El carnaval no tiene quien le escriba (2)

Insistimos, el carnaval no tiene quién le escriba aunque se sume la última novela de Juan Ignacio Royo a los títulos que, desde Canarias, se han dedicado a una fiesta que en los títulos que mencionamos se desarrollan en la capital tinerfeña y palmera. A

nunciamos que la lista es corta, aunque añadimos alguna novela nueva frente a las que figuraron en un artículo que en su día publicamos sobre este mismo asunto.

Ahí está La fiesta de los infiernos (El Toro de Barro), de Juan José Delgado, novela en la que reflexiona sobre una sociedad que “se pone la careta oficial en unos carnavales cuyo tema es el Nazismo”; El gnomo bajó al Carnaval (Benchomo), de Felipe Rosa Santana; Un carnaval amargo (Ediciones Idea/Aguere), de Juan Ignacio Royo; La fiesta de los indianos (NACE), de Luis León Barreto; Bajo la máscara (Plaza y Janés), de Alberto Díaz Rueda; Retrato de Abel con isla volcánica al fondo, de Juan Carlos Méndez Guedes y Carnaval, te quiero (Sociedad Latina de Comunicación Social), de Juan Manuel de Pablos.

Me recuerdan, además, que en El don de Vorace, de Félix Francisco Casanova, aparece un baile de máscaras y se destaca el relato, también en clave de humor, El martes no se invade, de Daniel Duque, cuento que forma parte del libro Los jardines de Ceilán y El beso más extraño, cuento que Rafael-José Díaz incluye en El letargo (La playa del ojo).

(*) La imagen corresponde a la película El carnaval de las almas (Herk Harvey, 1962)

Saludos, insistiremos sobre el asunto, desde este lado del ordenador.

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