Raquel, Raquel, Raquel

Se no están yendo a puñados, escucho que dice uno a otro en la calle, en medio de una de esas aceras estrechas que se despliegan por la ciudad en la que nací y en la vivo. La última en despedirse es Raquel Welch, a quien descubrió en un concurso de belleza celebrado en un rancho a las afueras de Hollywood Tom Hernández, nacido en Puerto de la Cruz y que trabajó haciendo pequeños papeles en películas y series de televisión cuando la televisión todavía era en blanco y negro. La foto de Tom Hernández junto a una jovencísima Jo Raquel Tejada (Chicago, 5 de septiembre de 1940-Los Ángeles, 15 de febrero de 2023) aparece en algunas imágenes que suben a las redes sociales los aficionados, quienes se apresuran en recordar que el papel que la lanzó a la fama y el estrellato y que le costó que arrastrara durante toda su carrera como actriz el apodo de El Cuerpo, calificativo que me da urticaria, fue el de troglodita de muy buen ver en Hace un millón de años (Don Chaffey, 1966), largometraje que se rodó en estas islas Canarias que se hunden irremisiblemente en las procelosas aguas del océano Atlántico.

Olvidan sin embargo lo que destacan de la actriz el hecho de que fuera descubierta por un portuense y que su película más famosa se rodara en esta tierra que la Welch cuenta con una filmografía bastante estimable y en la que abundan wertern a rebufo del espagueti, cintas de ciencia ficción y alguna negra y criminal bastante dignas.

Olvidan también quiénes la elogian ahora que se ha muerto que la Welch hizo historia en el cine al protagonizar con Jim Brown en la excelente Cien rifles la primera escena de amor interracial y que no es otra en la que el cuerpo escultural de Raquel se fusiona con el cuerpo escultural de Jim, dos monstruos de belleza singular cuya visión resulta de un magnetismo enfermizo.

La Welch trabajó junto a Frank Sinatra en un atractivo filme policíaco, La mujer de cemento, segunda entrega tras Hampa dorada del detective Tony Rome, papel que encarnó Frank Sinatra y de una cinta de ciencia ficción que hizo historia: Viaje alucinante, que dirige ese cineasta para mi ya un clásico que fue Richard Fleischer, y en la que un equipo médico reducido a tamaño microscópico entra en el cuerpo de un hombre malherido para que desde dentro le salven la vida…

Raquel Welch aparece también en una de las más deliciosas adaptaciones al cine que se han rodado de la inmortal novela de Alejandro Dumas Los tres mosqueteros en, precisamente, Los cuatro mosqueteros, y que dirigió Richard Lester en los años setenta siguiendo al pie de la letra un fantástico guión escrito por George MacDonald Frasier, el creador de Harry Flashman.

La Welch aparece también en Myra Breckinridge, que pudo haber sido la película rompedora que quiso ser pero que sin embargo no fue…

Con todo esto queremos recordar la carrera de una actriz que sin tener demasiados registros hizo carrera por una belleza peculiar. De hecho, creo que hubo actrices de su misma época más hermosas que ella pero que fue ella la que al final se quedó con el sambenito de símbolo sexual, de ganarse ese calificativo de El Cuerpo que a mi me parece bastante grosero porque la vende solo como un trozo de carne.

Pero en fin, que son malos tiempos para la lírica. Fallece en lo que llevamos de año personajes nacidos o muy vinculados a las islas como Alexis Ravelo, Manolo Vieira, el pintor Manuel Sánchez y el empresario cinematográfico Francisco Melo Sansó, entre otros que ahora mismo se me olvidan. Una tragedia, a la que se suma la de una mujer muy bella que fue descubierto hace ya un millón de años por un tinerfeño que hizo las Américas y que llegó a trabajar como actor de reparto en un puñadito de películas donde cuesta algo, la verdad, reconocerlo.

Así que va por Raquel y por todos ellos. Ellas y ellos que deben de estar ya –y a esta hora– en el cielo…

Que los dioses las/os bendigan.

Saludos, frío, desde este lado del ordenador

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