El secreto de la indiana, una novela de Jorge Laguna

Jorge Laguna procede del mundo de la comunicación y del guión de cine, algunas de cuyas herramientas le sirven en su primera novela, El secreto de la indiana (Suma de Letras, 2023), título que presentó en la Feria del Libro de Tenerife con una sobresaliente respuesta de público. Su libro mantiene una tensión ascendente, mezcla además y con oficio varios géneros.

La historia se desarrolla en La Palma en 1876 y se ambienta en el mundo del tabaco. Por ahí aparecen masones, a los que no trata demasiado bien el autor al señalarlos como uno de los poderes fácticos que dominan la isla y le hacen la vida imposible a los protagonistas. De lejos suenan ecos como la esclavitud y Cuba, la perla del Caribe que en aquellos años continuaba siendo española.

La novela juega también para dar densidad a la acción y a la historia, una historia trufada de secretos y traiciones. Traiciones que pese a que lo avise el título no se trata solo del secreto que guarda la indiana y que desencadenará los hitos que van a suceder en las más de quinientas páginas que regularizan el libro. Libro que aborda también formas de entender el sexo que estaban en aquellos años muy satanizadas por la sociedad como la homosexualidad.

No son de todas formas estos elementos (masones, esclavitud, homosexualidad) prioritarios en el relato pero sí que son determinantes para abrir y cerrar algunas de las tensiones que se cuentan a lo largo de una novela que atrapa porque invita a continuar su lectura con el fin de averiguar por qué la protagonista actúa así; por qué lo hacen los hermanos (gemelos) y otros personajes que, en segundo plano, juegan también un importante rol protagónico como Rafaela, trabajadora de la fábrica de tabacos La indiana que es uno de los escenarios donde se desarrolla con mayor profusión un libro que se inclina más por las tramas paralelas y los cruces de historias que parecen que no van a terminar en ningún sitio aunque terminan. Y cómo.

Se agradece la documentación que respalda la obra y sobre todo los elementos que va diseminando Jorge Laguna a lo largo de la obra sobre todo en explicar en qué consistía la industria del tabaco. El escritor describe con pinceladas la sociedad palmera y en concreto la de Santa Cruz de La Palma de aquel tiempo y sabe dar vigor a los personajes de una historia que como todas las historias (sean buenas o malas) hablan al final de lo mismo: el amor.

El amor es la maquinaria que mueve al mundo. Ese engranaje que hace que pese a que todas las épocas sean iguales, gracias a ello y a ella podamos soportarlas o soportarlos. La idea no la saco de la novela de Jorge Laguna sino de una película de viajes en el tiempo hoy prácticamente olvidada pero que recomendaría a todos aquellos que disfrutan con la posibilidad de avanzar o retroceder: Los pasajeros del tiempo (Nicholas Meyer, 1979), filme en el se contaba el enfrentamiento entre el escritor H.G. Wells contra el mismísimo Jack, el destripador.

El amor como elemento que hace que soportemos las grandezas como las vilezas de la existencia es el combo que hace que se mueva El secreto de la indiana, novela para la que parece que no existe la palabra desaliento porque capítulo que se va y capítulo que viene guarda dentro una semilla que obliga a pasar las páginas.

Respecto a la ambientación, El secreto de la indiana se lee muy bien y las páginas se suceden sin que uno apenas se de cuenta. Está escrita sin algaradas ni entusiasmos experimentales, lo que se agradece en este tipo de literatura, una literatura que busca más allá de otras cosas el entretenimiento sin tomarle el pelo al lector.

Pasan muchas cosas en la novela, como el enfrentamiento de los hermanos, la aparición y el empoderamiento que acaba por asumir la indiana, que se convierte en socia de estos para relanzar la empresa familiar aportando sus conocimientos del tabaco en la isla de Cuba, así como el agobio que supone mantener secretos celosamente guardados en una isla donde tarde o temprano se sabe todo.

En la novela, de La Palma se viaja al Santa Cruz de Tenerife de aquellos años y de ahí a una La Laguna probablemente un poco más señorial y beata que la de ahora. No hay vocación por parte de Jorge Laguna, sin embargo, de analizar con ojo demasiado crítico las características de una sociedad, la palmera y la canaria en general de aquellos años, muy encerrada en sí misma. Y tan miedosa a las ideas de progreso que venían de afuera y que penetraban en las islas a través de sus puertos.

Todos los cabos sueltos que se van desplegando a lo largo de la novela son finalmente resueltos así que tras conocer El secreto de la indiana y otros misterios que tienen solución solo cabe destacar que la última página hará sonreír a los nacidos y/o residentes de estas islas ya que tras el drama y la ruina se avista una posibilidad de futuro que lleva a los protagonistas a comenzar un nuevo negocio que será a la postre mucho más productivo que el tabaco palmero.

Saludos, puro humo, desde este lado del ordenador

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