Te quiero, amigo

Ezequiel Pérez Plasencia, mi amigo, mi cómplice, mi maestro, ha muerto.

Siento una tristeza amarga, unas ganas tremendas de mandarlo todo al carajo  porque en este universo de miserables también se van los buenos, los amigos, los cómplices, los que han sido maestros sin pedir nada a cambio.

A Ezequiel lo conocí mientras aporreaba teclas en La Gaceta de Canarias y a él le debo que textos escritos con inmediatez se convirtieran en artículos legibles gracias a su portentosa capacidad y sabiduría como escritor. Es (no fue) un maestro del relato corto. También sacudió conciencias con su única novela, El orden del día… un título necesario para entender las sandeces de este territorio en el que vivimos.

Pasados los años se forjó entre nosotros una amistad que superó esa barrera entre colegas . Se convirtió así en una especie de hermano mayor que me recomendaba libros al mismo tiempo que me regalaba la precisa literatura de sus artículos.

Estos cuadros, que publicaba en una sección a la que con modestia gamberra bautizó como Recovecos, son piezas que destripan la mayor parte de las veces las entrañas de su barrio. Un barrio de este Santa Cruz de Tenerife tan ingrato con los escritores que se atreven a hacer crónica de sus calles y plazas, de sus recovecos donde no llega la luz incapaz de los medios.

Quiero (no quise) a Ezequiel Pérez Plasencia porque fue un tipo bravo, con todas sus aristas porque era persona. Quiero, porque en este momento no existe para mi tiempo pasado a Ezequiel Pérez Plasencia porque fue de los primeros que me enseñó a ver la realidad de otra manera. A que descubriera la ilusión de los vencidos, a que me dejara capturar por una prosa escrita sin disfraces. Desnuda, bestial a veces, que hacía que leyera sus textos sin pensar que eran obras de Ezequiel Pérez Plasencia.

Soy su amigo (no fui) y ya lo echo mucho de menos. Noto en falta su tartamudeo, como se le iluminaban los ojos cuando me hablaba de Albert Camus, su enorme generosidad cuando me entregó sin pedirme nada a cambio los cuentos completos de Francis Scott Fitzgerald quizá porque supo que aquel niñato que iba de periodista no iba superar nunca la etapa de Amory Blaine

Recuerdo conversaciones y más conversaciones hablando de libros. De quejas de cómo funcionaban los periódicos en los que trabajamos juntos (La Gaceta de Canarias y El Día) pero sobre todo frente a la pantalla del ordenador enriqueciendo con sus correcciones mis reportajes mientras comentaba cualquier cosa…

Ezequiel Pérez Plasencia se convirtió en mi hermano. Y creo que yo, a su manera, me transformé también en su hermano.

Me lo imagino ahora, bajo la bruma de las lágrimas, a mi lado, dándome esa clase de apoyo del que sabes que siempre estará ahí para brindártelo. Sin pedir nada a cambio.

Ezequiel fue un tipo tan grande, tan grande, que tras salir escopetado de esta isla de caimanes logró reconstruirse como persona en Cartagena. Ciudad que no conozco pero que ya llevo en mi corazón por recibirlo con los brazos abiertos.

Allí hizo nuevos contactos, se metió dentro de su mundo literario y me informaba a través de llamadas o correos electrónicos del trabajo que realizaban los poetas y escritores de esa otra orilla con los que ahora compartía amables lecturas y apasionantes debates literarios.

Hablé con él, por última vez, hace dos semanas. Siempre le soltaba alguna gansada esperando oír su risa cómplice.

Hoy mismo, porque mañana es otro día, pensaba llamarlo para oír su voz. El peso de la distancia no pudo diluir el inmenso cariño que nos profesábamos…

Hace apenas unas horas, mientras cenaba con otro amigo que se ha hecho hermano, recibo una llamada anunciándome lo que no quería que fuera inevitable.

Me he puesto a llorar. 

Y escribo esto llorando.

Adiós, amigo.

No puedo escribir más…

Solo decir públicamente que te quiero.

Saludos, hoy más solo que nunca, desde este lado del ordenador.

