Mararía, en cómic

Aprovechando el centenario del nacimiento del escritor tinerfeño Rafael Arozarena, Ediciones Idea con la colaboración de otras entidades, entre ellas el Gobierno de Canarias, presentó a finales del año pasado la versión en cómic de Mararía, con guión e ilustraciones de Eduardo González, unos de los autores más prolijos de historietas a este lado del Atlántico y, de momento, uno de los primeros de las islas que se han preocupado en traducir a viñetas el complejo universo que imprimió Arozarena en su novela. Una novela que sigue siendo de las más conocidas de su producción narrativa.

El paso que da Eduardo González resulta en este sentido interesante ya que es uno de los primeros en llevar a la historieta la obra de un escritor de las islas, eso si no contamos con las adaptaciones ya varias que sí se han hecho de otro escritor nacido en Canarias, Benito Pérez Galdós, aunque el escenario del autor de Los episodios nacionales no sean las islas sino Madrid principalmente.

La novela gráfica de Eduardo González podría iniciar una corriente de adaptaciones de novelas escritas en Canarias al mundo del cómic, lo que podría acercar muchos de los títulos que forman parte de esta ya amplia literatura a todas aquellas personas que por una u otra razón la desconocen.

Mararía, que ya cuenta con una versión cinematográfica que se inspira muy por encima de la novela y con algunas adaptaciones teatrales, llega así a un mundo, el de los cómics, que está viviendo en los últimos tiempos cierto movimiento en las islas. La aparición de una versión en cómic podría así generar una moda y además de ser oportuna invitaría a que tanto lectores como no lectores de la novela original se acercasen a ella con otro lenguaje. En este caso, descubrir que nos deparaba el trabajo de su adaptador, Eduardo González.

La versión de Mararía en cómic se trata de un álbum a color en un dibujante que como Eduardo González se maneja mejor en el blanco y negro. No obstante, y viendo los resultados visuales de la novelas gráfica, nadie lo diría ya que el tratamiento del color resulta de una plasticidad que desarma, casi como si el guionista y dibujante tratara de plasmar la luz de Lanzarote. Una luz peculiar, distinta a la de otras islas según la mirada del escritor.

En la novela gráfica, Eduardo González se preocupa por reflejar el árido paisaje geográfico de la isla y en concreto el de Femés, que es donde transcurre gran parte la novela. Muestra también cómo éste afecta a los personajes, comenzando por Mararía.

La representación gráfica del protagonista, el hombre sin nombre que llega a Femés tiene un aire, por otro lado, que recuerda al autor de la novela original, Rafael Arozarena, solo que más joven. González sabe reproducir la extraña odisea en la que se introduce cuando intenta seguir los pasos de la mujer que da nombre al libro, a la películas, a las obras de teatro y ahora al cómic. Y es en este recorrido gráfico por lo que no deja de ser una novela de rito e iniciación, donde el dibujante y guionista mejor se expresa como narrador gráfico. Sabe transmitir silencios y mantener en vela la atención del lector por mucho que uno ya conozca la historia y su final.

Me quedo con una viñeta del álbum. Y esa es la primera, en la que aparece una camioneta que hace el servicio de guagua y que atraviesa una planicie desértica mientras en un recuadro se nos indica el lugar de destino: Femés.

La Mararía de Eduardo González es sumamente respetuosa con el material original, lo que quizá lastre el ritmo de la historieta pero hay tanto arte, esa es la palabra, en cada una de las viñetas del tebeo que éstas se convierten en puro deleite visual.

De momento, el cómic de Mararía circula, así que merece la pena acercarse a él solo para comprobar cómo ha traducido el autor del tebeo, del colorín, del chiste el universo de la novela original. Si han leído el libro, les invitaría de hecho a que comprueben qué soluciones gráficas encontró Eduardo González para traducir la novela en imágenes. Muchas de ellas con una intensidad plástica y explosión de colores que sabe recrear sobre todo en los firmamentos.

Al margen de otros hallazgos, de lo cuidadoso que es el dibujante a la hora de planificar y dibujar las páginas, creo que el mayor logró de esta Mararía en cómic es lo que supone de ariete para desmoronar complejos el hecho de convertir una novela que trascendió a su creador y tuvo y aún tiene vida propia, en un cómic.

Un cómic que tiene identidad propia pese a que adapte, casi página por página, la novela original. La Mararía de Rafael Arozarena, escritor y poeta que hubiera cumplido cine años el pasado 4 de abril de 2023.

Saludos, ya es de mañana, desde este lado del ordenador

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