Un compositor inclasificable… un clásico

El pasado domingo, 30 de enero, falleció uno de los grandes compositores de la historia del cine. Se llamaba John Barry, y ha sido recordado en televisión y radio por sus románticas bandas sonoras en películas como Robin y Marian, Memorias de África y Cowboy de medianoche (que no deja de ser una ambigua historia de amor) así como de su reinterpretación del tema central de James Bond, compuesto originalmente por Monty Norman y de algunas de las mejores canciones que ha dado el personaje creado por Ian Fleming en el cine como Goldfinger y Diamonds are forever, interpretadas por la desgarrada voz de Shirley Bassey.

Barry fue compositor también de El especialista y Bailando con lobos (el western buenista dirigido y protagonizado por Kevin Costner) así como de la excelente sintonía de la serie de televisión Los persuasores.

No sé si sería por su origen británico, pero a mi juicio Barry fue además uno de los más grandes creadores musicales para películas de espías de los años 60. Se me viene a la memoria The Ipcress Files y Conspiración en Berlín, así como de esa divertida y ligera comedia que fue The Knack… and How to Get it, dirigida por el salvaje (más tarde domesticado) Richard Lester.

Sin embargo, si hay una banda sonora de John Barry que pongo por encima de todos estos títulos y otros muchos más que no cito es Zulu, filme que es una de las grandes películas de aventuras coloniales de la historia del cine.

Es tanto el entusiasmo que tengo por esta obra que me gustaría que sonara el día de mi muerte si alguien tiene a bien hacerme ese capricho cuando no esté en el mundo de los vivos.

El tema central de Zulu recoge el espíritu de esta obra maestra del cine bélico dirigida por Cy Endfield, que muestra la resistencia de una pequeña guarnición británica formada apenas por un centenar de hombres contra un ejército de 4.000 feroces guerreros zulúes en un lugar llamada Rorke´s Drift el 23 de enero de 1879.

Les invito a que escuchen esta briosa y épica banda sonora con los ojos cerrados. También a que vean tan formidable película protagonizada por Stanley Baker y Michael Caine en uno de los primeros papeles protagónicos de su carrera.

Barry fue también el responsable de la banda sonora del spot publicitario del champú Sunsilk en 1967, una pieza que no me canso de escuchar para sentirme agradablemente triste, y entre sus rarezas se encuentra La semilla del tamarindo, de Blake Edwards (que por una vez prescindió de los servicios de Henry Mancini) y los apuntes musicales de filmes como Cotton Club y Hammett, el fallido ¿biopic? que el sobrevalorado Wim Wenders dejó a medio hacer sobre el genial escritor de novelas policíacas y que tuvo que finalizar Francis Ford Coppola en sus tiempos de arriesgado director del estudio Zoetrope, una iniciativa a través de la cual pretendía producir películas al margen de Hollywood.

Escribo esto escuchando, obviamente, a John Barry, dejándome sumergir en su jazz inquietantemente ligero…

También a modo de excusa para justificar que cuando deje de escribir estas anotaciones vuelva a ver Zulú.

Así son las cosas.

Saludos, quitándome de la cabeza otro sombrero inexistente, desde este lado del ordenador.

2 Responses to “Un compositor inclasificable… un clásico”

  1. Esteta Says:

    Buena elección para despedirse de esta vida con la bso de Zulú… sí señor.

  2. admin Says:

    Bueno, por el momento espero que ese homenaje tarde po venir…

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