¿El sueño de la tolerancia lo quiere Tindaya?

Me pregunto como asumirá Eduardo Chillida –allí donde esté si está– el nuevo episodio de ese extraño y polémico culebrón que se conoce como caso Tindaya. Me pregunto también si seguirá estando de acuerdo en llamar a su obra El sueño de la tolerancia ya que en estos 18 años solo ha llovido sobre este proyecto acusaciones de todo tipo. Todas estas acusaciones, cabe decir, muy canarias por canallas.

El sueño de la tolerancia consiste básicamente en horadar esa montaña para crear en su interior un espacio cúbico que, imagino, podría resultar espectacular para el visitante.

Yo pagaría dinero (si lo tuviera) por verlo.

El problema es que colectivos ecologistas, partidos en la oposición, y parte de los mismos vecinos de Fuerteventura que es la isla donde se encuentra esta montaña han puesto desde entonces el grito en el cielo porque Tindaya es una montaña con valor histórico y arqueológico. Fue un lugar sagrado para los aborígenes de la isla, los majos, quienes esculpieron sobre ella más de 300 grabados con formas de pie o podomorfos informa la bendita Wikipedia.

Me consta que Chillida se fue al otro mundo con un disgusto muy grande.

Me consta que el escultor vasco no quiso generar esta desatada polémica cainita que aún colea en nuestras islas surreales.

La vieja historia, sin embargo, vuelve a ser actualidad tras la firma este mismo martes, 18 de enero, de un acuerdo entre el presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero, con el presidente del Cabildo de Fuerteventura, Mario Cabrera, y la familia Chillida “para reactivar el proyecto”.

Para agilizar los trámites se convocará un concurso público antes de dos meses para adjudicar la realización de la obra, licitada en 75 millones de euros.

El presidente del Gobierno de Canarias asegura que con este pacto, que prevé también la creación de una fundación que se hará cargo del desarrollo de la obra, “el monumento no costará un euro a las arcas públicas, ya que se hará a cambio de una concesión para su explotación turística”.

La pregunta que me planteo es ¿por qué ahora estas prisas?

¿y qué pasará a partir de ahora?

También ¿se resolverá de una vez si fue excesivo que todos los canarios pagáramos los 5 millones de euros que le costó al Ejecutivo regional la adquisición de la mina en la montaña en 1995?

Y la más importante: ¿Alguien le ha preguntado a la montaña?

Eduardo Chillida afirmaba que solo llevaría a cabo su obra “si Tindaya quiere”.

Vuelvo con la pregunta: ¿Quiere Tindaya?

Saludos, carraspeando, desde este lado del ordenador.

One Response to “¿El sueño de la tolerancia lo quiere Tindaya?”

  1. elintenso Says:

    Tindaya es sólo un reflejo de la mala, la terrible política, que nos proporcionamos los canarios cada 4 años. Así nos va… La culpa es nuestra y nos merecemos las continuas estupideces que sueltan por la boca estos políticos, nuestros políticos. A joderse toca!!!

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