Palabras que ya son hechos

* La doctora en Historia del Arte por la Universidad de La Laguna y conservadora en TEA Tenerife Espacio de las Artes, Yolanda Peralta Sierra, publica Diccionario biográfico de mujeres artistas en Canarias (colección Volcado silencio, Ediciones Idea), un libro que recoge trescientas entradas de creadoras nacidas o residentes en las islas desde el siglo XVI hasta la década de los años setenta del XX. El libro se presentará en el salón de actos de la MAC el 15 de mayo y 6 de junio en el Gabinete Literario de Las Palmas de Gran Canaria.

* Tal y como hizo John Steinbeck con Los hechos del rey Arturo y sus nobles caballeros, una versión actualizada en inglés de La muerte de Arturo, de Thomas Malory, basado a su vez en los textos de Chrétien de Troyes, el escritor Carlos Álvarez dará a conocer coincidiendo con el Día del Libro, el 23 de abril, la edición digital de Crónicas de la conquista de Canarias, volumen en el que reescribe a partir de las transcripciones paleográficas, trabajos de Francisco Morales Padrón, Elías Serra-Ráfols y Agustín Millares Carló. Se trata de una obra, explica Álvarez, en la que ha tratado de conservar la literalidad del original, “pero modificando el texto lo suficiente para hacerlas comprensibles y de fácil lectura a cualquier persona en la actualidad.”

* Tras 9 horas para morir (colección G21 Narrativa Canaria Actual, ediciones Aguere/Idea, el escritor Ángel Vallecillo publica en la editorial vallisoletana Difácil su última novela, Bang Bang, Wilco Wallace, una novela negra en la que el autor rinde homenaje a la literatura y al cine de género en su clave más irónica y dura.

* No soy seguidor del anime, de hecho me aburren soberanamente las películas y series animadas japonesas. En mi época me torturaron con Heidi y Marco, también con Mazinger Z, aunque tenías que decirlo con la boca pequeña para que no te llovieran las collejas en el colegio. La cosa es que esta forma de entender los dibujos animados cosecha seguidores, tantos que el ciclo Japón se animan que organiza la Filmoteca Canaria para calentar motores ante Animayo, reunió a más de un centenar de aficionados en el Espacio Cultural Aguere y casi araña el centenar los que se dieron cita en el Teatro Guiniguada.

La imagen que ilustra este post corresponde al filme Cabeza borradora (David Lynch, 1977)

Saludos, ceñudos, desde este lado del ordenador.

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