Drago contra Dragó

Tate quieto, FerNando Sánchez Dragó, como siga así una noche soriana irrumpe en su domicilio el comando Drago que, a las órdenes de nuestro comandante Guetón, lo secuestrará y obligará a leer las obras completas de Félix Francisco Casanova, el poeta a quien usté puso a caldo pota de potar en un programa que se llama Libros con wasabi o uasabi, qué sé yo, esta misma semana.

Dice en ese programa, rodeado de tres señoritas, que lo que escribió Félix Francisco fue  “surrealismo barato”, aunque recula pero no evita la pifia cuando añade que murió demasiado pronto para dejar una obra consistente.

Vétete por ahí, Nando.

Y reflexione y acate con la humildad de la que carece el error cometido. Si no, avisamos –y el que avisa no es traidor– el comando Drago actuará. Y actuará significa llegar a su casa, atarle de pies y manos y abrirle la boca para que trage unas costillas con piña y un puchero con el fin, solo con el fin de que aprecie las bondades de nuestra maltratada y ninguneada tierra.

El mismo comandante Guetón se ha presentado voluntario para recitarle en alta voz poemas y fragmentos de El Don de Vorace con el objetivo de que se los aprenda de memoria. Si no,

no tendremos piedad.

Por mucho que la pida, no tendremos piedad.

- A ver, Dragó, recíteme Muertos de bagatela

- Ahhhg, pog favog, no puedo más con el caldo…

Leñazo del comandante Guetón.

- Tumbo, godo mierda, Aprende a hablar…

- Tumbo, aghhh, tumbo…

- Y ahora a recitar de memoria el poema… y con acento de verdá.

- Yo, yo, pido pegdón: ¡viva Félix Fgancisco…! ¡Vivan sus obgas completas…!

Así que si no quiere que pase esto, mi niño, no vuelva a decir la chafalmejada que dijo porque con Félix Francisco Casanova no se mete NADIEN.

- Nadien, nadien… Lo jugo por mis muegtos, lo jugo. ¡Viva el sugealismo aunque no tenga consistencia!

Saludos, llegando al banquete celestial, desde este lado del ordenador.

Escribe una respuesta