Cualquier parecido con la realidad…

Querida Inés,

Supe desde un principio que no te olvidarías de nosotros. Así que imagina lo contento que estoy.

Premias, soy consciente, nuestra larga y ardua labor como gestores de eso que llaman cultura.

Y ahora que la cultural no va a tirar de los presupuestos que anualmente se repartía entre sus honorables servidores has buscado una salida para unos y otros. Es decir, los que todavía viven de la cultura en el ámbito privado y público a través de ese fabuloso invento que será el Consejo Canario cuyo parto –descuida– resultará  indoloro las primeras semanas del próximo año.

Todo con el fin, querida Inés, de que continuemos haciendo lo que mejor sabemos hacer: administrar el dinero público –ahora escaso, somos conscientes– con el que poder continuar viviendo sin hacer nada. Solo que el cuento se acabó, aunque nadie va a protestar en estas islas con tan poca memoria, afortunadamente.

Se me hace la boca agua cuando pienso en los almuerzos que compartiremos. Conozco algunos excelentes restaurantes en las dos capitales canarias. No son caros ni excéntricos como los de antaño, aunque sí he procurado que pasen del término medio porque debemos cuidar de nuestros estómagos y sobre todo de nuestros hígados… Tú ya me entiendes…

En cuanto a los viajes doy por hecho que correrán a cargo del erario público, pero no te preocupes en pagarme la estancia porque probablemente me quede en casa de un buen amigo cuando toque reunirnos en Santa Cruz de Tenerife o en Las Palmas de Gran Canaria.

No sé Inés, la verdad, para qué demonios servirá esto del Consejo, pero me parece muy bien como has vendido el invento. Yo ya estoy dando aviso a los pocos que quedamos para que se vayan poniendo las pilas y trabajen. No demasiado, que ya los conoces.

No sabes lo emocionado que estoy. Cuento los días para nuestro próximo encuentro, que será este miércoles, 17 de octubre.

Te prometo que iré con mis mejores galas y la lección bien aprendida.

Ya sabes, no abrir la boca, poner mirada interesante y pensar que, pese a la crisis, voy a continuar viviendo –ahora más que nunca– sin hacer nada.

Porque… ¿Me concederás el próximo baile, verdad Inés?

No te olvides de mí.

Piensa en quien te escribe cuando selecciones a los diez empresarios privados del sector que han vivido hasta ahora haciendo, y dándole siempre gracias, a la gestión pública…

El Consejo Canario, Inés, necesita gente como yo.

Te quiere

Uno de los diez…

Saludos, cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia, desde este lado del ordenador.

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