‘Superman’ desencadenado. ¿Cundirá el ejemplo?

BILL: Como sabes soy amante de los comics. Especialmente de los de superhéroes. Encuentro que toda la mitología que rodea a los comics es fascinante. Tomemos a mi superhéroe favorito, Superman. No es un cómic grandioso, no está bien dibujado. Pero la mitología no solo es estupenda, sino que es única.

BEATRIK KIDDO: ¿Cuánto falta para que esta mierda entre en acción?

BILL: Unos dos minutos. Lo suficiente como para que entiendas lo que te explico. Lo común en una historia de mitología es que por un lado está el superhéroe y por el otro está su alter-ego. Batman en verdad es Bruce Wayne, Spiderman es en realidad Peter Parker. Cuando ese personaje se despierta por la mañana es Peter Parker. Tiene que ponerse un traje para convertirse en Spiderman. Y es en esa característica en la que Superman no tiene semejante. Superman no se convirtió en Superman, nació siendo Superman. Cuando se levanta por la mañana es Superman. Su álter-ego es Clark Kent. Ese traje, con la S en rojo, esa era la colcha con la cual estaba envuelto de bebé cuando los Kent lo encontraron. Esa es su ropa. Lo que usa Kent, las gafas, el traje de negocios, ese es el disfraz. Ese es el traje que utiliza Superman para mezclarse entre nosotros. Clark Kent es como Superman nos ve a nosotros. ¿Y cuales son las características de Clark Kent? Es débil, inseguro… es un cobarde. Clark Kent es la crítica que hace Superman sobre toda la raza humana.

(Kill Bill, Quentin Tarantino, 2003, 2004)

He recordado este diálogo de Kill Bill al leer la noticia que anuncia que el mítico hombre de acero, Superman, tomará una dura decisión contra el gobierno de turno en Estados Unidos, luego de considerar que su imagen ha sido usada para fines políticos.

¿Conmoción entre los aficionados al hombre de azul?

¿Sabía apuesta editorial de la DC Comics para reiventar una vez más a su tradicionalista súper héroe?

¿El apuesto extraterrestre cansado del devenir de su patria de origen dice por fin basta en los colorines?

Ríanse si quieren, pero que Clark Kent liberado manifieste desde las viñetas su deseo de hablar en Naciones Unidas para informar que renuncia a su ciudadanía estadounidense es clave para estos tiempos siniestros que vivimos.

“Estoy cansado de que mis acciones se interpreten como instrumentos de la política de los Estados Unidos”, asegura Superman en el último número de su revista, el 900, y que lleva por título El incidente.

La decisión de Supermán ha caído como una bomba de kriptonita en su país de adopción. Pero a mi, con independencia del giro que le den a esta historieta, me gusta. Y me gusta porque entiendo que el héroe que no es un pájaro ni un avión ya no cree en el modelo americano y por extensión planetario.

¿Cómo le habrá sentado la noticia a su archienemigo Lex Luthor? Luthor, un brillante multimillonario cuya única misión en la vida era acabar con Superman?

Si Superman decide transformarse en un apátrida ¿qué pasará con su alter ego, el debilucho Kent?

¿Combatirá así el súperhéroe más famoso de los comics al verdadero enemigo de nuestro tiempo?

Quiero pensar que bajará del cielo como una bala para aplastar las cabezas de los que han hecho posible de esta maniobra que es la crisis una razón para llenarse aún más los bolsillos mientras destruyen en nombre de enemigos ficticios empleos y promueven guerras cuya bandera no es la de liberar a los pueblos sino hacerse con su petróleo y riquezas.

¿Se atreverán en los tebeos a transformar a Superman en un antihéroe por estar cansado de seguir obedeciendo tanta mentira?

A mi la noticia me ha llenado de gozo porque la interpreto como un gesto que confunde y desarma a los que aspirabam a vernos encadenados.

No sé como proseguirá la historieta y ni me importa.

Lo que de verdad importa es que Superman –gracias al guionista David S. Goyer y el dibujante español Miguel Sepúlveda–  se rebela disciplinariamente contra su país que es decir algo así como contra nosotros, que son ellos. Eso que llaman primer mundo.

¿Cuántos, no ya súperhéroes sino héroes anónimos de nuestro planeta, seguirán su ejemplo?

Anoche tuve un sueño en el que millones de personas quemaban sus documentos nacionales de identidad y el plástico de sus tarjetas mientras miraban como un hombre de rojo cruzaba como un cohete el firmamento.

Saludos, haciéndome muchas más preguntas, desde este lado del ordenador.

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