Historia de Mr. Sabas, domador de leones y su admirable familia del circo Toti, una novela de Anelio Rodríguez Concepción

En enero de 1935 un león se escapó de un circo y recorrió las calles de Santa Cruz de La Palma como Pedro por su casa. Que una fiera, aunque vieja y probablemente cansada, paseara por la ciudad provocó un revuelo entre sus habitantes, muchos de los cuales se refugiaron en sus casas y en sus puestos de trabajo. El animal fue abatido finalmente por agentes de la Guardia de Asalto, su domador cayó también fulminado y la leyenda cuenta que falleció de tristeza cuando vio a su querido y viejo león muerto. Versiones más realistas dan con otras conclusiones. No obstante y como el viejo director de periódicos de La muerte de Liberty Valance entre la realidad y la leyenda, siempre la leyenda.

De esto y de muchas cosas más trata Historia de Mr. Sabas, domador de leones y su admirable familia del circo Toti (Pre-Textos, 2019), una novela de ¿no ficción? O el relato de una investigación que, más allá del suceso, la muerte del domador y su bestia, indaga en un hombre y en una familia y la apacible vida de una ciudad, Santa Cruz de La Palma en aquellos años en los que gobernaba en el mapa humano y emocional de este país la II República. Un dato, un año, que tiñe de agradecido aliento histórico un libro que seduce por la magia que destila y su profundo amor al circo.

Estos son los protagonistas de una investigación que está narrada en primera persona por su propio autor, Anelio Rodríguez Concepción, quien explica las razones que lo llevaron a investigar lo que comienza a ser un eco ya casi desvanecido de la crónica sentimental de la ciudad, así como el largo y laborioso proceso de ir reuniendo información sobre aquellos personajes y hechos.

El resultado final, el que da forma a Historia de Mr. Sabas, domador de leones y su admirable familia del circo Toti, es fascinante. El libro se adentra en lo que nació siendo una anécdota y va creciendo poco a poco a medida que avanza la narración. Una narración que quiere hacer justicia sobre una familia, una profesión como es la del circo, a los habitantes de la capital de La Palma y a la isla entera.

El domador está enterrado en el cementerio de la capital palmera y se dice, la leyenda vence a la historia, que no hay día que falte una rosa en su lápida.

Historia de Mr. Sabas, domador de leones y su admirable familia del circo Toti cuenta con fotografías que dan perfil a algunas de las pistas y protagonistas que aparecen en este relato aunque destacaría en especial la que ilustra la portada y en la que aparecen unos guardias de asalto y algún civil junto al cadáver del león, la fiera acribillada a balazos.

La fotografía es sencillamente notable y explica en parte el interés de Anelio Rodríguez Concepción por contar una historia que como todas las buenas historias se bifurca en varias direcciones que confluyen en un libro generoso, que no duda en entretener al lector haciéndolo partícipe de unas pesquisas que avanzan y retroceden y en la que pasan muchas cosas.

La familia y su isla, La Palma,ocupa también la temática de Historia ilustrada del mundo (Pre-Textos, 2017) en la que Anelio Rodríguez Concepción escribía retratos de su familia. Otra familia es la protagonista de Historia de Mr. Sabas, domador de leones y su admirable familia del circo Toti. El punto de vista del narrador es el mismo, aunque adquiere mayor protagonismo en esta nueva experiencia literaria porque Anelio Rodríguez Concepción es protagonista del relato cuando describe los aciertos y desaciertos de su investigación, sus dudas y zozobras, también el entusiasmo que lo invade cuando logra hilar pistas y conversar con muchos de los testigos, entre otros algunos muy cercanos a Mr. Sabas a medida que las deducciones siguen su curso natural.

Y todo esto se cuenta sin recurrir a artificios técnicos camuflados como experimentos literarios aunque la historia es tan singular, tan hermosa en su tragedia, que de alguna manera el libro representa con sabor amargo la muerte del circo tal y como lo conocimos. Es decir, aquellas caravanas que instalaban la carpa en un solar aún por construir y en el que actuaban payasos, malabaristas y trapecistas pero también valientes domadores.

Si hay alguna cualidad que distingue a esta obra como distinguió en su día Historia ilustrada del mundo es la profunda capacidad que tiene el escritor, Anelio Rodríguez Concepción, de sumergir al lector en una aventura conmovedora que no cae nunca en los extremos, en resultar o demasiado empalagosa o demasiado triste. El escritor se contiene, sabe medir las emociones y casi parece que se confiesa (autoconfiesa sería más correcto) cuando avanza en las páginas –que no llegan a doscientas– y nos guía a un final que emociona porque todo cuanto se dice es verdad. Y si no lo es, y si en algún momento Anelio Rodríguez Concepción tuvo que recurrir a la ficción, poco importa ya que escasos son los libros como éste. Pocas son las obras que están escritas con tanta autenticidad.

Saludos, hacemos una simpática reverencia, desde este lado del ordenador

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