Berlín ‘noir’ y Berlín ‘pulp’

Nunca he estado en Berlín pero no me gustaría morir sin visitar una ciudad que creo conocer tan bien literariamente hablando como Nueva York.

Hace un tiempo encontré en una librería y a precio de saldo la novela El buen alemán, título que inspiró la irregular película del mismo nombre dirigida por Steve Soderbergh.

Llegué entonces a la conclusión, una vez leída esta monumental historia que se desarrolla en Berlín y Postdam en 1945, que en ocasiones el cine poco puede hacer cuando el material literario que lo inspira es del tonelaje de, por ejemplo, esta ficción que firma el periodista y escritor Joseph Kanon.

Se han escrito numerosas ficciones sobre el fin de la Alemania nazi y en concreto sobre el de su capital dividida en trozos por las cuatro naciones vencedoras y aliadas (Francia, Gran Bretaña, Estados Unidos y la ex Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas).

Este periodo de la historia también ha dado origen a numerosas películas entre las que destacaría por razones obvias El tercer hombre (aunque su acción se desarrolle en Viena, Austria); las deliciosas Berlín Occidente y Un, dos, tres, del gran Billy Wilder; Berlín Express, de Jacques Tourneur y la cruda Alemania, año cero, de Roberto Rossellini por citar sólo las que se me vienen ahora a la memoria.

Literariamente, destacaría casi todas las novelas que Philip Kerr ha dedicado a su extravagante detective privado Bernhard “Bernie” Gunther (recomiendo especialmente el último capítulo de la serie, Gris campaña), así como Berlín 1945, de Pierre Frei y el estremecedor y autobiográfico Una mujer en Berlín, anónimo. Igual de autobiográfico es No hay cielo sobre Berlín, de Helga Schneider.

En el género negro criminal merece la pena reseñarse la interesante Sombras sobre Berlín, primera entrega que Volker Kutscher dedica al comisario Gereon Rath y cuya acción se desarrolla a finales de los años veinte y El jardín de las fieras de Jeffery Deaver, historia policiaca que transcurre en plenas Olimpiadas de 1936.

No querrría olvidarme de la inquietante Patria, ucrononía de Robert Harris en la que los alemanes han ganado la guerra. En este título, Xavier March, un detective de la Kriminalpolizei (una subdivisión de las SS) investiga la muerte de Joseph Büzler, un importante jerarca del régimen nazi en el Havel, a las afueras de Berlín, durante las celebraciones por el 75 cumpleaños del Führer Adolf Hitler.

En esta lista improvisada de escritores recientes que han tomado la capital alemana como modelo en el que desarrollar sus historias en este periodo tan siniestro como incómodo de la historia cito también el tercer volumen que el escritor español Ignacio del Valle ha dedicado a su personaje Arturo Andrade. Me refiero a Los demonios de Berlín.

Este texto bien podría estar inspirado en las supuestas memorias que Miguel Ezquerra dejó escritas en su Berlín, a vida o muerte. Un libro que, con independencia de que sea real o no lo que cuenta, se puede leer como una vibrante novela de acción siempre y cuando el lector sepa distanciarse del mensaje folclóricamente reaccionario con que el autor adorna sus páginas.

El español Luis Manuel Ruiz también se sirvió de las calles y plazas de la capital berlinesa para su policiaca La habitación de cristal donde evoca el ascenso del partido nazi.

Merece también la pena leer Los últimos días de Berlín, de Cristóbal Tamayo y Línea Sigfrido, de José A. Giménez Arnau, textos periodísticos escritos en primera línea. El primero describiendo el fin del régimen nazi y el segundo relatando las experiencias como corresponsal en la capital alemana los primeros años de la II Guerra Mundial.

Entre las historias que se desarrollan en el Berlín de entreguerras cabe destacar Adiós a Berlín, de Christopher Iserwood, que dio origen a ese fabuloso musical que es más que un musical titulado Cabaret, de Bob Fosse, y Una princesa en Berlín de Arthur R. G. Solmssen.

También, cómo no, la excelente y complejísima Berlín Alexanderplatz, de Alfred Döblin. O Mefisto, de Klaus Mann, libro de necesaria relectura en estos tiempos en los que la mayoría de nosotros no duda en vender su alma al diablo.

