‘Riqui Raca 1-0. Cuentos del fútbol canario’. ‘Il buono, il brutto, il cattivo’

Destacados escritores como Albert Camus y Ezequiel Pérez Plasencia nos enseñaron que el fútbol –fúrgol– no tenía que ir a la contra de la gimnasia mental. Ambos dos, entre otros tantos, resultaron personas que amaban la literatura y el fútbol porque entendieron que se trata de  las dos mitades de una naranja a las que juntas se exprime mejor el jugo.

La literatura ha indagado en varias ocasiones en el universo del balón con relatos de cierto calado. Sin embargo, el llamado deporte rey no disfruta aún de una traducción definitiva en pantalla grande pese a que intentos loados y loables hay.

Por eso, quizá ahora que los norteamericanos empiezan a tomar interés por ver enfrentarse a veintidós jugadores en pantalones cortos en un terreno de juego, si el cine por fin rendirá justicia al fútbol.

Historias humanas, de competición, éxito y fracaso se encadenan en el terreno de juego donde tanto los deportistas que corren detrás del balón como los hinchas en las gradas cuentan con una historia detrás. En ocasiones llena de luces y en otras (y quizá por ello resulten las más interesantes) repletas de sombras.

Nunca he sido un buen deportista y ni siquiera un buen aficionado al fúrgol.

Este deporte, los deportes en general, me resultan bastante indiferentes.

Sin embargo el fúrgol, inevitablemente, me ha acompañado a lo largo de lo que llevo de vida como si de una curiosa maldición se tratara.

Si la ocasión conspira para ello, confieso que veo partidos importantes –como el que se juega esta tarde– más por inercia social que por otra cosa.

De hecho, no soy partidario de ningún equipo en especial aunque debo de admitir que me fascina de manera irritante la puta cara que se gasta quien ahora entrena al Real Madrid. Quiero entender que ese personaje ha asumido el papel de Malo que asumió el recordado Lee Van Cleef en tantos espaguetis western.

En este juego de comparaciones podríamos decir que quien entrena ahora al Club de Fúrgol Barcelona podría ser como Clint Eastwood en aquel subgénero italiano que reinterpretó a la europea las claves del western.

No sé me ocurre quien podría ser el Feo de esta película. Digamos que el resto de equipos que forman la competición.

Como Eli Wallach en el Bueno, el Feo y el Malo… Descansa en él los numerosos acertijos que Sergio Leone intentó plasmar del perdedor que se resiste a serlo aunque al final todo, absolutamente todo le salga Feo.

RUBIO (Clint Eastwood): Hay dos clases de hombres: los que tienen una pistola cargada y los que cavan. Tú cavas.

Y el Feo –por perdedor que es Wallach en esta película– no tiene más remedio que cavar.

Les cuento todo esto en una semana que solo puedo interpretar a nivel periodístico como de fin de los tiempos con la Boda, el puñetero paro, el más que cuestionable rechazo a que Bildu se presente a las elecciones, las revueltas árabes, los partidos entre el Barcelona y el Madrid y la ejecución de Osama Bin Laden tan gratamente recibida en Occidente y cuyo anuncio ha sido tan bien diseñado mediáticamente por la Casa Blanca –mirad la fotografía en la que el presidente de los Estados Unidos rodeado de sus colaboradores asiste en directo a la operación llevada a cabo por los SEAL– de enterarme a destiempo de la aparición de una nueva antología de relatos escritos por canarios.

No, no se trata de Generación 21: Nuevos novelistas canarios.

Me refiero a la iniciativa que el poeta y ahora editor Ayoze Suárez (Nectarina) ha hecho posible y que lleva por título Riqui Raca 1-0. Cuentos del fútbol canario. Libro que no he tenido oportunidad de leer pero que prometo hacerlo un día de estos.

Lo que me ha llamado la atención de este volumen que reúne relatos de
Juan Cruz, David Díaz, Elsa López, Fernando G. Delgado, Víctor Bidart, Javier Mérida, José Rivero Vivas, Enrique Reyes, Antonio Carmona, Jesús G. Martín Perera y Álvaro Perdigón (en la banda de Tenerife) y de Samir Delgado, José María de Páiz, Víctor Ramírez, Rayco Cruz, Pablo Sabalza Ortiz-Roldán, José Luis Correa, Pedro Flores, Santiago Gil, Luis León Barreto, Leandro Pinto y Silvia Rodríguez (en la banda de Las Palmas) y con D. Aeberhard ejerciendo las funciones de árbitro, son las complicaciones con las que ha tenido que lidiar su autor para promocionar, vender y publicitar este libro.

La primera de ellas es la escasa colaboración del C.D Tenerife y la U.D. Las Palmas a este original y tan nuestro volumen balompédico.

Por otra, la indiferencia de muchos de los autores publicados en esta  antología de respaldar este volumen.

Y la tercera y última que el C.D Tenerife tras no apoyar el libro haya pedido unas perras al antólogo y editor por la utilización del nombre del Club unos meses después de haberse publicado el volumen.

RUBIO (Clint Eastwood): Dios no está con nosostros porque también odia a los idiotas.

Una buena razón, Rubio, para entender porque descendemos a 2ª B.

Y no lo dice Sentencia.

Saludos, otro martes muy raro, desde este lado del ordenador.

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