Una novela de misterio

“El viejo intentó explicarle, dentro de su sonrojo, que allí prados los justos, que el hombre larguirucho se llamaba Antoñito Cruz y que se ganaba la vida cruzando a su cabrón con las cabrillas del barrio, que aquel era un oficio tan bueno como cualquiera y que se habían acostumbrado tanto a verlo callejear por La Isleta que ya nadie se sorprendía de la escandalera. La muchacha lo miró de soslayo, como buscándole grietas a su discurso. Se llevó un dedo blanco y fino a la boca y le dijo está bien, costumbres son costumbres, solo hay algo que no comprendo, don Juan, ¿qué significa escandalera?”

(La décima caja, José Luis Correa. Canarias eBook, 2017)

La décima caja es una novela que José Luis Correa publicó hace varios años con el título de La hija del náufrago, y esta nueva edición, sigue siendo la misma porque como señaló el propio autor en una entrevista temía que si la tocaba “la reharía entera o me negaría a editarla porque iba a verle todos los defectos del mundo. “

Hayan pasado diez años o cien, lo interesante de esta novela es observar cómo estaba cimentándose el estilo que marca la trayectoria literatura de José Luis Correa, esa forma de contar cosas y de plegarse con comodidad a cualquier tipo de géneros.

La décima caja es una novela de misterio ambientada en Las Palmas de Gran Canaria a comienzos del siglo XX, y en ella además de describir un escenario urbano que conoce muy bien, da respuesta literaria a uno de los grandes misterios que rodean al puerto de la capital grancanaria: ¿cuál fue el destino de la única caja que no fue rescatada de las diez que se encontraban en las bodegas del barcoAlfonso XII cuando se hundió en la baja de Gando el 13 de febrero de 1885?

Para resolverlo, José Luis Correa cuanta con una joven irlandesa que llega a la isla a principios del siglo XX para conocer cómo fue la muerte de su padre, un buzo que se ahogó intentando recuperar esa caja, y dos vecinos con los que hace amistad, Juan Cabrera y Luis Naranjo, hombres sencillos y de mar.

Durante la aventura que emprenden juntos habrá algo de violencia e incluso alguna muerte. Ttambién cómo se enamoran dos de los tres protagonistas, y como los vientos del nuevo siglo va transformando la fisonomía de una pequeña ciudad y una  isla.

Como en otros libros del escritor, La décima caja se lee de un tirón y como en otros libros del autor, es inevitable que asome la sonrisa porque José Luis Correa tiene talento para ironizar sin caer en el sarcasmo.

Y con esos instrumentos recrea literariamente unos años de cambios que no devora un relato en lo que importa son más los personajes y el paisaje que la trama detectivesca y su ambientación histórica.

Y funciona. La ficción f unciona como vehículo de entretenimiento, como folletín de época, como novela en la que perderse y divertirse para pasar este verano que, como todos los veranos, tiene que ser caluroso.

Saludos, aviso a navegantes, desde este lado del ordenador.

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