‘Big Ben’

Ben Gazzara entró en el salón del Hotel San Felipe, sede por aquel entonces de la X edición del Festival de Cine Ecológico del Puerto de la Cruz, y me di cuenta que un actor al que ese entonces solo conocía como de celuloide era también de carne y hueso.

Cuando se sentó, bastante cansado, para responder a la ronda de preguntas de los periodistas Gazzara ya no era Gazzara sino Capone y Saint Jack. También el mujeriego detective John Russo en esa espléndida comedia sentimental que sigue siendo Todos rieron, de Peter Bogdanovich, y en la que compartió enredos sentimentales con una madura Audrey Hepburn. Aventura que, parece ser, trascendió lo que había comenzado siendo como una simple y convencional relación laboral.

Recuerdo que en aquella rueda de prensa Gazzara no dejaba de frotarse los ojos porque estaba muy cansado.

Al parecer había llegado el día anterior a Tenerife y esa misma mañana se lo llevaron de excursión a las Cañadas para que conociera el Teide.

“El Teide me ha conmovido”, dijo quien fue Henry Chinasky –el álter ego de Charles Bukowski–  en Ordinaria Locura. “Me ha hecho preguntar ¿quién soy?”, añadió con una sonrisa quiero recordar que irónica dibujada en sus labios.

El actor neoyorquino de origen italiano quiso entonces hablar de la película que lo había traído a esa isla que, probablemente, hasta aquel día desconocía que existía en el mapa.

El filme se trataba de Beyond the Ocean (1990), su primera trabajo como director. Una cinta, apuntó, que “mi amigo John Cassavetes hubiera hecho.”

Cassavetes había fallecido apenas dos años antes.

Y yo hasta ese momento solo conocía a Cassavetes como el malvado Ben Childress en la reivindicable La furia (Brian de Palma, 1978).

Ignoraba que Cassavetes había sido uno de los pioneros del cine independiente norteamericano con películas como Maridos (1970); El asesinato de un corredor de apuestas chino (1976) y Noche de estreno (1977). Las tres protagonizadas por Gazzara, entre otras tantas cintas indies.

Y es que solo conocía entonces a Big Ben por ser uno de esos secundarios con alma del cine norteamericano en la extraordinaria Anatomía de un asesinato, El puente de Remagen, El viaje de los malditos y por ser el protagonista de una miniserie, QB VII, inspirada en una novela de mi apreciado e injustamente poco reconocido escritor de best sellers Leon Uris.

El caso es que Gazzara hablaba y hablaba en aquella rueda de prensa como si se encontrara en el planeta Marte lo que hizo que levantara la mano para formularle una pregunta.

El actor, sorprendido y algo extrañado porque le interrumpiera el monólogo, puso cara de interés cuando le tradujeron mi tópica cuestión.

- ¿Con qué películas me siento más satisfecho?.- masticó mirando al techo.- Pues con las tres que realicé con John Cassavetes, pero también con Saint Jack y Todos rieron de Bogdanovich.

- ¿Por qué?- me atreví insolente a preguntar.

- ¿Por qué?- sacudió la cabeza y dibujó entonces la célebre sonrisa Gazzara.- porque en todas ellas hay una gran parte de mi mismo.

¿Más preguntas?

Otro compañero le planteó qué opinaba sobre la posibilidad de que los actores españoles fueran a la huelga por la escasez de trabajo que estaban viviendo por aquel entonces (1).

“En Estados Unidos los actores nunca se pondrían en huelga por motivos laborales. En todo caso –añadió–  sí que lo harían para pedir más dinero.”

Y lanzó una formidable carcajada.

Una carcajada Gazzara.

Pero se puso serio de pronto cuando se dio cuenta que ninguno de los presentes nos contagiábamos con su risa.

- El futuro está en la televisión.- soltó como un ladrido.- Talentos como David Lynch están haciendo que las cosas cambien dentro de la televisión. Las películas que se realizan para este medio ya no son las mismas. Ya no resultan convencionales.”

- ¿Más preguntas?- propuso el director por aquellas fechas del Festival de Cine Ecológico del Puerto de la Cruz, Alfonso Eduardo Pérez Orozco, dando a entender que ahí se acababan las preguntas.

No, no hubo más preguntas.

Ben Gazzara se levantó y abrió los brazos como si pretendiera con ellos abrazar a todos los que estábamos en aquel salón del Hotel San Felipe.

- El Teide me ha conmovido.- insistió.- Y me ha hecho preguntar ¿quién soy?

Y se fue.

Mientras recogía las cosas pensé en algo que había dicho durante esa rueda de prensa que, ahora que nadie me lee, para mi fue una de las más interesantes de mi vida:

“Un actor sin método no es un actor.”

Lo dicho.

Ben Gazzara.

Big Ben.

(1) Todas las declaraciones de Ben Gazzara están recogidas de un artículo publicado en La Gaceta de Canarias el 23-XI-1991.

(*) En la imagen que ilustra este post Ben Gazzara junto a Charles Bukowski.

Saludos, la nostalgia a veces no es un error, desde este lado del ordenador.

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