¡Independencia, payaso, independencia!

Cubre una bandera canaria con las siete estrellas verdes el ataúd de Antonio Cubillo. Un centenar de personas grita por la independencia de Canarias… ¿Independencia de qué? pienso mientras hago que pienso por Santa Lastenia, campo santo con olor a flores muertas….

El escritor  Alexis Ravelo comenta en un chat a propósito de la independencia de Canarias: “si esa independencia estuviera propuesta por los oligarcas de toda la vida, para ese viaje no harían falta alforjas. Quiero decir, que si hemos de independizarnos, deberíamos aprovechar para independizarnos también de las cúpulas de poder de toda la vida. Así que, para eso, preferiría que nos quedáramos como estamos.”

Mientras, Luis Morera, miembro fundador del grupo Taburiente, afirma ser un patriota… ¿Un patriota de qué? pienso mientras hago que pienso.

Morera dice que dice: “A muchos no les gusta usar la palabra patria para definir el contexto de todo lo que sucede en nuestra tierra y dan algunos rodeos para evitarla… En mi caso, siempre hemos entendido que Canarias era una patria única, no dos patrias”.

Ahhh, Taburiente y su mar azul con sietes estrellas verdes desparramadas en el océano Atlántico…

Un periódico de la isla anuncia que regala un cuadro que representa al mencey Bencomo. A Bencomo se le muestra apolíneo. Con pecho rasurado. Un viejo forzudo que lleva barba blanca como la de Papa Noel.

Entierran el cadáver de Cubillo con gritos por la independencia de Canarias…

¿Cantó alguien el Oh, mamá, bandera tricolor?

Me quedo, ya dije, con el Cubillo que escribió sus semimorias y supo, a las puertas de su crepúsculo, perdonar al hombre que lo apuñaló en Argel.

Claro que son tiempos en los que la independencia ¿de qué? se ha puesto de moda.

Me avisan de la publicación de un libro que aparecerá el próximo año sobre los movimientos independentistas de Canarias.

Un amigo rueda un documental del que no puedo decir nada más sobre este mismo asunto…

En las dos sedes de la Escuela de Actores de Canarias mientras tanto se encierran los alumnos en contra de los recortes del Gobierno regional. No reclaman independencia sino que no se cierre la institución…

Y fallece el músico indio Ravi Shankar, que tanto me ayudó a dormir en días sin sueños… ¿Interpretará el sitar junto a Cubillo mientras espera su reencarnación?

Y si hay reencarnación, ¿en qué me reencarnaré?

¿En ese idealizado Bencomo con barba blanca como la nieve?

¿En uno de esos patriotas de los que habla Morera?

Yo solo veo desfilar ante mis ojos el cadáver de Antonio Cubillo…

Y escucho:

“Sus ideas permanecen.”

Y a otros, molestos, decir: “No, no permanecen.”

Independencia por ahí e independencia por allá…

Alexis Ravelo cree que es mejor seguir como estamos.

Yo tampoco.

Recibo un correo electrónico que me advierte que el próximo 21 de diciembre no será el fin del mundo aunque el estrafalario planeta en el que vivo entrará en un anillo –el cinturón fotónico, coñoooo– que “apagará por completo nuestro planeta y durará tres días.”

El chalado correo electrónico asegura que estos tres días “serán tomados por las oscuridad” aunque no pasará nada porque se trata de un fenómeno extraordinario que sucede cada once mil años… Eso sí, recomienda que permanezcamos en las cuevas.

Los tres días de oscuridad pasarán” explica el anónimo remitente del correo electrónico, que añade “a esto se refería el calendario maya.”

Una alineación planetaria o como lo explican otros científicos la intersección entre dos dimensiones que producirá que la luz actúe de forma diferente al estar dentro de un espacio en cuarta dimensión. La luz deja de ser brillante y todo se verá negro.”

Es decir, tan negro como ya lo veo yo sin necesidad del puñetero calendario maya.

¡Independencia!

Independencia con un Bencomo con barba blanca.

O una bandera canaria con las siete estrellas sobre el ataúd donde descansan los restos de Antonio Cubillo.

O los patriotas que clama Morera.

Ya saben, aquello de la patria como último refugio de los cobardes.

Dicen que lo dijo el doctor Samuel Johnson aunque yo lo escuché por primera vez en Senderos de Gloria por boca de un rabioso aunque contenido Kirk Douglas.

Los alumnos de las dos sedes canarias de la Escuela de Actores mientras tanto se encierran… ¿Pasarán las fiestas acostándose en incómodos colchones?

No sé si esto es el fin del mundo…

Pero si fuera así carece de la épica poesía con la que me prepararon Ray Bradbury y Richard Mathenson.

Corto y cierro: ¡Independencia!

INDEPENDENCIA

Saludos, pienso mientras hago que pienso, desde este lado del ordenador.

Escribe una respuesta