¡Qué vistas tan bonitas…!

“Todas las veces que habían hecho juntos ese trayecto, se había empeñado en comportarse como un guía turístico: en aquella dirección estaba Maspalomas, ahora pasarían junto a Telde, ¡qué vistas tan bonitas…! Se incorporaron al tráfico de la ciudad. El hotel estaba frente a la playa de las Canteras, en la zona de la Puntilla. El conocido que tres años antes le había contratado como contable había ido desprendiéndose de hoteles y ya sólo poseía uno, el Iris, en el que ahora Ramiro trabajaba como gerente. Elías descubrió que no sólo trabajaba sino que también vivía en el Iris.”

(La buena reputación, Ignacio Martínez de Pisón, Seix Barral / Biblioteca Breve)

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