43 Responses to “Te quiero, amigo”

  1. Alfonso Gonzalez Jerez Says:

    Ha muerto el que mejor escribía entre los nacidos en estos peñascos en el último medio siglo. No el mejor escritor, sino el que mejor escribía, el mejor amante de las palabras, su jornalero más sensible, inteligente y honrado. Conjurémonos todos para que su amor a la literatura, su orfebrería verbal, su recatado y hermoso magisterio crezca entre los lectores día a día.

  2. bartolo Says:

    Descanse en paz y que su obra viva entre nosotros. Una obra grande, impecable, contundente. No lo conocí pero quise al autor leyendo sus páginas. Un águila poderosa, un escritor auténtico.

  3. Marta Cantero Lleó Says:

    La palabra precisa. Esa era la búsqueda insistente con que escribía Sesé. Este grandísimo escritor, y mejor amigo, que nos ha dejado de forma tan abrupta. Conversador entrecortardo y profundo, rebelde contra una sociedad que jamás lo entendió; no podía entenderlo. Hace una semana, el pasado martes, hablamos por última vez. Yo también te echo ya de menos

  4. Rubén Díaz Says:

    Acabo de leerte, Eduardo, y me quedo de piedra, bloqueado… me acabo de enterar y me pasa un poco como a ti. Ahora se me llena la cabeza de recuerdos, anécdotas, frases, conversaciones, libros, textos… Tanto que recordar y recordarle!! Larga vida para Ezequiel…

  5. insider Says:

    Ánimo Eduardo.

  6. José Farrujia Says:

    Compañero,

    Afortunadamente, en este mundo de miserables siguen quedando personas como tú, escritores como tú. ¡Ánimo!

    El caso de Ezequiel Pérez es un fiel reflejo de la diáspora intelectual canaria, fruto de un mal endémico de estos siete peñascos: el sectarismo, el “dispara” al que se asoma.

    Conmovedor tu escrito.

  7. Nicolás Melini Says:

    Me entero por este post. Me había escrito con él útlimamente. La última vez hace unos días. No salgo de mi asombro. Consternado.

  8. magda Says:

    No sé qué decir ante tanto dolor, así que mejor te envío un abrazo emocionado y muchos besos.

  9. víctor álamo de la rosa Says:

    Lo siento mucho, Eduardo. Lo siento por ti, por mí y por todos nosotros. Y lo siento por las letras canarias y siento que la muerte sea siempre tan jodidamente injusta. Ezequiel era una gran ejemplo de amor a las palabras y, desgracidamente, ya sólo nos cabe contagiar su mismo ejemplo, expandirlo. Que sus palabras no caigan en el olvido, sino que sigan creciendo, intocables y puras. Un abrazo para ti y para su familia.

  10. María Jesús Alvarado Says:

    Lo siento mucho. Por ti, que lo quieres y lloras su marcha. Por él, porque seguro que se le quedan muchas cosas pendientes de vivir y escribir. Por todos los que nos hemos quedado ya sin la oportunidad de compartir el mundo una persona excepcional. Un abrazo.

  11. salvador garcía Says:

    Me entero por esta vía de tan triste pérdida. Escribía extraordinariamente bien. Hasta los ensayos sobre el hecho deportivo tenían un toque especial, distinto. Me lleno de consternación. Hasta siempre, compañero.

  12. Antonio J. P. Says:

    ¡Qué lamentable! Lo siento por ti y por todos nosotros. Merecía todo el tiempo del mundo. Sus escritos -¡tan desconodos!- poseían algo que no suele darse a la vez: verdad y belleza.

  13. Roberto García de Mesa Says:

    Hola, Eduardo. Me enteré por Nicolás en Facebook y por tu blog. Siento mucho también esta pérdida, querido amigo. Te comprendo. Yo también lo conocí. Y conozco el valor de su amistad. En otro tiempo, en EL DÍA. Y bueno, por esas cosas del azar perdemos el contacto… Luego supe por ti que había regresado de Cartagena. Y al final quise quedar con él en algún momento, pero uno piensa que las personas que uno aprecia siempre están ahí, y no es verdad porque todo acaba en algún momento. Un gran escritor, una gran persona. Todos los libros que citas… más “Decena de un cronopio”… Qué bueno era… Y otros… Era un escritor muy elegante, de raza, para mí el mejor columnista de Canarias de las últimas décadas. Dominaba su oficio. Poseía esa maravillosa inquietud que solo he visto en los grandes escritores. Injustamente no incluido en algunas antologías de cuentos canarios, probablemente porque no escribía según los cánones absurdos que algunos profesores antólogos consideran necesarios para ser tenidos en cuenta en dichas antologías. Descansa en paz, querido amigo.