El Berlín de postguerra ha dado origen también a una de las mejores novelas del hoy defenestrado (y no sé bien por qué ¿acaso por judío?) Leon Uris. La llamó Armaggedon y es un ambicioso y más que comestible volumen sobre aquellos años.

El Berlín de la Guerra Fría dio origen a numerosas novelas de espionaje, entre las que resaltan las escritas por Len Deighton y John LeCarre, entre otros tantos autores.

El norteamericano Jonathan Rabb desarrolla en la capital alemana las dos entregas que hasta la fecha ha dedicado al kriminalpolizei Nikkolai Hoffner.

La primera, Rosa, está ambientada en plena república de Weimer mientras que la segunda Luces y sombra, mueve al personaje en los estudios de la UFA, donde hace amistad con el cineasta Fritz Lang. El propio Rabb anunció hace dos años en la Semana Negra de Gijón –-donde tuve además la oportunidad de entrevistarlo– que cerrará la trilogía Hoffner en una próxima historia que transcurrirá en España durante los primeros días de su funesta Guerra Civil.

En este mismo escenario, el guionista y dibujante de historietas Hugo Pratt deseaba que su carismático Corto Maltés desapareciera. Lamentablemente la muerte se llevó a Pratt antes de que pudiera hacerlo.

Es obvio, pero Corto y Pratt ya se encuentran en la geografía de la leyenda.

Como Berlín, una ciudad que no conozco pero que para mi ya es eso, una leyenda.

Y una aclaración pertinente: este post solo pretende ser orientativo. El autor es consciente que se deja grandes títulos fuera. Es de agradecer a lectores interesados que le sugirieran otros, muchos, muchísimos más títulos.

Saludos, ich bin ein Berliner, desde este lado de ordenador

6 Responses to “Berlín ‘noir’ y Berlín ‘pulp’”

  1. Mario Domínguez Parra Says:

    ¿Has visto “Hitler: A Film from Germany” de Hans-Jürgen Syberberg? Son siete horas de pura maravilla.

  2. Sitedicenqueleí Says:

    Yo no puedo, en este caso, sugerir ningún título -aparte de los que usted menciona- entre otras cosas porque es una temática y época histórica que no me gusta especialmente. Pero sí puedo hacer otra cosa y es recomendarle que visite Berlín. Es una ciudad maravilllosa y escaparse a Postdam(20Km) una excursión placentera, donde se encontrará con el rococó en su estilo más puro (palacete y alrededores) y creeerá estar en otra época -inalterada por el paso del tiempo- adornada por unos jardines (que no tienen nada que envidiar a los de Versalles). Berlín es moderna, vanguardista y arquitectónicamente irresistible. La Isla de los Museos, un espacio para perderse en cultura (aunque sin olvidar la forma ilegal en que fue concentrada)…compras, música, conciertos…Un única pega: para mí (una humilde isleña) demasiado grande, me desborda, es mucho (algo que no me ocurre en Roma, Londres, París o Madrid)
    Saludos muy atentos
    Sitedicen…

    PD.- ¿Por qué escribió esta entrada? ahora tengo ganas de viajar (esto no se hace señor)

  3. admin Says:

    Viajar… viajar… algunos de los mejores momentos de mi vida han pasado viajando…
    Mario, ¿dónde diablos puedo ver Hitler: A Film from Germany?

  4. Mario Domínguez Parra Says:

    Me temo que comprando el DVD en http://www.amazon.co.uk (para que pagues menos gastos de envío). No sé si alguien en España la ha editado en ese formato. Merece la pena mil veces gastarse unos 25 euros, amigo Eduardo.

  5. admin Says:

    Me has puesto los dientes muy largos…

  6. pablo martin carbajal Says:

    estuve en Berlín este verano por segunda vez, la primera fue en 1990, estando de interrail, para ver el concierto de Pink Floyd The Wall, fue uno de esos conciertos memorables de los 20 años el verano tras la caída del muro… Literatura sobre Berlín he leído poca, lo último los demonios de Ignacio del Valle, entretenida e interesante; cine algo más, efectivamente deliciosa Berlín Occidente de Wilder (un hallazgo al regreso de mi viaje de este verano), y las laureadas y archiconocidas Goodbye Lenin y la vida de los otros son magníficas. Berlín es una ciudad que transmite fuerza, uno siempre quiero volver, yo estoy deseando hacerlo…

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