansar en cualquier rincón de la isla. O las islas. O donde sea.

Bajando por la Rambla de Pulido cruzo con un tipo que lleva meses sin lavarse con jabón Heno de Pravia que me pide “argo para comer”.

Respondo: “Lo siento, hermano, no llevo nada encima”.

Miento como es natural. Porque sí que llevo encima una moneda de dos euros.

El hombre continúa calle abajo hasta que es interceptado por dos policías que se lo llevan a rastras.

III.-
Esa misma tarde, paseando por el Mercado Nuestra Señora de África observo a un grupo de personas mirando como muertos vivientes la escena que se desarrolla tras un cordón policial. Como no puedo acercarme lo suficiente para investigar, le pregunto a un ciudadano qué coño pasa.

- Otro pobre….- dice el caballero pasándose el dedo por la garganta.

IV.-
En el parque García Sanabria veo a un jovencito con pinta de hippie subido a uno de los bancos situados alrededor de la fuente de La Gorda tetona gritando: ¡El final se acerca! ¡Arrepentíos!

Tres adolescentes, dos de ellos con un monopatín debajo del brazo, se ríen.

El hippie continúa con su perorata. Suelta algo así como la gran puta de Babilonia y que merecemos morir por adorar al Becerro de Oro.

Un perro negro que descansa debajo del mismo banco de piedra se pone a aullar.

Oigo todavía su aullido cuando llego al Reloj de flores.

V.-
Alguien comenta en el bar que ya va siendo hora que otros imiten la decisión de Gallardón de retirar de las calles a los parias de la tierra. No sé si lo dice por mi. Aprovecho para hacerme el loco y leer las hojas parroquiales.

VI.-
Camino por las calles y plazas desérticas de la capital tinerfeña. Hago tiempo para olvidar.

VII.-
Me siento en una cafetería donde todo el mundo tiene la mirada puesta en el televisor.

De tanto en tanto miro a la caja tonta donde un locutor compungido anuncia que como la cosa continue así significará el descenso del Club Deportivo Tenerife a segunda B. Alguien, con varios rones encima, suelta una maldición. La mayoría se lleva las manos a la cabeza.

El camarero me pregunta que voy a tomar. Le pido un vaso de agua. Lo más barato. El camarero me mira de arriba abajo y parece ponerse a cavilar. Afortunadamente el tipo de las maldiciones grita que le ponga otro ron.

Dos señoras con acento portugués se ponen a mi lado de la barra. Por lo que hablan entiendo que una de ellas se queja de lo mal que huele esta ciudad.

Esta ciudad es Santa Cruz de Tenerife donde una vez más se respira en el aire ese olorcillo a huevos podridos que se escapa de la Refinería.

El mismo camarero que me atiende se acerca a las señoras y toma nota de su pedido. Me animo a recordarle lo del vaso de agua.

- Por favor, que sea con gas.

El locutor de la televisión habla con varios invitados sobre lo que supondría para Tenerife que “nuestro Club” descienda a segunda B.  

- Eso sería el fin.- anuncia uno.

- El acabose.- dice otro con una corbata que parece que le estrangula el cuello.

- El fin.- coinciden todos incluido el locutor.

El camarero deja delante de las dos señoras apoyadas en la barra sendos vasos de café con leche y dos bocadillos. Por el olor detecto que uno debe ser de pollo y el otro de tortilla.

Mi estómago protesta.

Las señoras que hablan portugués me miran.

Yo hago una mueca que espero pase por sonrisa.

Mis tripas sin embargo interpretan las Valkirias de Ricardo Wagner.

Hago que miro la televisión.

- Su vaso de agua.

Asustado miro al camarero.

- Con gas.- añade con muy mala leche.

- Graci….-estoy diciendo.

- Cincuenta céntimos.- me corta.

El camarero se va con mis últimos cincuenta céntimos.

Mis tripas sintonizan ahora con A las barricadas.

Y sin poder evitarlo miro a las señoras que devoran sus bocadillos.

Es tanta mi atención que una de ellas, incómoda, deja la mitad del de pollo y me lo ofrece.

No sé si ponerme a llorar o reír.

Al final vence la dignidad de los vencidos. Me doy media vuelta y salgo de la cafetería. Con las tripas muy cabreadas y ahora sonando como una discoteca.

VIII.-
Deambulo por esta ciudad triste, observando carteles de Cerrado, Se alquila, Se vende, Se traspasa en casi todas las fachadas oscuras.

IX.-
Me cruzo con una pareja de enamorados y decido mandar a paseo la dignidad de los vencidos.

- Hermanos .- tartamudeo.- ¿no tendrán argo suerto?

La pareja se escabulle sin responder y dobla una esquina.

X.-
Estoy sentado en la plaza de España. Acompañado por la música de fanfarria de mis tripas.

- Viejo.- me dice un policía.- ¿qué está haciendo?

Sin levantar la cabeza y con la mirada perdida en el muelle le respondo: “Creo que aún puedo pensar.”

El policía enciende su transmisor y habla con la central.

- Otro caso.- informa.

- Ya sabe lo que tiene que hacer.- responde una voz metálica con acento de aquí.

Saludos, ¿en Canarias empieza a amanecer?, desde este lado del ordenador.

6 Responses to “Hambre”

  1. bartolo Says:

    Bastante más logrado que la chabacanada de Paulino el aviador. Una perla. Anque le falta argo del viejo y el mar, que hoy estaba negro y encrespado. Y argo de Rubem Fonseca: “El cobrador”.

  2. admin Says:

    Me sonroja usted… ¿Tiene argo?

  3. bartolo Says:

    Hoy hambre. Mañana ya veremos.

  4. admin Says:

    De ilusiones también se vive…

  5. Pablo Ródenas Says:

    Imagino que sabe que KH, además de un sobrevalorado escritor de “naturalista y bella prosa”, fue un nazi convencido, razón por la cual se le editó y reeditó con perseverancia en la España franquista. La cita del pórtico estropea en parte la narración, puesto que remite indirectamente a él. Los jóvenes de los cincuenta y sesenta le leímos sin poder tener noticia de la calaña real del sujeto al que nos inducían. El chasco posterior es una de esas lecciones inolvidables que a algunos nos dio la vida.
    Aprovecho la ocasión para agradecerle su magnífico texto sobre Ezequiel Pérez Plasencia. EPP, para mí Sesé, fue un viejo amigo de la política de los años 70-80, al que veía muy poco dado que vivíamos en ciudades distintas. En su irreductible afán de ser escritor por encima de todo recibió desprecios de casi todos. Como siempre, a su muerte se ha dicho de él lo que jamás le fue reconocido en vida, antes de remitirlo de nuevo al olvido. Me pareció que la suya fue una de las excepciones.

  6. admin Says:

    Sí que conozco a Hamsun. Y con independencia de su ideología marciana creo que fue uno de los grandes escritores de su tiempo. Sobre su confunsa personalidad, le recomiendo una extraordinadia miniserie donde Max Von Sydow interpreta al autor de Hambre.
    Respecto a su comentario sobre Ezequiel estoy completamente de acuerdo en todo aunque afortuandamente el camarada, felizmente recuperado en Cartagena de las miserias chicharreras, solía reírse de todos esos gañanes que lo despreciaron.
    Un abrazo.

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