La patria está de moda

La patria está de moda. Y todo indica que hay entusiasmo por ser un patriota. Uno de los últimos ejemplos, y triste por sus circunstancias, ha sido la trágica muerte del español Ignacio Echevarría en Londres cuando intentó detener a un terrorista musulmán que apuñalaba a una mujer.

Ignacio Echevarría es ahora un héroe y casi toda España, su patria, sabe lo que hizo pero no quién fue. Se acabaron pues los días en los que se decía, y se pensaba, frases como “la patria es el último refugio de los cobardes”, que el coronela Dax, papel que interpretaba Kirk Douglas en Senderos de gloria (Stanley Kubrick, 1957) atribuye en el filme a Samuel Johnson mientras se la dice a sus mandos, generales a los que nos les temblaba el pulso para condenar a muerte a tres de sus soldados escogidos al azar para castigar la retirada de la tropa de las trincheras ante el avance alemán… Pero los tiempos cambian.

Tanto que, sin saber si es signo de los tiempos, patria comienza a ser pronunciada por públicos de derechas e izquierdas con el mismo objetivo, apelar a nuestros sentimientos comunes, aunque su idea política de y sobre el territorio resulte tan diferente.

Reflexiona sobre el País Vasco Fernando Aramburu en Patria, una novela que desde su aparición ya lleva más de quince ediciones en España. Han leído bien, quince ediciones en un país del se dice que no se lee nada. Nada de nada. O en el que leer no está entre las prioridades de sus ciudadanos que ahora y gracias a esta voluminosa novela se han transformado en patriotas.

Patriotas de a pie que han resultado seducidos por la noción de una patria (que necesariamente no tiene que ser una, grande y libre) tras leer el libro de Aramburu, un escritor que propone una mirada personal e intimista, dura y tierna del conflicto vasco solo que narrado para todos los públicos, y eso incluye también a los que no son vascos. Patria, además de la desgarradora historia que cuenta, emociona y transmite esperanza, lo que se agradece en unos tiempos tan inestables como los actuales…

Por otro lado y a punto de estrenarse al menos en su tierra, Patria se titula también una película de Joan Frank Charansonnet, un filme en el que quiere narrar la historia del caballero catalán Otger Cataló, quien según la leyenda conquistó el territorio de Cataluña después de vencer a los sarracenos en el siglo VII. Este largometraje se suma a las acciones que los nacionalistas catalanes aplican en tiempos recientes para desafiar a España e inyectarse más dosis de autoestima nacional. La mitología de la zona atribuye el origen del nombre de Catalunya al guerrero Cataló y parece ser que el largometraje quiere ser una mirada sobre los orígenes y raíces catalanas desde la épica y la aventura. Si pincha aquí puede ver un avance de la película.

Otro eco patriótico con el que nos encontramos procede de la otra orilla del Atlántico. Concretamente, Méjico, tierra en la que el escritor Paco Ignacio Taibo II presenta su Patria, un libro que cuenta a ese pueblo y a quién quiera leerlo sin ser, necesariamente de ese pueblo, quiénes son los mejicanos. De qué madera están hechos, cuáles son los referentes que han forjado su larga y difícil trayectoria como país.

En la Patria de Paco Ignacio Taibo II se destripa el periodo comprendido entre 1853-1854 y 1858 y se reivindica el trabajo que desarrolló el presidente Benito Juárez para hacer nación. Paco Ignacio Taibo II cree que Juárez, junto a otros grandes personajes de la Historia de Méjico, ha sido malinterpretado por  “pseudo historiadores frívolos y mediocres”. Y que ya era hora de poner fin a tamaña injusticia.

Otra Patria es la de Robert Harris, quien a mediados de los años noventa se imaginó en la novela Patria, precisamente, que el III Reich ganó la II Guerra Mundial aunque en esta ocasión el título de la obra está puesto más con ironía que como reivindicación territorial y cultural de los pueblos. En la novela de Harris su Patria no tiene nada que ver con la que pretenden construir los personajes de Aramburu y Taibo II, así como la de un filme catalán que, ahora toca pregunta, ¿veremos alguna vez en Canarias?

Se plantea esta cuestión porque tras ver en estas mismas islas películas como El patriota y Juego de patriotas, por mencionar solo dos, ¿llegará esta inflamada comunidad autóma la visión catalana sobre las raíces que, reivindican en estos tiempo extraños, han forjado su carácter ¿como pueblol?

Saludos, sin ánimo patriota, desde este lado del ordenador.

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