  14. Nicolás Melini Says:

    Una crítica de Jose María Pozuelo Yvancos, en el ABC Cultural, a la novela de Ezequiel Perez Plasencia,
    http://www.abc.es/abcd/resultado_busqueda.asp?search=Ezequie

    Y aquí unos cuentos que le publicamos.
    http://delamanchaliteraria.blogspot.com/2009/07/textos-breves.html

    Hace unas semanas le pedí material para un posible nuevo número:

    Estimado amigo Nicolás:
    Te adjunto el cuento casi negro “Cuídate”. Ya tienes uno dedicado al traductor al español de Bernhard y otro a una amiga. Yo también he aprendido mucho del gran Fonseca. Los arreglos han sido escasos.
    Haz con los tres relatos lo que te parezca conveniente.

    Un abrazo
    Ezequiel

    Lo que me parece conveniente, por ahora, es poner esos cuentos a disposición de Eduardo. Sin perjuicio de que más adelante los incluyamos en La Mancha como estaba previsto.

  15. admin Says:

    Gracias Nicolás.

  16. Naima Pérez Says:

    Yo también lo conocí en La Gaceta cuando apenas era una adolescente principiante. Recuerdo lo primero que escribí, una rueda de prensa, creo. Al día siguiente se me acercó con mi texto todo lleno de correcciones rojas, se sentó a mi lado y, con calma, me explicó. Estaba casi todo mal escrito y me sentí fatal, pero me calmó: “Es normal, aprenderás”.

  17. Emilio González Déniz Says:

    Acabo de conocer la tristísima noticia de la muerte del escritor tinerfeños Ezequiel Pérez Plasencia, uno de los grandes cuidadores de la palabra que ha dado nuestra literatura. Gran periodista y magnífico narrador, fue haciendo una obra sólida y cosechando amigos y respeto literario. Ahora mismo no tengo capacidad para expresar el impacto que me ha producido la noticia, pero sin duda la literatura de esta tierra hoy está de luto. Hasta siempre, amigo

  18. Pepe Moreno Says:

    Eduardo, yo también estoy llorando, por dentro y por fuera, con una tristeza infinita y con un sentimiento de abandono notable. Compartí muchas noches con Ezequiel en el cierre del periódico. Supe de sus cosas y de sus anhelos. Me hizo partícipe de su infinito amor por la literatura y me enseñó recovecos en la escritura. Me siento culpable por perderle la pista después de dejar el periódico.
    Yo también noto su ausencia.
    Lo siento, Eduardo.
    Un abrazo

  19. Luis Miguel Grandoso Says:

    Estoy tan sorprendido que me he quedado en blanco. Mis dedos se niegan a pulsar las teclas. Trabajé con él y él conmigo en La Gaceta y esta triste noticia sólo me ha recordado, a fuego, que aquí estamos tres días.

  20. Ana Says:

    Comparto su tristeza, la pérdida de un amigo verdadero es siempre dura y amarga. Le ha escrito unas bellísimas palabras de despedida que reflejan su enorme sensibilidad y su cariño sincero. Lo siento mucho.

  21. Raúl Gorroño Baonza Says:

    Querido Eduardo, me sumo a tu dolor por la irreparable pérdida de Ezequiel, un gran escritor y amigo que siempre supo poner su guinda peculiar a aquellos textos que escribió con orgullo, precisión y mucho talento. A todos los que tuvimos el privilegio de trabajar con él, y aprendimos algunos de los secretos del arte de narrar bajo su pluma, nos ha dejado atónitos y acongojados su inesperado fallecimiento. Recuerdo los gratos momentos que viví con él en EL DÏA y fuera del periódico, cuando también se mostraba auténtico y fiel a la verdad, a su verdad, que tanta razón tenía. Fueron muchos los años que no supe de él, cuando emigró a Cartagena porque no podía aguantar su existencia en estas Islas, ya que algunos se empeñaron en complicársela de alguna forma. Tuvo una época en la que lo pasó muy mal por los diversos problemas que se le cruzaron en el camino, o los tropiezos que algunos le colocaron por envidia. Querido Eduardo, has de saber que Ezequiel forma parte de ti desde que le conocistes en la Gaceta, amistad que fuíesteis condolidando con la honestidad que caracteriza a las buenas personas. Ánimo, Ezequiel sigue entre nosotros, tanto en los recuerdos como en la magnífica literatura que nos ha legado y que está ahí para que todos la lean y saboreen, incluso los homúnculos que él criticaba con tanta gracia. Un fuerte abrazo Edu, que sigues la estela de un gran escritor al que algún día se le hará justicia en su propia tierra.

