Aburrida

El tercer largometraje de Juan Carlos Fresnadillo prometía ser la obra más personal hasta la fecha del director que acarició todos los sueños (y alguna que otra pesadilla) de quien comenzando su carrera en provincias pisó con natural nerviosismo la alfombra roja al ser nominado a los Oscar con su primera película, el aún gratificante mediometraje Esposados.

Da la sensación que desde ese entonces Fresnadillo no se ha recuperado del susto. Lo concluyo tras ver la primeriza Intacto, la rutinaria 27 semanas después y ahora la aburrida Intruders.

Intruders, que se vende como su película de autor, no sabe moverse ni explotar las claves que conjura. Todas ellas muy arriesgadas, es cierto, pero que se infla –eso sí– con impecable caligrafía técnica porque es incapaz a mi juicio de arañar los miedos que brotan desde la infancia.

Miedos estos de la infancia en torno a los que da vueltas y vueltas mientras en pantalla no pasa casi nada. 

Y al no pasar casi nada se fractura la hipnosis y aburre.

En este aspecto, como película de miedo Intruders no da miedo y ni siquiera provoca inquietud sino bostezo.

Dan ganas, incluso, de que el presunto monstruo de nombre Carahueca se lleve a los infiernos a los niños protagonistas que sufren el acoso de esa criatura que nace de las fuentes, dicen, del celeberrímo hombre del saco.

Desgraciadamente el ente que no es feo ni guapo porque no tiene rostro no presta ese favor al espectador que se pregunta una vez más ¿cómo diablos he pagado el precio de la entrada para contemplar tamaño tostonazo?

El largo, larguísimo largometraje, recupera algo de gracia al final.

Ese momento en el que se razona que Carahueca es algo así como una enfermedad que se cocina en las entrañas de la familia y que por lo tanto se hereda de padres a hijos. Pero no es suficiente para disculpar un desarrollo que se suponía tenía que generar, si no terror, malestar en el público.

Que ese mismo público saliera de la sala planteándose que lo que se le ha contado toca precisamente sus miedos infantiles.

Intruders, en contra de los que he leído por ahí no es una película hueca sino aburrida.

O lenta como decía mi padre. Mi padre fue probablemente uno de los espectadores más inteligentes con lo que he tenido el placer de compartir butaca en eso que antaño eran templos oscuros y que hoy se llaman multisalas.

Y es que Intruders no da escalofrío.

No sabe producir miedo.

Y dan ganas de zarandear a los actores para que espabilen, para que conecten con mis miedos infantiles.

Pero no pasa nada de eso.

La película se infla mientras tanto como un globo. Y un globo solo lleva aire –nada– por dentro.

¿Dónde nace el problema de Intruders?

¿De su guión, pulcramente escrito?

¿De su notable dirección?

El filme parte de una idea ambiciosa y apasionante: indagar sobre nuestros terrores primigenios. También de cómo liberarnos de ellos si recurrimos a actos psicomágicos.

Esto del acto psicomágico es como prometer un trébol de cuatro hojas que un estrafalario vendedor de elixires varios llamado Jodorowsky ha promocionado en los últimos años como fórmula para reducir a cenizas nuestras neuras enfermas.

Jodorowsky no tiene la culpa de que su método de catarsis haya confundido desde entonces a tanta gente.

Entre ellos a Fresnadillo.

Película que podría entenderse en clave psicomágica casi como si quien les escribe creyera en el improvisado misticismo del autor de la extravagante Santa sangre.

Pero falla también en este sentido.

Y falla porque Intruders quizás hubiera quedado muy bien como mediometraje psicomágico pero no como largometraje presuntamente psicomágico.

No son creíbles los personajes. Los personajes son bloques de hielo que no crecen con la historia.

Además, y vendiéndose el producto como cinta de nuestros miedos internos, no da miedo. Ni siquiera un asomo de inquietud.

El tal Carahueca no sabe meterse en mi cabeza y revolver mis demonios interiores.

Luego interpreto que no es una película de monstruos. Y mucho menos de los que me hicieron tan feliz la infancia como espectador (y bicho raro) cinematográfico para liberarme, precisamente, de esos mismos monstruos.

Está muy bien que Fresnadillo no apueste por el susto fácil, que evite el contagio con Carapizza (ya saben, Freddy Krueger) pero sí cabe exigirle más consistencia a su Carahueca.

Consistencia que Intruders hace llegar a través de la penosa e insistente voz en off de sus dos narradores infantiles. Voz reiterativa que se suma a un metraje reiterativo que no aporta nada a esta casi nada.

Algo, ¿entienden?, que aporte sal a un vehículo que no termina por arrancar y que encima se adorna con pretensiones de autor.

Así que termino

para quien les escribe –y con todo el dolor de su alma– la verdadera y personal pesadilla de Intruders se reduce al dinero que ha tenido que abonar por verla. 

