¿Blancas o negras?

Si algo caracteriza al viceconsejero de Cultura del Gobierno de Canarias, Alberto Delgado, es su escaso tacto político. No saber bucear en las profundidades con la agilidad de un pez abisal.

Si hacemos repaso a su gestión al frente del departamento que el próximo año sufrirá un dramático recorte en los presupuestos, concluimos que Delgado no ha estado lo que se dice muy fino en muchas ocasiones.

Recuerdo ahora la carta de respuesta al cineasta Manuel S. Umo y también su defensa con uñas y dientes de Septenio –programa del que todavía me pregunto para qué demonios sirve– entre otras perlas oídas a un hombre que hasta el día de ayer presumía de gestor, de no tener carnet de partido alguno.

Me resulta por eso chiripitifláutico que con la que está cayendo salga ahora de su palacio de invierno para gritar algo así como “qué coño está pasando…”

Y no porque parte del sector cultural canario esté en pie de guerra recuperando un estrafalario espíritu asambleario que recuerda al de los anarquistas en nuestra nefasta Guerra Civil. U hombres y mujeres votando si es necesario atacar la posición que tienen enfrente o la de cenar pan y queso, sino por las insultantes declaraciones del líder de los populares canarios José Manuel Soria, quien ahora se ha dado cuenta que el trabajo realizado por la Viceconsejería de Cultura solo ha servido para beneficiar a un grupo de amiguetes.

¿Qué amiguetes?

Ya dedicamos un post analizando las hipócritas manifestaciones sorianas. Declaraciones fuera de lugar, vomitadas para hacer daño. Venenosas y nada constructivas en un partido, como el PP, que promete tras el 20-N la recuperación de este país llamado España fomentando, precisamente, políticas de estímulo para el empleo.

En fin…

Por eso, y conociéndolo desde la distancia, no me ha sorprendido que Delgado saliera al trapo de lo que ha sido una miserable provocación del presidente de los populares canarios. Estaba en su perfecto derecho aunque piense que tenía que haber medido su respuesta ante el escupitajo soriano.

Creí, iluso, que tras este largo periodo en el que Alberto Delgado no había dado señales de vida estaba reflexionando seriamente en su próximo movimiento ante el tablero de ajedrez en el que se ha convertido la Cultura que emana del Gobierno regional.

¿Blancas o negras?

Más si tenemos en cuenta que cada vez cuenta con menos piezas en esta partida y que el rey, el rey está a punto del jaque mate.

Delgado responde: “Para una vez que Soria habla de cultura dice cosas que no responden a la verdad. Eso me hace pensar que nunca se ha leído las memorias que le enviamos cada año”.

Y remata: “El único caso en el que reconozco que existió amiguismo fueron dos actuaciones de la actriz Blanca Marsillach en Tenerife; donde el señor Soria, cuando era vicepresidente del Gobierno, se encargó de llamarme repetidas veces por teléfono para que la contratase. ¿Cómo puede ahora hablar de amiguetes cuando me tuvo loco con esas llamadas insistiendo para que contratásemos a esta señora?, una gran profesional, dicho sea de paso

Luego concluyo que Alberto Delgado admite que en esa ocasión sí que hubo amiguismo.

Porque Blanca Marsillach actúo efectivamente en Tenerife.

¿Así que cuánto (nos) costó ese rapto de amiguismo?

Amiguismo motivado, explica Delgado, cansado por las continuas llamadas del por aquel entonces –presumo– consejero de Hacienda del Gobierno de Canarias, José Manuel Soria…

“Me volvió loco”, dice Delgado.

…Ay, Alberto…

… Alberto ay…

Por otro lado, creadores como Benito Cabrera –que ha tenido el gesto de denegar al Gobierno canario el uso de su villancico Una sobre el mismo mar en las fiestas navideñas–, Teodoro Ríos, Enrique Mateu, La Luciérnaga y Una Hora Menos, entre otros, solicitan al Ejecutivo regional que aclare “el alcance real de los recortes presupuestarios en Cultura.”

El mensaje es directo: Esta situación provoca la paralización de la actividad cultural el próximo año. Por eso piden a Paulino Rivero una reunión la próxima semana para que fije “fecha, lugar y hora” para el encuentro.  

No sé lo que pasará porque esto parece una novela por entregas.

¿Habrá reunión?

¿Blancas o negras?

Pero mientras tanto pasa el tiempo y solo observo como se ningunea al sector rebelde pero no confederado y, lo que es peor, como esa indiferencia se extiende como una mancha de aceite entre la sociedad canaria, ajena a tan gravísimo debate.

Lo que me hace sospechar que la partida ya la tienen perdida.

Así que la cosa no quedará en tablas.

Y sí en un patético jaque mate.

 Saludos, ¡chachos, enróquense!, desde este lado del ordenador.

2 Responses to “¿Blancas o negras?”

  1. callejón del combate Says:

    ¿Las blancas o las negras Eduardo?…. Porque creo que en esta catastrófica situación no vale la neutralidad, o pasar como una sombra por delante del tablero impidiendo ver la partida… Como siempre me divierto leyendo cada uno de tus impecables e ingeniosos post y comparto el 99% de tus opiniones, pero en esta ocasión me gustaría ver algo más allá de tu obsesiva patada en los huevos a Alberto, que solo es en esta partida un peón. Y creo que aquí hay que ir a por otras figuras del tablero … pero al fondo de la cuestión, no ha marear el tablero buscando la posición… ¿las blancas o las negras?… te toca mover… Creo que tienes información suficiente para hacer una buena “jugada”…

  2. admin Says:

    Sí, ya es hora de ir a por otras de figuras del tablero…

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