Isamel Lozano Latorre: “Rindo homenaje a los héroes que lucharon por los derechos LGTBI”

Vagos y maleantes (Editorial Siete Islas, 2020) es una novela de Ismael Lozano Latorre (Granada, 1978) en la que rescata un pedazo de la Historia de Canarias mal y poco conocido: la existencia de 1954 a 1966 de la Colonia Penitenciaria de Tefía, Fuerteventura, centro que aprovechó las instalaciones de un complejo abandonado para encerrar a los “vagos y maleantes” que atentaban contra la moral de un régimen que, como el franquista, intentó imponer un represor modo de vida a los españoles. En estos centros solían acabar presos comunes, políticos y homosexuales a quienes se encerraba con el objetivo de su reeducación.

Ismael Lozano Latorre utiliza este material para narrar una historia de amor condenada al fracaso y que se articula en torno a a los recuerdos de un anciano al que se le ha diagnosticado Alzheimer y que estuvo preso en Tefía en los años 50.

La novela se preocupa por describir la relación frustrada de dos hombres en unos tiempos muy difíciles para que pudieran sellar su relación y carga las tintas no solo contra el aparato represor franquista que fue capaz de poner en marcha aquella maquinaria inhumana sino también a Lesbianas, Gays, Bisexuales, personas Transgéneros e Intersexuales (LGTBI) que han olvidado “a los héroes sin capa” que lucharon y en algunos de los casos perdieron su vida en defensa de los derechos que tienen en la actualidad.

- ¿Por qué Vagos y maleantes?, ¿podría explicar quiénes eran esos vagos y esos maleantes?

“Vagos y maleantes eran todos aquellos que el régimen franquista consideraba un escándalo para la moral colectiva. La homosexualidad en España estuvo penada hasta 1978, primero con el artículo 431 del Código Penal y tras la reforma de la Ley de Vagos y Maleantes en 1954 la situación empeoró considerablemente. El nombre de la novela hace referencia a todos esos superhéroes sin capa que lucharon por los derechos del colectivo LGTBI y fueron tratados injustamente”.

- Como mucho de los habitantes que vivimos en Canarias desconocía la existencia de la colonia agrícola penitenciaria de Tefía, Fuerteventura, que sirvió de prisión para presos comunes y políticos además de centro de reeducación de homosexuales. ¿Cómo descubre el centro?

“Durante la presentación de Todavía no me he ido, mi primera novela LGTB, en la Feria de Libro de Fuerteventura, José Barreto de León, de la Asociación Altihay, me habló de la Colonia Agrícola Penitenciaria de Tefía, un hecho histórico que desconocía. A partir de ese momento, guiado por mi curiosidad, investigué y sentí la necesidad de escribir esta novela porque no es justo que esa parte de nuestra historia haya sido silenciada y no se haya hecho justicia a las víctimas de ese sistema opresivo”.

- ¿Habló con antiguos presos y guardias de la colonia penitenciaria?

“Por desgracia es complicado, la mayoría de los testigos de aquella barbarie han fallecido y otros prefieren permanecer en el anonimato, pero por fortuna, tuve la suerte de contactar con Javier Larrauri que compartió conmigo la entrevista que realizó a Octavio García, uno de presos de Tefía, para su documental Testigos de un tiempo maldito”.

- ¿Quiénes son los protagonistas de la novela?

“Manuel y Lorenzo, dos jóvenes conejeros que se atrevieron a amar cuando el amor estaba prohibido. La novela nos presenta dos líneas temporales distintas, la década de los 50, donde se desarrolla su romance y las vicisitudes que soportaron y el presente, donde un anciano Manuel es diagnosticado de Alzheimer y teme perder sus recuerdos sin que se haga justicia. Para inspirarme en Manuel y Lorenzo me documenté leyendo infinidad de testimonios de homosexuales de la época, ellos son el resultado de muchas voces e historias silenciadas.”

- ¿Se dejó llevar por la improvisación o tuvo todo estudiado en la cabeza?

“Una de las características de mis novelas es que me gusta “jugar” con el lector y sorprenderlo y para eso es necesario ser metódico. Yo tengo la cronología de los acontecimientos y la evolución de los personajes desarrollada antes de comenzar a escribir. Gracias a eso logro los giros en las trama que tanto me gustan y evitar las incoherencias”.

- ¿Cómo fue el proceso de documentación de la novela?, ¿consultó registros?

“En este caso particular el trabajo de campo para la planificación de la novela ha sido bastante complicado porque no existía mucho material sobre estos hechos históricos. Consulté el BOE, cartas de presos de la época, reportajes de prensa, bibliografía como El látigo y la pluma de Fernando Olmedo o Viaje al centro de la infamia de Miguel Ángel Sosa… y además, por fortuna, tuve la suerte de contar con la colaboración de Javier Larrauri director del documental Testigos de un tiempo maldito y con Dani Curbelo, del documental Memorias aisladas”.

-¿Conoce los lugares en los que transcurre la novela?

“Sí, Alby y María, unos amigos de Fuerteventura, me llevaron a Tefía para que sintiera las vibraciones de aquellos muros en mi piel. Gracias a sus hijas, que nos acompañaron y jugaban entre las piedras, aprendí que hasta en los peores escenarios hay espacio para la esperanza. Intenté ajustarme a la realidad del espacio, aunque es cierto que me he tomado ciertas licencias literarias”.