Saludos, con la Carahueca, desde este lado del ordenador.

16 Responses to “Aburrida”

  1. Cautivo y Desarmado Says:

    Menos mal que se trata de un amigo, que si no….

  2. admin Says:

    Vaya usted a ver la película y después me cuenta. Con sinceridad, que nos conocemos.

  3. rufino Says:

    No se si hacerle caso a usted o a Carmelo Rivero, que participo en “Oscar el color del dinero” y por ello es un consumado cineasta.

    http://www.diariodeavisos.com/2011/09/18/opinion/fresnadillo-carmelo-rivero

    A veces, peor que que te ataquen unos es que te defiendan otros.

  4. admin Says:

    Yo que usted no le haría caso a ninguno de los dos.

  5. Daniel León Lacave Says:

    “IntruÑers”

  6. admin Says:

    ¿¿¿???

  7. ANARC A Says:

    Discrepo casi punto por punto de tu crítica. Creo que es un problema de niveles de percepción.
    Me parece una obra maestra psicológica, de realización impecable, con actores destacados y sutiles hilos que mueven la atenión del espectador sensible, más alla de Jodorowsky.
    ¿Es posible que los niveles de toxinas sean demasiado altos para percibirlo?
    ¿O tal vez el rito ocuro de la destrucción nihilista?

  8. admin Says:

    Se agradece la reflexión, Anarc a. Aunque, a mi juicio, “sin embargo no se mueve.” Las tóxinas, probablemente.

  9. ANARC A Says:

    luego hay una cuestión de gustos, donde evidentemente no podemos entrar.
    Un saludo a nuestro estilo, etc

  10. Timo-teo Says:

    - “no pasa casi nada”
    - “un globo solo lleva aire –nada– por dentro”

    (¿y usted cuando se tropieza con alguien lo reconoce? -me pregunto)

  11. admin Says:

    la mitad de las veces ni me reconozco frente al espejo, cabestro. Sea feliz.

  12. Antonio Almeyda Says:

    No suelo coincidir con los juicios crícticos de estre blog, pero esta vez no me queda más remedio que quitarme el sombrero por la afinada crítica sobre este desgraciado traspiés artístico de Fresnadillo (también conocido como “el director de cuya película no puedes hablar mal sopena que te borre de su facebook”).

    La hora y media más soporífera del año (en feroz competición con “No habrá paz para los malvados”, esa inmerecida tortura para el intelecto humano) que se cobró injustamente siete euros y medio de mi bolsillo que bien podrían haber ido a parar a la ranura de una maquina tragaperras donde, al menos, hubiese tenido una posibilidad de verme retribuido.

    Lo de “Intruñers” (muy bueno, Daniel. Con tu permiso voy a copiártelo) va más allá del plomizo y tedioso sopor: es la nada más absoluta. No sólo la nada que pretende dar entidad un personaje tan patético e indefinido como el tal “Carahueca”, sino que es esa nada que no deja poso alguno al salir de la sala, en ese momento crucial donde las películas pasan a formar parte de tu vida para siempre o pierden entre los pliegues del olvido. “Intruñers” pertenece, justamente, a la segunda categoría.

  13. uno Says:

    Creo que la arquitectura del guión de esta película es muy buena.y funciona algo de lo que carecen muchísimas películas…la pelí entretiene y es impecable desde el punto de vista de la dirección, Fresnadillo ha regalado un nuevo personaje de terror para la historia delcine Carahueca… No entiendo lo de peli lenta…hay veces que las pelis deben ser lentas..no entiendo que hay de malo en ello…

  14. admin Says:

    A. Almeyda… Me recuerda usted al tal Carahueca.

  15. Javier Guerrero Says:

    Yo creo que el problema radica en catalogar la película dentro del género de terror. NO ES UN FILME DE TERROR. Al menos, bajo mi punto de vista.
    Está muy bien hecha y trabajada, y si uno la analiza detenidamente en el momento que aparecen los créditos, todo concuerda.
    Quizás el mejor ejemplo análogo que se me ocurre es El Laberinto del Fauno (por nombrar una comercial).
    Es un cuento de niños adaptado para adultos, donde dos de los personajes (una niña y su padre) comparten esas susodichas pesadillas.
    Me gustaría que usted reestructurase su crítica desde otro punto de vista distinto al de valorar la cinta como “otra película más de terror psicológico” (es básicamente lo que me ha dado a entender).

  16. admin Says:

    Estimado Javier lo escrito, escrito está. También soy de esos espectadores tan raros tan raros que ni fú ni fá con El laberinto del fauno ni El espinazo del diablo, ni el puto ¿era El orfanato?. Y no me haga hablar de Rec… Ya ve, un tío raro, lo que se dice raro de verdad.

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