Vayan a verla

Comienzo a estar aburrido de las pequeñas tragedias de la vida vulgar de los ricos que Woody Allen está explotando en sus últimas películas. Por eso, confieso que he ido bastante resignado a que me contara lo de siempre con Medianoche en París.

Pero oh,, milagro, esa especie de bicho raro neoyorquino ha logrado despertar las emociones que hace tanto tiempo noto en falta en una película cuando la veo en su condición natural: la pantalla grande.

No voy revelar de que va esta extraordinaria historia que, curiosamente, también juega con el tiempo aunque su mensaje final sea el de un alentador vive tus sueños desde el presente, pero créanme si les digo que merece mucho la pena verla y disfrutarla.

Medianoche en París recupera al Allen de La rosa púrpura del Cairo, al cineasta que tan bien sabe manejarse entre realidad y fantasía para rendir un canto emocionado a la vida y a París, ciudad sin cuyas luces el mundo hoy sería más oscuro.

Cuesta trabajo intentar transmitir con palabras las sensaciones que está cinta ha generado en mi cabeza, pero háganme caso y véanla.

Se reirían y se emocionarán como solo el cine, en ocasiones, consigue que nos emocionemos y riamos. Y todo ello rodado con una compleja sencillez que tiene el sello de un cineasta fantástico y que cuando ama de verdad transmite historias sin estridencias ni trascendencias.

Que es capaz de organizar escenas de un humor tan inquietante como divertido como la que monta en torno a unos pendientes (si ven el filme sabrán a lo que me refiero) al tiempo que te transporta a otros mundos imposibles que solo podemos hacer posibles si no renunciamos a nuestro tiempo.

Medianoche en París es una de esas películas que recomiendo no solo a los que quisimos pertenecer a una generación perdida que hoy continúa estando más viva que nunca a través de sus novelas. También a los que aman la capital francesa porque es una ciudad que emociona y embriaga.

En definitiva, que Medianoche en París es lo que tiene que ser el cine cuando se toma en serio: tiene alma. Ese algo, o argo, que no sé porqué demonios cuesta tanto –a unos y a otros que quieren dedicarse a esto– entender.

Claro que aceptarlo entraña un estúpido riesgo: sé tú mismo.

Saludos, gracias, señor Allen, desde este lado del ordenador.

4 Responses to “Vayan a verla”

  1. estela Says:

    Se agradece mucho la recomendación aunque, señor editor, ¿no cree que la película resulta demasiado una feliz fantasía masculina?

  2. admin Says:

    Estimada Estela, el cine de Woody Allen es una feliz y en ocasiones inquietante –ver ‘Delitos y faltas’ o ‘Match Point’– fantasía masculina.

  3. estela Says:

    ¿Usted cree?

  4. admin Says:

    Ya no sé en lo que creo. Pero sí tengo una cosa muy clara, hacía tiempo que no me divertía, enternecía tanto con una película.

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