  22. Jorge Gorostiza Says:

    Lo conozco desde que estábamos en el mismo curso en las Escuelas Pías, le perdí la pista y me lo volví a encontrar cuando ya era un gran escritor. Una vez nos encontramos en Correos, yo acababa de recibir “La fuente de la edad”, él me dijo que era una gran novela y lo es. Lo es en presente, como escribo lo conozco, porque para mí Ezequiel no ha muerto.

  23. Patrañuelo Says:

    Inmensos artículos, llenos de exquisitez y lucidez, amen de humanidad. Sus relatos, igualmente soberbios, epatantes sin pretenderlo. Quedan sus letras, sus palabras, sus frases, sus pensamientos.
    Mi pésame a toda la familia literaria y amigos del ESCRITOR, mi pésame a Eduardo.

  24. Javier Felipe Says:

    Una noticia muy triste para los amantes de la buena literatura y para la humanidad en general, porque Ezequiel era sobre todo un humanista, un hombre sencillo, afable y comprometido con las causas justas. Uno de esos compromisos le supuso la expulsión del periódico El Día por ser el único en no secundar una jornada de huelga que él consideraba justa. Vaya la que armó en la redacción. Un gesto que lo honra, si cabe, aún más. Unos meses antes me reuní con él y el poeta Daniel Olivera en un bar de La Salle. No paraba de hablarnos de Rubem Fonseca, tienen que leerlo, nos decía, y también a Clarise Lispector. Ese día le había dado por la literatura brasileña. Recuerdo que hizo una pausa para sacar de un pastillero lo que el llamaba su ‘ensalada de pastillas’. Y seguía hablando y hablando con ese tartamudeo tan peculiar. Pero sin duda yo le recuerdo más por lo que escribía, por esa excelente crítica literaria que era todo un canto a la prosa dúctil. Ezequiel es (hablo en presente) sin duda un prosista a la altura de los grandes. Un escritor que me recuerda mucho a Felisberto Hernández, el gran maestro uruguayo, al que Italo Calvino definió como un escritor que no se parece a nadie. Así te recuerdo yo, amigo Ezequiel, diferente. Y sé que te fuiste al Olympo de los grandes literatos lejos, muy lejos de la mediocridad cultural que se ha impuesto en Canarias.

  25. Mario Domínguez Parra Says:

    Te envío un fuerte abrazo, Eduardo, por la pérdida de tu amigo.

  26. maría luisa pedrós Says:

    Qué putada. Ezequiel era un buen tipo, con un sentido del humor increíble, divertido, y escribió un buen montón de cosas. Siempre recordaré a sus caminadelado. Un beso y un abrazo Eduardo

  27. antonio delgado Says:

    Todos los que tuvimos la suerte de trabajar con él, coincidimos que la de hoy ha sido una gran pérdida para todos.

    Un abrazo Eduardo

  28. Miguel Suárez Says:

    Joder (con perdón) “gaceteros”. Un abrazo de este empata letras aficionado, de pedaladas y relevos y el traslado de la energía de la que puedo ser capaz. Ánimo y disfrutemos de su recuerdo: “Mandan huevos”, Ezequiel.

  29. David Castro Says:

    Ya es la hora del cierre, es tu hora, la hora de llorarte. Adiós amigo.

    Un abrazo fuerte Eduardo.

  30. Ike Says:

    Lo siento mucho. Un abrazo, Eduardo.

  31. Daniel León Lacave Says:

    Un abrazo Eduardo, la muerte es algo injusto para todos, los que se van y los que se quedan.

