Los Hernández hacen carrera en Hollywood

¿Qué pasaría por la cabeza de Domingo Hernández Bethencourt cuando descubre en un concurso de belleza a Raquel Tejada?

¿Intuiría Domingo Hernández Bethencourt que esa chiquilla de arrogantes encantos se convertiría años más tarde en Raquel Welch?

La imponente protagonista de Hace un millón de años, cinta dirigida por Don Chaffey en la misma tierra, Tenerife, donde muchísimos años antes había nacido Domingo Hernández Bethencourt…

Me pregunto, de hecho y por derecho, si alguien de los que conoció en el nuevo mundo lo llamaría así: Domingo.

Domingo, conocido en San Diego (California) como don Diego, el maestro de ceremonias de la Feria anual de la localidad y en Hollywood, donde intenta introducirse en el mundo del cine, con el nombre artístico de Tom Hernández.

Sea Tom o Domingo, la misma persona nació en el Puerto de la Cruz en 1915 y, según informa la cuestionada Wikipedia, se trasladó con su familia a los Estados Unidos a comienzo de los años veinte para instalarse en Los Ángeles, ciudad donde inicia su carrera en el cine antes de transformarse en don Diego.

La carrerea cinematográfica de Tom no es que digamos muy reseñable. Fue lo que se conoce como un actor con ocasiones línea de diálogo, aunque si se le reconoce está ahí. En pantalla, fugazmente, casi siempre haciendo de hispano.

Dicen que su hermano José Hernández Bethencourt, que respondía al nombre de Pepe/Pep Hern en la Meca del Cine más o menos por los mismos años, tuvo más suerte.

A la espera de que Alfonso Reyes –probablemente la persona que más sepa de la vida y milagros de estos dos canarios adoptados por Hollywood– termine la formidable recopilación de datos que trabaja sobre ellos, y recabando información de un lado y del otro, permítanme que a mi manera los recuerde a través de los largometrajes y series de televisión en las que se aventuraron mientras hacían que jugaban a las cartas en polvorientos saloon.

Abran los ojos.

Tom Hernández aparece como una centella en Chicago años 20 (Nicholas Ray, 1958), Los cuatro jinetes del Apocalipsis (Vincente Minnelli, 1961); Suave es la noche (Henry King, 1962) y El ídolo  de Acapulco (Richard Thorpe, 1963) entre otras películas. 

En televisión interviene con papeles muy episódicos en series como Mis adorables sobrinos –me encantaba cuando aún no alcanzaba a encender ni apagar el interruptor de la luz, con Brian Keith haciendo de adorable y paciente tío y Sebastián Cabot como eficaz mayordomo); Misión imposible y Daniel Boone, de la que aún recuerdo la primera frase de la canción de su sintonía: Daniel Boone was a man…

Hernández compagina sus apariciones en el cine haciendo de don Diego en la feria del condado de San Diego, escribe Bernardo Cabo en su interesante blog Puerto de la Cruz. Sus gentes y sus cosas. Y Feria en la que Tom/Domingo/don Diego recibe a los visitantes con un ¡Bienvenidos Amigos!

Estamos en 1946. Hace un año que finalizó la II Guerra Mundial. Los soldados norteamericanos regresan a casa y tienen muchas ganas de pasárselo bien.

Pasa el tiempo y Tom/Domingo hace visitas esporádicas al Puerto de la Cruz.

En una de éstas, lo conoce el periodista Salvador García, quien evoca que a la estrella de Hollywood le gusta pasear y conversar con amigos en la plaza del Charco.

“Hablaba un español macarrónico, al cabo de tantos años en los Estados Unidos. Lo puso de manifiesto cuando intervino en el acto de inauguración del cine Timanfaya, invitado por sus propietarios: agradeció vivamente al matrimonio “Perrggy and Terrgge” (Pedro González y Teresa Cruz) su gesto e hizo un breve y apresurado recorrido de su trayectoria artística.”

La luz que encendió a Tom Hernández se apagó el 2 de julio de 1984 en la ciudad de Los Ángeles.

Su hermano José Hernández Bethencourt, o Pepe Hern o Pep Hern, también intenta hacerse un hueco en Hollywood.

Lo pueden ver en Llamad a cualquier puerta, una flojísima versión de la excelente y voluminosa novela social del escritor afroamericano Willard Motley, dirigida sin mucha imaginación por Nicholas Ray e interpretada por Humphrey Bogart y John Derek, quien más tarde se haría famoso por sus matrimonios con Ursula Andress, Linda Evans y Bo Derek.

Pep Hern también se deja ver en Los siete magníficos (John Sturges, 1960), donde interpreta a un honrado campesino que colabora con el grupo de mercenarios que capitanea Yul Brynner; y en Joe Kidd (1972), dirigida también por Sturgess con Clint Eastwood y Robert Duvall como protagonistas.

Sin embargo, donde la carrera de Hern parece que fue más intensa es en la pequeña pantalla.

Ahí está, fugaz en capítulos de El hombre del rifle, El fugitivo, Bonanza, La mujer biónica y Los ángeles de Charlie, entre otras.

Pep Hern  se reunió con su hermano el 28 de febrero de 2009.

Se podría escribir una novela sobre sus experiencias en Hollywood. Un relato, imagino, a medio camino entre las Luces de Hollywood, de Horace McCoy, y Como plaga de langosta, de Nathanael West, solo que bajo una mirada irónica y empapada de humor.

Veo a los dos hermanos sentados, comiendo un emparedado en un descanso de rodaje.

Glen Ford, con el pelo engominado saluda a Tom. Y Steve McQueen desefunda su revólver de atrezzo mientras se tropieza con Pep.

- Buenos días, amigo- dicen ambas estrellas en un español macarrónico.

- Buenos días, amigo.- le contestan Tom y Pep en un español igual de macarrónico.

The End aparece en pantalla.

Telón pues sobre el patio de butacas.

Saludos, tarareando Koko, desde este lado del ordenador.

2 Responses to “Los Hernández hacen carrera en Hollywood”

  1. Tony Baeza Says:

    Muy bonito artículo!! Me gustaría saber si tienen noticias del 3er hermano, Antonio. Entiendo que Antonio le tocó nacer en EE.UU. y estuvo en la 2a Guerra Mundial. ¿Qué fue de su vida la volver de la guerra?

  2. admin Says:

    Gracias por tus generosas palabras. Investigaremos lo que nos propones. Un abrazo.

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