- Uno de los personajes de la novela es sobrino de un sacerdote..
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“No me gusta generalizar porque en todos los colectivos hay gente que actúa bien y otra, que, por el contrario, hace atrocidades. Dentro de la Iglesia sucede lo mismo. Lo que no podemos negar es que el régimen franquista se apoyó en la Iglesia para defender que los homosexuales eran un peligro para la Patria, porque sus valores iban en contra de la familia y la sexualidad procreativa y la Iglesia podría haber hecho más por defenderlos”.

- Critica en el libro que la comunidad gay haya olvidado a estos hombres y mujeres que a lo largo de los años y gracias a su lucha lograron que se respetaran sus derechos. ¿Está cambiando esta idea?, ¿comienza el colectivo LGTBI a tomar conciencia de toda aquel coraje?

“Durante el proceso de creación de esta novela me ha pasado una cosa muy curiosa y es que he descubierto lo que para mí es el verdadero significado del Orgullo. Hay una frase del libro que lo resume. Dice: “No somos nada, pero nos tenemos los unos a los otros”. El mensaje de la novela es ése y va más allá de las tendencias sexuales porque hay que luchar por nuestros derechos y apoyarnos unos a otros, como colectivo. Es un Orgullo pertenecer a una comunidad y hay que ayudar al prójimo, sobre todo cuando las circunstancias son tan crueles e injustas como las que les tocó vivir a los homosexuales durante el franquismo.”

- En el libro cuenta la historia de amor de dos hombres en unos tiempos donde confesarlo abiertamente podía llevarlos a la cárcel. ¿Se sabe cómo fue la persecución contra las lesbianas?, ¿fue igual de duro?, ¿contaban como Tefía con un penal en el que pasar condena?

“Existieron cárceles como la de Badajoz donde internaban a lesbianas y a gays pasivos. Las lesbianas, por fortuna, lograban pasar más desapercibidas y su persecución, aunque también fue dura, fue menos cruenta”.

- Cree que las islas han superado ya esos prejuicios. ¿Y en concreto en una isla como Fuerteventura que es donde se desarrolla el relato?

“Se han superado muchos prejuicios pero todavía queda mucho trabajo por hacer, sobre todo hay que visibilizar y normalizar al colectivo LGTBI, que es algo, que por fortuna, las nuevas generaciones canarias están haciendo perfectamente. Nuestros mayores levantaron muchos puentes con sangre y esfuerzo, que si no cuidamos, pueden volver a derrumbarse”.

- ¿A qué elementos da prioridad en sus obras? ¿Le gusta cuidar el diálogo, la trama, perfilar el carácter de los personajes, construir una buena historia?

“Mi prioridad siempre es la historia y crear personajes verosímiles que evolucionen y estén llenos de luces y sombras. Soy de los escritores que se emocionan escribiendo y por fortuna eso se refleja en mis páginas”.

- Cómo editor qué es lo que le pide a un libro para publicarlo? ¿Y cómo lector?

“Mi primera novela, La sirena de Famara fue auto publicada y en la actualidad ha superado los 12.000 ejemplares vendidos y ha estado casi veinte veces como lectura obligatoria en centros educativos. Después de ese logro se me abrieron muchas puertas pero mi intención siempre fue crear mi propia editorial, una en la que pudiera contar con grandes nombres canarios (en la actualidad contamos con Víctor Álamo de la Rosa y Santiago Gil, entre otros, en nuestro catálogo) y también darles la oportunidad a autores nóveles que tengan obras que consigan emocionar pero que por desgracia la maquinaria del sistema editorial no les estaba dejando hueco”.

- Qué autores le gustaría publicar en la editorial Siete Islas?

“Tengo bastantes y ellos lo saben porque han recibido ya email con mi propuesta pero, sobre todo, me encantaría encontrar una voz nueva, joven y canaria que escriba de forma diferente a lo que hasta ahora hemos leído. Lo que realmente me encantaría es descubrir un diamante literario canario en bruto”.

- Ha escrito La sirena de Famara, La isla de los dragones dormidos y La leyenda de Gara y Jonay, ¿qué cree que encontrará el lector en cada una de estas novelas?

“Todas mis novelas, aunque son distintas hablan de amor, porque el amor es lo que mueve el mundo. La sirena de Famara nos habla de la inocencia y la dulzura del primer amor y el desgarro del primer desengaño. La isla de los dragones dormidos trata sobre los amores prohibidos, de esas mariposas que a veces sentimos en el estómago y que nuestra cabeza nos manda aplastar porque no debemos traspasar ciertos límites. La leyenda de Gara y Jonay nos habla de una chica gomera, llamada Gara que está obsesionada con la leyenda de los amantes guanches y de Jonay, un chico de Tenerife, que para conquistarla, intenta que la historia se cumpla en la época actual”.

- ¿Se encuentran constantes en su producción literaria?

“Desde el principio he tenido un estilo propio, fácilmente reconocible y mis historias siempre buscan emocionar y sorprender al lector, aunque con Vagos y maleantes, además e intentando remover conciencias para que la historia no se repita”.

- ¿En qué proyectos anda metido ahora?

“En la actualidad estamos en proceso de edición del segundo volumen de cuentos ilustrados Conoce Canarias con Nico, que esta vez nos trasladará al Parque Nacional Timanfaya y estoy escribiendo mi séptima novela, que por primera vez, no transcurre en Canarias”.

Saludos, me mira, desde este lado del ordenador

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