  32. Santiago Gil Says:

    Me he quedado helado, Eduardo. Recuerdo a Marta Cantero hablándome a todas horas de Ezequiel hace años. Luego fui acercándome a su obra, sobre todo a El orden del día, que es de lo mejor que se ha escrito en Canarias, y que es una obra que no paro (ni pararé) de recomendar. Cuenta lo que hemos vivido los que nos tiramos años en Redacciones q consideraban cada vez más sospechosos a los escritores. Llegué a J. Roth tras sus constantes referencias y nos cruzamos algunos correos electrónicos. De nosotros depende que no caiga nunca en el olvido. Un fuerte abrazo

  33. Eduardo el de los tebeos Says:

    Un fuerte abrazo, Eduardo.

  34. Un amigo Says:

    Un abrazo Eduardo, te queremos recuperado pronto.

  35. Juan de Dios García Says:

    Eduardo, los amigos que ha dejado en Cartagena Ezequiel estamos destrozados.
    Qué conversaciones, qué nivel de amor a la literatura.
    Ánimo, Eduardo.

  36. Salomé Says:

    Esta entrada está decicada a Julián Ayala, Ignacio Cestau, Marta Cantero, Carmen Delia Lima, Francisca Pérez, Nicolás Pérez y Eduardo García. También a su sobrino -no recuerdo como se llama- y a esa chica loca por la vida a la que continuó buscando. Por lo que yo sé, en los últimos tiempos, fueron sus referentes éticos, intelectuales y personales. Los respetaba y los quería mucho, muchísimo. Conocí a Ezequiel cuando yo tenía quince años y él dieciocho. Enamoramos unas semanas. La vida siguió y nuestro contacto también, hasta ahora. Lo recuerdo alegre y chiflado por el fútbol. Las mujeres, en toda su diversidad, empezando por su madre, representaban el mundo raro al que aspiró, deseó y, como tantos, no alcanzó. Sesé escribió y amó bien. Vivió intensamente. Tuvo una buena vida.

  37. Rafael-José Díaz Says:

    Mucho ánimo, Eduardo. Yo no lo conocí, y tampoco lo he leído. Lo primero, por desgracia, ya no se me brindará. A lo segundo intentaré ir poniéndole remedio a partir de ahora. Un abrazo.

  38. admin Says:

    Gracias a todos por los comentarios vertidos en este post. Les invito a que lean lo que el poeta Joaquín Piqueras le dedica a Ezequiel en su blog La página del desconcierto: http://joaquinpiqueras.blogspot.com/2011/02/ezequiel-perez-plasencia-in-memoriam.html. También a que lean el relato de Ezequiel que se publica en el blog –también de Piqueras– Insólitos. Caminando por el lado salvaje de la literatura: http://insolitosjp.blogspot.com/2011/02/ezequiel-perez-plasencia.html.

  39. María José Alemán Says:

    Querido Eduardo, hace unos meses decidí separarme de las noticias, por eso llego tarde. Ezequiel nos ayudó tanto a todos los principiantes en La Gaceta de Canarias que seguro que en algún lugar de la nada le están esperando esas mismas palabras con las que le gustaba jugar, ordenar y pensar. También las tuyas y las de los que tenemos mucho que agradecerle. Recuerdo especialmente la corrección que hizo de un texto que yo dedicaba a otro que también se fue pronto, nunca pude agradecérselo. Un abrazo.

  40. Daniel Says:

    Un abrazo y todo el ánimo.

  41. Paquita Pérez Plasencia Says:

    Soy su hermana Paquita, mi hijo Aythami, yo y su pareja estuvimos con él, entrelazando nuestras manos con las suyas durante los cinco días que duro la esperanza de no perderlo.
    No sufrió porque el coma era profundo, pero su cuerpo se negaba a partir… Agradecemos tanto vuestras palabras que no sabemos qué decir.
    Ha sido incinerado el viernes en Cartagena. En breve llevaremos sus cenizas a Santa Cruz para depositarlas junto a la de nuestros padres.
    Así lo pidió nuestra madre para todos sus hijos y también él lo había manifestado. Organizaremos con Eduardo, amigo fiel y eterno la fecha de llegada.
    Gracias infinitas por acompañarnos en estos momentos tan difíciles

  42. Salomé Says:

    Un recuerdo y un homenaje. ¿Donde está editada -reeditada- su obra?. ¿Que ha sido de aquel entusiasmo post morten?

  43. admin Says:

    Buen recordatorio, Salomé…

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