Hijos del tremor, una novela de Tomás Felipe

Hijos del tremor (Ediciones Oblicuas, 2019) es una nueva novela del escritor gaditano Tomás Felipe, afincado desde hace años en la isla de El Hierro, isla que es uno más de los protagonistas de esta obra que se inclina como su producción literaria anterior hacia el territorio de lo fantástico.

Tomás Felipe cuenta hasta la fecha con cuatro novelas donde lo fantástico, lo aparentemente irreal es un elemento fundamental de la trama. El escritor se dio a conocer con Extraños en su mundo; Pasa la tormenta, Ecos y ahora Hijos del tremor. Estas cuatro novelas tienen en común que se desarrollan en las islas Canarias y que cuentan historias donde nada es lo que parece.

De momento y a nuestro juicio su mejor obra es Pasa la tormenta, una arriesgada novela en la que proponía una isla de Gran Canarias sumida en un futuro suicida, con una zona ocupada por los desechos de la sociedad en La Isleta. En Ecos probó suerte con los fantasmas, los verdaderos protagonistas de una aventura en la que se ve inmerso un escritor que ha heredado una casa y una finca en una zona rural de Tenerife y ahora en Hijos del tremor vuelve a recurrir a los fantasmas en un relato más pegado a la realidad que sus novelas anteriores. O al menos está inspirado en un hecho real, los terremotos próximos a la costa que encendieron las alarmas en la isla del Meridiano.

En la historia de Tomás Felipe estos terremotos dejaron profundas grietas en la isla y obligaron a su desalojo. Solo queda una misión permanente de la ONU encargada de vigilar nuevos avisos de temblores y, probablemente, una serie de naturales de la isla que por una u otra razón se negaron a abandonar sus propiedades.

Descubrir si efectivamente hubo personas que se quedaron es lo que hace que se desplace a El Hierro una pareja de periodistas con la idea de obtener la exclusiva de sus carreras informativas.

La primera parte de la novela está muy bien narrada y sumerge al lector en situación gracias a una atmósfera escrita con pericia. Se describe con pulso los restos del naufragio, las cicatrices que los temblores han dejado en la superficie de El Hierro, así como el abandono de sus pueblos y ciudades, devorados ahora por la vegetación salvaje.

La segunda mitad, el momento en el que los periodistas se encuentran con un grupo de supervivientes, de aparentes supervivientes, rompe el equilibrio que el escritor había conseguido mantener con las páginas anteriores aunque sabe encender la curiosidad del lector, quien más que leer, devorará las páginas de un relato que poco a poco, sin prisas ni pausas, va impregnándose de una ominosa presencia.

No son sin embargo los fantasmas, o los ecos de este libro los mismo de, precisamente su novela Ecos, pero sin llegar a su altura, la de generar cierta sensación de inquietud más que de miedo, se supera la prueba con algo más de un suficiente raspado ya que el libro además de artefacto literario con rasgos extraños, cuenta con un relativamente sólido grupo de personajes entre los que destaca el personaje protagonista, el periodista de éxito que quiere además de conseguir la exclusiva de su vida acostarse con la cámara de su equipo, así como la misma cámara, una joven que no ha perdido aún cierta noción de idealismo; los miembros de la misión de la ONU algo hostiles y ese grupo humano que encuentran en el interior de la isla y al que describe con un punto idílico y algo hippie. Un puñado de resistentes que se niegan a abandonar su tierra.

No es éste el lugar para revelar cómo se escora la historia hacia geografías donde lo posible es imposible y viceversa, invito al interesado a que se sumerja en estas páginas porque no le decepcionará el rumbo que, paulatinamente ,va adquiriendo el relato a medida que avanza una acción quizá más tímida de aparecer que en otros libros del autor, pero que funciona bien como historia de misterio sobrenatural.

La novela se centra en la pareja de periodistas, la naturaleza salvaje en la que se adentran y en el descubrimiento de esa pequeña sociedad de supervivientes que no son otra cosa que hijos del tremor.

Novela más cercana al espíritu humanista y maravilloso de Ray Bradbury que a la ciencia ficción dura, esa que da prioridad a los científico por encima de la ficción, Tomás Felipe es uno de los escritores más originales que ha dado el género en Canarias, un archipiélago que cuenta con otros sobresalientes narradores de literatura fantástica que si bien todavía no son mucho tampoco son demasiado pocos.

Saludos, hemos creado escuela con aquello de a este lado del Atlántico…, desde este lado del ordenador

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