Santa Cruz de Tenerife, un escenario de cómic
Gidia es una historia que todavía está en proceso y en la que trabaja el guionista y dibujante Eduardo González, quien se ha hecho un espacio en el mundo de la historieta tras la publicación de Autobiopsia y Dentro de la noche, entre otras. Gidia está inspirado de hecho en uno de los relatos que se incluía en esta obra gráfica y que lleva por título Arte. Una historia basada “en una pesadilla real”.
De momento, Eduardo González lleva realizada cuarenta de las doscientas páginas que tendrá la historia, un cómic en blanco y negro que cuenta la irrupción de un profesor de arte en un grupo de amigos que vive y trabaja en una capital de provincias llamada Santa Cruz de Tenerife.
Porque Gidia transcurre en escenarios conocidos para los habitantes de la capital tinerfeña como son la calle de Serrano, el pasaje Sitjá y el Círculo de Bellas Artes solo que a través de la mirada de un enorme escritor y dibujante que se mueve cómodamente en las turbias aguas de lo inquietante. Gidia es “una especie de descenso a los infiernos de sus protagonistas”, pero no se trata de una historia de terror, dice Eduardo González, quien añade que el relato solo cuenta con dos imágenes fuertes que están ahí “por necesidades del guión”. Un guión con más de ochenta páginas en las que se da prioridad a la imagen y a los diálogos que se cruzan los personajes.
Contribuye a generar esta atmósfera el blanco y negro, estilo y forma que demandaba la historia. “El blanco y negro es muy expresivo y denso”, opina.
Gidia es un nombre inventado pero así se llama uno de los personajes. Eduardo González no sabe dónde lo sacó y ni siquiera, dice, tiene muy claro si le gusta. Lo que le gusta al dibujante y guionista es indagar en las relaciones que entablan los personajes. Hacerlas sólidas en un paisaje urbano –en este caso Santa Cruz de Tenerife– que no es protagonista pero sí decorado de esas victorias y derrotas cotidianas.
“No lo paso tan bien dibujando Gidia pero creo que por eso funciona”, reflexiona un autor que cuenta en su obra publicada con tres volúmenes, estos a color, sobre los primeros pobladores de las islas Canarias y que ahora vuelve a explorar en sus infiernos particulares que son los de la mayoría.
Una de las cualidades de Eduardo González es que su dibujo es de Eduardo González, es decir, el de un artista en el que resulta muy difícil rastrear influencias que van, señala, desde Breccia a Tardí y de Comés a los hermanos Hernández, Gallardo, Max, Keko y su imprescindible Sergio Toppi.
Si Canarias es tierra de poetas y artistas –eso se empreñan en airear algunos por los cuatro vientos– en las islas se cuenta también con mucho talento comiquero solo que éste apenas tiene salida.
Con todo, subraya, “continuaré dibujando. Dibujaré siempre.”
Una mirada particular
Dentro de la noche (Dolmen editorial, 2011).- “Me planteé dibujar historias cortas y sencillas y una dio pie a la otra y a otra. Todas las historias que componen este cómic tienen el mismo tono narrativo y temático.”
Colección Guanches (Candelaria Cómics, 2014).- Escrita por Quique Ramos, en esta obra gráfica “se produce un cambio total de dibujo, lo que significó una nueva experiencia en la que aprendí bastante y a contar con recursos que pensaba que no tenía, más en una temática que hasta ese momento no había tocado.”
Autobiopsia (Santiago Suárez, 2016).- “Se trata de un encargo de Santiago Suárez, un gran aficionado a los cómics, y su entusiasmo por editar. Me ofreció que hiciera algo corto y en blanco y negro y sin bien al principio la idea era recopilar una serie de historias le propuse hacer otra cosa: un relato inspirado en mi vida que al final terminó convirtiéndose en un cómic.”
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